Dra. Velia Collazo/Abogada derechohumanista
Estamos a pocos días de que inicien las preinscripciones escolares en niveles de educación básica, los cuales son en la primera semana de febrero.
También recordemos que cada 24 de enero se conmemora el Día Internacional de la Educación, y a propósito de esto, hay que mencionar que el domingo de la Epifanía del Señor, el papa Francisco pidió al mundo orar para que se respete el derecho a la educación de los niños y adolescentes en situación de movilidad, es decir, los migrantes.
Partiremos de la premisa de que existe el Interés Superior de la Infancia, y este debe ser la consideración primordial en la toma de decisiones relativas a niñas, niños y adolescentes: esto es, que se debe conceder más importancia a lo que sea mejor para el infante; y en este caso, lo mejor es que el menor continúe con su educación.
Los Derechos Humanos de niñas, niños y adolescentes se encuentran previstos en diversas leyes y tratados internacionales aplicables, esencialmente en la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual reconoce a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos y, entre los cuales, se pueden enumerar los siguientes: Derecho a la vida, Derecho a la alimentación, Derecho a la educación, entre otros.
Cabe mencionar que, la Declaración Universal de Derechos Humanos en su artículo 26, señala que “La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana y el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales; favorecerá la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y todos los grupos étnicos o religiosos; y promoverá el desarrollo de las actividades de las Naciones Unidas para el mantenimiento de la paz”.
Por su parte, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos establece en su Artículo 13 parte 1: “Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona a la educación. Convienen en que la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad, y debe fortalecer el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales”.
En consecuencia, el Estado mexicano debe implementar medidas y estrategias educativas, con las que se incluya e los niños migrantes, puesto que, para ellos la escuela debe ser un espacio seguro, donde encuentren seguridad y estabilidad emocional, y sobre todo que a dichos niños se le respete el derecho a la educación, a la inclusión, y con ello encuentre o vivan “normal”; además, que en las estrategias educativas se les brinde apoyo psicosocial.
Es lamentable que las autoridades educativas no proporcionan una política educativa incluyente, dirigida a los niños y adolescentes migrantes.
En esta Ciudad, Juárez, la diócesis trabaja a través de diversas casas de cuidado y proyectos de religiosas para ofrecer este apoyo escolar. ¿Y las autoridades educativas de la ciudad, qué aportan?
Se debe considerar que los niños migrantes, en cuanto arriban a las ciudades, pueden enriquecer las aulas con su cultura, con la diversidad que aportan; así mismo, las autoridades y directivos se pueden apoyar en el material que ofrece la UNICEF, a fin de lograr el cometido.
Pero lo que considero más importante es que los maestros se comprometan en establecer buenas estrategias inclusivas, implementar la educación emergente, buscar la incorporación educativa o que se realicen adecuaciones a la currícula escolar, con el objetivo de ayudar a los niños migrantes en cumplir sus programas académicos que les permita irse desarrollando, sin importar que no están en su terruño.
Es por ello que esperamos que en estas próximas pre inscripciones se pueda incluir a todos los niños en edad escolar, sean locales o no, respetando su derecho universal a la educación.