Diana Adriano
El pasado 22 de marzo, la comunidad de la parroquia Santo Niño de Atocha, encabezada por el padre Roberto Ramos, realizó una peregrinación desde el Parque Borunda hasta la Catedral.
La caminata, que reunió a aproximadamente con 150 feligreses, contó con la participación activa de servidores, fieles de la parroquia y de las capillas San Agustín, María Reina y Nuestra Señora del Rosario.
Los fieles caminaron con gran entusiasmo llevando consigo imágenes religiosas, rosarios y estandartes alusivos al Jubileo de la Esperanza.
Encabezaba la marcha una plataforma adornada con mantas del Jubileo, y desde ahí algunos fieles estuvieron animando el recorrido con cantos y reflexiones.
Durante el trayecto, los peregrinos rezaron y cantaron alabanzas, acompañados por un ministerio de música de la Renovación Carismática.
Renovar fe y esperanza
Al llegar a la Catedral, los peregrinos fueron recibidos con cantos y oraciones. Posteriormente, el padre Roberto Ramos, presidió la Santa Misa en la que dirigió una reflexión sobre el sentido del Jubileo de la Esperanza y el significado de la peregrinación como camino de fe.
Explicó a los presentes la importancia de la indulgencia plenaria, que se obtiene al cruzar la Puerta Santa con devoción y cumpliendo los requisitos de confesarse, comulgar y rezar por las intenciones del Santo Padre.
«La peregrinación simboliza nuestro caminar en la vida, con sus dificultades y cansancios, pero siempre con la esperanza puesta en Cristo, quien nos recibe con los brazos abiertos», expresó el padre Beto.
Para cumplir con los requisitos y así obtener indulgencia plenaria, durante la celebración se realizaron oraciones especiales por las intenciones del Papa Francisco y por la paz en el mundo, resaltando la importancia de la unidad y la oración en tiempos de incertidumbre.
El párroco de la comunidad enclavada en la Colonia Héroes de la Revolución, al sur de la ciudad, animó a otros párrocos a organizar experiencias similares, destacando el valor de acompañar a los fieles en este camino de fe y esperanza.
“Es una experiencia hermosa compartir con la comunidad el peregrinar hacia la Puerta Santa, fortalecer la unidad parroquial y renovar nuestra fe”, concluyó.