Presentamos la entrevista que realizó Alessandro Gisotti, de Radio Vaticana al padre Federico Lombardi sobre el tercer año de pontificado del Papa Francisco.
Hoy domingo se cumplen tres años de la elección a la Cátedra de Pedro de Jorge Mario Bergoglio. Este tercer año de Pontificado, que comenzó con el anuncio del Jubileo de la Misericordia el 13 de marzo de 2015, también ha sido muy intenso y ha tenido momentos de enorme significado para la vida de la iglesia.
- ¿Puede trazar un balance respecto al tercer año de pontificado del Papa Francisco y describir los desafíos que está afrontando en este momento?
“Tengo la impresión de que está creciendo la autoridad del Papa como maestro de la humanidad, de la Iglesia y de la humanidad, en una perspectiva global. Porque durante este año el Papa ha tocado prácticamente todos los continentes, a excepción de Oceanía. Está presente en un horizonte global y trata con autoridad las cuestiones de la humanidad y de la Iglesia de hoy. Habla sobre los temas de la paz y de la guerra, que afectan verdaderamente a todos; habla sobre los grandes temas de las sociedades actuales en el contexto de la globalización, la ‘cultura del descarte’, la justicia y la participación. En la encíclica Laudado si’, en particular, logró dar una visión de conjunto sobre las cuestiones urgentes y cruciales de la humanidad de hoy y de la humanidad del mañana. Este es el aspecto que yo noto, es decir que la humanidad ve a Papa Francisco como una persona que le ayuda a encontrar una orientación, a encontrar mensajes de referencia en una situación que, en muchos aspectos, es de gran incertidumbre. Entonces, es un líder, un maestro creíble que, al hacer su servicio (que es de carácter específicamente religioso y moral) da una ayuda eficaz; es escuchado por los poderosos de esta tierra. Y los poderosos y los pobres son igualmente importantes y necesarios para ver el camino de la humanidad hacia el mañana”.2. La misericordia, obviamente, es el corazón de este tercer año de Pontificado o ¿tal vez tendríamos que decir de todo el ministerio de Francisco? ¿Cuáles son los rasgos más fuertes que, en su opinión, el Papa está imprimiendo a este Jubileo?
“En efecto, creo que este tema del anuncio del amor de Dios, bajo esta palabra especifica de la misericordia, este anuncio de la presencia y de la cercanía del amor de Dios es la característica desde el principio mismos e su Pontificado. Y ha encontrado esta forma, digamos, nueva y original, de un Jubileo que es un Jubileo extendido por el mundo. No es un Jubileo centralizado: Roma está como corazón natural del camino de la Iglesia, pero la misericordia de Dios puede ser encontrada pasando a través de puertas que se encuentran en todos los lugares del mundo. El llamado a las obras de misericordia materiales y espirituales también da una gran concreción a esa atención por los pobres, por las periferias, por las personas descartadas y objeto de marginación, a las que el Papa siempre ha dedicado su atención, porque son el centro de la atención de Cristo y del Evangelio. Entonces, diría que con este Jubileo estamos justamente en el corazón espiritual de este Pontificado, que es un Pontificado de una espiritualidad nada descarnada, porque se traduce inmediatamente en las obras de caridad.”3. Recordando momentos de este tercer año de Pontificado, muchos se sorprendieron con el Ángelus del 8 de noviembre pasado, cuando Francisco afirmó que el llamado ‘vatileaks 2’ no lo distrae de su trabajo de reforma, que sigue adelante con confianza. ¿Por qué es tan importante para el Papa este punto, la reforma?
“La reforma es una tarea permanente en la Iglesia (‘Ecclesia semper reformanda’), y esto porque nadie puede pensar que es perfecta y establemente fiel al Evangelio del Señor y a sus exigencias tan profundas y difíciles. El Papa, en particular, proviniendo del ‘fin del mundo’, es decir desde una perspectiva nueva, también tiene una capacidad para ver y aprovechar las expectativas de renovación de la Iglesia y de sus estructuras de gobierno en función de la misión universal, y para salir al encuentro de las exigencias de la Iglesia en las diferentes partes del mundo. Esta es una tarea que el Papa sabe que le han encomendado incluso los cardenales, cuando lo eligieron Papa: durante las Congregaciones generales, antes del Cónclave, lo dijeron y el Papa lo sabe. Pero lo hace con una perspectiva espiritual muy característica y muy importante para comprender bien lo que hace: en un clima de continua búsqueda y de obediencia al Espíritu Santo que lo guía para afrontar, uno por uno, los problemas de los que se trata en espíritu y obediencia al Evangelio, con confianza, con esperanza y con gran libertad. Los Sínodos son característicos de esta actitud, y haber afrontado un tema central como el de la familia en los Sínodos significa justamente este deseo de ir con confianza y con valentía al corazón de las grandes cuestiones pastorales sobre puntos cualificantes de la vida cristiana, encarnada en la cotidianidad, dejándose interrogar por los problemas que plantea el tiempo presente, pero siempre bajo la guía del Evangelio.»4. Este año, a pesar de la gran popularidad, no han faltado tampoco las críticas contra el Papa. E incluso de ambientes católicos. ¿Cómo se lo explica?
Me lo explico bastante fácil con el hecho de que caminar en terrenos nuevos, tratar de responder a cuestiones que son planteadas con enorme urgencia por un mundo que está cambiando, es algo que, naturalmente provoca ciertas preocupaciones, provoca temor, provoca incertidumbre; se camina sobre un campo que, por diferentes motivos, es oscuro. Por ello, moverse con valentía, aferrándose principalmente a la fe y a la esperanza, a la convicción de que el Espíritu Santo acompaña a la Iglesia para poner en práctica la voluntad de Dios en el tiempo nuevo, no es tan fácil. Papa Francisco es un maestro en esto, sin duda, que nos guía con valentía y realismo. Él mismo a veces dice que al poner en marcha a la Iglesia no sabe claramente cuál es el punto de llegada y cuál el plan de conjunto que hay que alcanzar. No, él sabe que hay que ponerse en marcha, pero a menudo sin saber exactamente por dónde. Esta es la condición de Abraham, la condición del camino en la fe desde siempre.5. Entre todos los momentos e imágenes de este tercer año de Pontificado, ¿cuál recuerda con particular emoción?
“Hay muchos… Es un Pontificado tan infinitamente rico de gestos concretos (y por lo mismo de imágenes particulares), que identificar uno… no sé, no puedo. Pero hay una categoría, si queremos, de experiencias (y por lo tanto también de gestos y de imágenes) que me conmueve y que se caracteriza por la atención por los enfermos, abrazar a los que sufren. El hecho de que el Papa sepa manifestar de manera tan concreta, tan libre, incluso con gestos físicos, su cercanía es un signo que deja ver la cercanía de Dios. Son gestos que hablan verdaderamente a toda la humanidad y que nos conmueven profundamente. Le estamos muy agradecidos”.