Claudia Iveth Robles
En medio de las calles ruidosas de las Colonia Chaveña, muy cerca del centro histórico de la ciudad, viven las religiosas Clarisas Capuchinas, mujeres consagradas que hacen vida contemplativa y se dedican principalmente al silencio y la oración, pero también a una pequeña actividad productiva que les permite reunir fondos para subsistir.
Su casa, propiamente llamada Convento Cristo Rey, es el espacio donde hacen silencio y contemplación a ejemplo de santa Clara, su fundadora, para quien el silencio es el sustento de la comunión con Cristo y con la vida divina.
Carisma y espiritualidad
La superiora de la comunidad de clarisas presente en Ciudad Juárez, Sor Beatriz Ramos Chávez, compartió con Periódico Presencia cómo viven ellas el silencio y varias de las hermanas también ofrecieron algunos consejos para lograr el silencio necesario para el contacto con Dios.
Dijo que como parte de su carisma y espiritualidad, ellas no hablan o hablan sólo lo necesario, y esto no sólo en el templo o capilla, sino en el dormitorio, en el comedor, y otras áreas, donde pueden siempre comunicarse, pero deben hacerlo brevemente y en voz baja.
“Tratamos de vivir esto en el comedor y sólo tienen permiso de hablar los domingos y solemnidades, los jueves y fiestas”, dijo la superiora al resaltar que en el convento, además, procuran no hacer otros ruidos como arrastrar sillas, o cerrar puertas estruendosamente.
En cuanto a la importancia que tiene el silencio en la vida del cristiano, dijo que éste permite escuchar a Dios y ver las necesidades de los demás, pues hace a las personas sensibles a todo lo que les rodea.
“El silencio nos ayuda a centrarnos en nosotros mismos, a reflexionar y meditar en las grandes maravillas de nuestro Creador y Señor…también nos sirve para estar en tranquilidad, paz y armonía”, expuso.
Algunos consejos
Conocedoras de los bellos frutos que ofrece el silencio en la conexión con Dios y practicantes de una actitud difícil en medio de un mundo ruidoso, las religiosas clarisas capuchinas compartieron con los fieles los siguientes consejos, para que logren vivir el silencio.
- Ejercicios de relajación.
Mi consejo es que hagan ejercicios de relajación, apartarse de multitudes, ir dejando poco a poco la televisión, la computadora y el celular.
Un ejemplo a seguir, además de Nuestro Señor Jesucristo y la Virgen María, es San José, su esposo, hombre casto y silencioso que escuchó la voz de Dios y obedeció con prontitud.
Sor Beatriz Ramos
- Querer hacerlo.
Lo primero es querer hacer silencio y hacerse el propósito, es decir, empezar a hacer silencio, porque muchas veces decimos, ‘yo no sé silenciarme, no sé cómo empezar’, pero el primer paso es querer y hacerlo. Tenerlo como un objetivo diario, por ejemplo empezar por un minuto y dentro de nuestro activismo tranquilizarnos, disponernos a interiorizar con todo el ser, la mente y corazón. Si tengo silencio interior, eso me va ayudar a adentrme en mi mismo.
Sor Eva María Guerrero
- Pedir a Dios
Podemos empezar a tener silencio en un encuentro con Dios. Creo que sólo se tiene silencio cuando se necesita de él, cuando se pide por un enfermo, por una necesidad. Así podemos iniciar, y si empezamos a estar media hora en el silencio, poco a poco se puede ir aumentando el tiempo…Y así se logra una mayor unión con Dios.
Sor Irma Rivera
- Dejar la televisión.
Sugiero dejar un poco la televisión, porque distrae mucho. Todo lo que sale ahí nos puede distanciar de la presencia de Dios, quizás apagarla un rato para hacer esa actitud de recogimiento y tener esa práctica de silencio. Si tenemos silencio exteriormente, también se va facilitar tenerlo en el interior.
Sor Clara Saucedo
- Adentrarse con uno mismo
El silencio te ayuda a adentrarte en ti mismo a encontrarte contigo mismo y saber en qué lugar estás, qué es lo que quieres y a dónde piensas llegar; el silencio te ayuda a olvidarte un poco de lo exterior y adentrarte en la búsqueda de lo que quieres de tu vida y para ayudar a los demás, porque no eres tú solo, vives en sociedad.
Necesitas cerrar la puerta al mundo exterior y adentrarte en ti mismo, eso te ayuda a encontrar la paz interior, que quizá no encuentras en la vida actual, cuando andas de un lado para otro es necesario parar un momento y preguntarte si quieres seguir igual en tu vida, o buscas algo mejor.
Sor Mariana Castillo
- Recurrir a modelos
Aconsejo poner los ojos fijos en dos figuras: en María, que es la maestra del silencio, guardando todo en el corazón, y la otra figura es nuestro Señor: ahí en el Sagrario está siempre presente sin decirnos nada y a la vez diciéndolo todo. Ir al Santísimo y decirle ‘yo estoy aquí, porque tú estas aquí, y estás aquí, porque yo estoy aquí’.
Sor Selene Montoya
- Desconectarse.
“Aprender a desconectarse de todo ruido es la experiencia del silencio, no sólo silencio exterior, sino interior también. Desde mi experiencia, desconectarse del mundo es saborear el silencio.
Sor Abril Ramírez
- Fuera Facebook
Sugiero que se olviden un momento de que existe el Facebook o las redes sociales y se concentren en un ambiente más intimo de oración con Dios.
Sor Celia Ortega