Comunicado de solidaridad de los obispos de México, con motivo del incendio ocurrido en Ciudad Juárez, Chihuahua, que provocó la muerte de 40 personas
La Conferencia del Episcopado Mexicano expresa su profundo dolor por el fallecimiento de 39 personas extranjeras y 29 más que resultaron heridas, como consecuencia del incendio ocurrido el día lunes 27 de marzo en las instalaciones de la Estancia Provisional del Instituto Nacional de Migración en Ciudad Juárez, Chihuahua.
Esta situación no es ajena y preocupa a la CEM, pues no se trata de casos aislados y guardan estrecha relación con lo sucedido en 2020 cuando una persona nacional de Guatemala perdiera la vida en la Estación Migratoria de Tenosique, Tabasco, así como los hechos en la Estación de Piedras Negras, Coahuila en 2022.
El hacinamiento, la sobrepoblación y las condiciones infrahumanas a las que son sometidas
las personas en contexto de movilidad, son causa de las numerosas detenciones que realiza el
Instituto Nacional de Migración (INM) como resultado de políticas migratorias de contención
enfocadas en la seguridad nacional, mas no en la protección de los derechos humanos de las personas migrantes.
La Iglesia mexicana ha acompañado a las personas migrantes, refugiadas, víctimas de trata de
personas, deportadas y en situación de desplazamiento forzado interno, y mantiene su compromiso con las personas en situación de vulnerabilidad.
A las familias de las víctimas de esta tragedia: siempre contarán con el acompañamiento pastoral de esta Iglesia, que es para todas y todos, en donde no importa el lugar de origen, nacionalidad, idioma o situación migratoria. Todas y todos somos hijas e hijos de un mismo Dios.
El dolor y el sufrimiento por abandonar el hogar ya es demasiado, y no podemos permitir que su tránsito por México se convierta en un calvario para quienes dejan su familia y país, en búsqueda de una vida mejor.
Finalmente, los obispos de México hacemos un atento llamado a las autoridades de todos los niveles, a no criminalizar a las personas migrantes.
No son “albergues”, son Estaciones Migratorias que en realidad operan como prisiones y como castigo ante la migración irregular.
Como Iglesia, nos mantendremos siempre al lado de quienes más sufren, de los excluidos,
de los pobres y de las personas más necesitadas.
Hacemos un llamado para orar por el eterno descanso de las víctimas y el pronto consuelo a
las familias.
Esta Iglesia, bajo el amparo de Santa María Virgen, velará por el acompañamiento digno de
todas las personas migrantes, como hijas e hijos de un mismo Dios.
† Rogelio Cabrera López/ Arzobispo de Monterrey, Presidente de la CEM
† Ramón Castro Castro/ Obispo de Cuernavaca, Secretario General