Mensaje del obispo don J. Guadalupe Torres Campos a la Diócesis de Ciudad Juárez
La Cuaresma es un tiempo de gracia que la Iglesia nos ofrece para renovar nuestra fe, esperanza y caridad; pero, sobre todo es un tiempo para experimentar en nuestra vida la misericordia del Señor que mueve nuestros corazones al don de la conversión. Este año, vivimos este tiempo santo con la mirada puesta en el Jubileo 2025, que nos invita a ser:
«Peregrinos de esperanza».
La Cuaresma nos recuerda que nuestra vida cristiana es una peregrinación. Así como el pueblo de Israel caminó por el desierto hacia la Tierra Prometida, nosotros caminamos hacia la Pascua con el deseo de una vida nueva en Cristo. En este camino, el Papa Francisco nos anima a fortalecer nuestra esperanza, no como un simple optimismo, sino como la certeza de que Dios está con nosotros y nos guía en cada paso. Esta esperanza se cultiva con la oración, el ayuno y la caridad, tres pilares fundamentales de este tiempo litúrgico:
La oración nos acerca a Dios y nos permite escuchar su voz en medio del ruido del mundo; el ayuno nos ayuda a desprendernos de lo superficial para centrarnos en lo esencial y la caridad nos invita a compartir con los más necesitados y a ser signos vivos de esperanza para los demás.
Nuestro mundo necesita testigos de esperanza pues, en medio de guerras, crisis económicas, sufrimientos y desafíos, somos llamados a ser luz y consuelo para quienes han perdido la fe en un futuro mejor.
Como Iglesia diocesana los invito a renovar nuestro compromiso con los más vulnerables, sostengamos a los enfermos, acompañemos a los jóvenes en su búsqueda de sentido y tendamos la mano a quienes viven en soledad.
En este año jubilar, la Cuaresma es un tiempo propicio para redescubrir la misericordia de Dios y peregrinar con un corazón renovado. Animo a cada comunidad parroquial y fieles de esta diócesis a vivir este camino cuaresmal como una verdadera peregrinación interior: dejando atrás lo que nos aleja de Dios y abriendo nuestro corazón a su amor transformador.
Que la Virgen María, madre de la Esperanza, nos acompañe en este itinerario de conversión.
Con mi oración y bendición,
✠ J. Guadalupe Torres Campos
Obispo de Ciudad Juárez