Seguimos aprendiendo sobre la DSI en esta serie de Periódico Presencia que ahora explica sus grandes principios, con ayuda de integrantes del grupo Caridad y Verdad…
Presencia
En la familia, considerada como célula de la sociedad, es donde más claramente se pueden ver pequeños y concretos ejemplos de vivencia diaria de los principios de la Doctrina Social de la Iglesia, por ejemplo: viviendo el amor y corrección fraterna entre padres e hijos; como papás educando subsidiariamente a sus hijos para que a futuro sepan valerse por sí mismos, los hijos solidarizándose en la participación del trabajo del hogar para aprender el valor del trabajo y contribución para un bien común familiar.
Así lo explica Mireya Salgueiro, integrante del grupo Caridad y Verdad, quien en esta entrevista expone puntualmente tales principios, los cuales deben llevar a los católicos a responder al anuncio de fe ante las realidades sociales, y con ello llevarlos por el camino de la Salvación.
Aquí las preguntas y respuestas:
- ¿Cuáles son los grandes principios de la DSI?
Dignidad de la persona
Bien común
Subsidiariedad
Solidaridad
Destino universal de los bienes
Participación
- ¿Por qué debemos actuar según estos principios?
Porque al seguir como guía estos principios, aseguramos una participación justa y acertada en las cuestiones sociales que emprendamos, buscando siempre el bien de la persona y su realización. Estos principios constituyen la primera articulación de la verdad de la sociedad y tienen un significado profundamente moral porque remiten a los fundamentos últimos y ordenadores de la vida social.
- ¿Qué es el bien común?
Su definición más básica es «el conjunto de condiciones de la vida social que hacen posible a las asociaciones y a cada uno de sus miembros el logro pleno y más fácil de la propia perfección».
- ¿Cómo se logra y cómo los fieles ayudamos a conseguirlo?
Se logra participando en las cuestiones sociales y exigiendo a nuestros representantes políticos que procuren dicho bien por las vías adecuadas, teniendo como ejes tres elementos esenciales: la dignidad de la persona, el bienestar social que incluye a su vez la satisfacción de las necesidades básicas de la persona y en tercer lugar la paz que logra la estabilidad y la seguridad de un orden justo.
- ¿Qué es la subsidiaridad y cómo participamos para conseguirla?
Es el principio que describe y regula el modo justo de las relaciones entre las sociedades intermedias y el Estado.
Nosotros participamos para conseguirla promoviendo el respeto y la promoción de la dignidad de la persona y de la familia; valorando y apoyando las asociaciones y organizaciones intermedias que brindan una atención focalizada a ciertos sectores donde se encuentra una necesidad social; impulsando la iniciativa de los particulares al servicio del bien común, con el consecuente reconocimiento de la función social del sector privado; articulando diversos grupos de la sociedad y exigiendo la descentralización burocrática y administrativa del país. En resumidas cuentas haciéndonos responsables y participando en la vida política y social de nuestro país.
- ¿Qué es el destino universal de los bienes y qué implica?
Es el derecho de toda persona a disponer de lo necesario para vivir con dignidad.
La Tierra no pertenece a unos pocos, sino a todos por igual. Pero la Tierra no da sus frutos si no es por medio del trabajo. Usando la inteligencia, el ser humano domina la Tierra y hace de ella una morada digna. Así conquista con su trabajo una parte de la tierra y se la apropia. Ese es el origen de la propiedad individual. Al mismo tiempo, tiene la responsabilidad de no impedir que otras personas obtengan su parte del don de Dios. En consecuencia, los bienes deben llegar a todas las personas en forma equitativa. Toda persona debe tener la posibilidad de gozar de una vida digna que consiga su pleno desarrollo.
- ¿Qué es la participación?
Deriva del principio de subsidiariedad. Se expresa en una serie de actividades mediante las cuales los ciudadanos contribuyen a la vida cultural, económica, política y social de la comunidad a la que pertenecen. La participación es un deber que todos hemos de cumplir con vistas al bien común. - ¿Qué es la solidaridad?
Es un principio ordenador que permite tender hacia la eliminación de las estructuras de pecado que dominan las relaciones entre personas y pueblos. Convierte las estructuras de pecado en estructuras de solidaridad. - ¿Cómo se relaciona con la fe?
La solidaridad es una directriz de la voluntad y libertad humana para ocuparse de los más necesitados, es decir, es la determinación firme y perseverante de empeñarse por el bien común. - ¿Cómo aprender y hacer efectiva la solidaridad?
El principio de solidaridad implica que las personas cultiven la conciencia de la deuda que tienen con la sociedad en la cual están insertos. Se aprende realizando obras de misericordia físicas o espirituales para las personas necesitadas, sin olvidar que toda ayuda no debe convertirse en un paternalismo, sino buscar el crecimiento subsidiario de la persona que la lleve a alcanzar su pleno desarrollo. - ¿Cómo se relaciona todo esto con la dignidad de la persona humana?
Es fundamental reconocer la dignidad de la persona ya que es el pilar para construir una sociedad con enfoque humanista integral y solidario, si no existe el reconocimiento de la dignidad, no se puede vivir ninguno de los principios de la doctrina social porque se cae en una cultura de descarte y utilitarismo en la que no se busca el bien común, sino el bien propio sin importar el de los demás. - Estos principios ¿Ayudan realmente a mejorar la sociedad…y por qué?
Sí, porque crean en las personas la necesidad de colaboración con los demás para transformar la sociedad en una más justa, equitativa y buena para todos, teniendo como objetivo alcanzar el bien común para todos.
¿Cómo podemos ejemplificar estos principios en algo concreto?
En la familia, considerada como célula de la sociedad, vemos pequeños y concretos ejemplos de vivencia diaria de estos principios, por ejemplo: viviendo el amor y corrección fraterna entre padres e hijos; como papás educando subsidiariamente a sus hijos para que a futuro sepan valerse por sí mismos, los hijos solidarizándose en la participación del trabajo del hogar para aprender el valor del trabajo y contribución para un bien común familiar.