Agencias
Esta mañana el Papa Francisco visitó la Basílica de Santa María la Mayor a su retorno a Roma, Italia, después de su visita apostólica a Cuba y Estados Unidos.
El Papa llegó a la capital italiana a las 10.30 horas locales a bordo de un avión comercial de American Airlines, en vuelo directo desde Filadelfia que aterrizó en el aeropuerto Ciampino de Roma luego de 8 horas de vuelo.
Inmediatamente, el Pontífice fue trasladado hacia el templo romano para dejar una pequeña ofrenda floral en el altar de la Salus Populi Romana, la advocación de la Virgen María que se encuentra en este templo y donde esperaban algunas personas.
El Santo Padre concluyó así el viaje más largo de su Pontificado, que inició el 19 de septiembre, en la tercera visita al continente americano desde que fue elegido Pontífice.
Su despedida
“Doy gracias al Señor porque me ha concedido ser testigo de la fe del Pueblo de Dios en este País, como ha quedado manifestado en nuestros momentos comunitarios de oración y se puede ver en tantas obras de caridad”, dijo el Papa Francisco al despedirse de Filadelfia y de Estados Unidos.
En el último evento de su Visita Apostólica a los Estados Unidos, el Pontífice señaló que su partida lo hacía “con el corazón lleno de gratitud y esperanza”. Luego de agradecer a cuantos hicieron posible su visita el papa dijo:
“Pido al Señor que estos días de oración y reflexión sobre la importancia de la familia para una sociedad sana, anime a las familias a seguir esforzándose en el camino de la santidad y a ver a la Iglesia como su segura compañera de camino, independientemente de los desafíos que tengan que afrontar”.
El Papa dijo que para él, “fue especialmente emotivo la canonización de san Junípero Serra, que nos recuerda a todos nuestro llamado a ser discípulos misioneros”. Así como fue la visita, “junto a mis hermanos y hermanas de otras religiones a la Zona Cero, lugar que nos habla con fuerza del misterio del mal. Sin embargo, tenemos la certeza de que el mal no tiene nunca la última palabra y de que, en el plan misericordioso de Dios, el amor y la paz triunfarán sobre todo”.
Antes de concluir, el Santo Padre dijo: “quiera Dios que estos días que hemos compartido produzcan frutos abundantes y permanentes; que la generosidad y el cuidado por los demás perduren” y los encomendó al cuidado maternal de María Inmaculada, Patrona de los Estados Unidos.