Presencia
El pasado 20 de julio se conmemoraron 100 años de la muerte de Francisco Villa -cuyo nombre real era Doroteo Arango-, una de las figuras más destacadas de la Revolución Mexicana, que fue asesinado en Parral, Chihuahua.
Precisamente en esa ciudad del Estado, en julio, miles de personas se reúnen en la Jornadas Villistas para recordar a quien fue un controvertido personaje y cuya figura se erige en dos gigantescos monumentos en esa ciudad -como en otras de todo México- para ensalzarlo.
Villa participó en la Revolución con el líder del partido antirreeleccionista de Chihuahua, Abraham González e hizo una fuerte amistad con Francisco I Madero. Pero mientras unos lo consideran un héroe, otros lo asumen como un asesino y villano. Por eso la pregunta de esta semana es:
¿Considera apropiada la imagen que se difunde de Pancho Villa y el honor que se le rinde… y por qué?
Francisco Villa (Doroteo Arango) es, como todo personaje que alcanza notoriedad, polémico, comprende la fama de asesino y bandido, como también el individuo bondadoso que despojaba al rico para con el producto ayudar al necesitado. Combatió al usurpador Huerta, lo que le acreditó una imagen de justiciero y su acciones como soldado asombraron a genios militares por su osadía y valor.
Una persona que defiende una causa justa siempre estará expuesta a la crítica buena y mala, y ese es el caso del General Villa y lo que lo convierte en el mexicano más conocido a nivel mundial. Y en el extranjero se menciona al bárbaro como también al gran estratega.
Su obra en México -analizando imparcialmente al individuo, su origen, trayectoria y resultados-, se puede considerar algo muy difícil de igualar, pues en su corto desempeño como gobernador se enfocó en apoyar al desvalido y a la niñez, creando una buena cantidad de escuelas para combatir la ignorancia. En resumen, era una persona positiva visto desde el punto del necesitado, porque el rico lo odió por haber afectado sus personales intereses.
Miguel García/ Comentarista e historiador
Creo que se debe ir más allá. El centenario luctuoso de Francisco Villa es la oportunidad para analizar su imagen y su legado, sobre todo en un lugar como Ciudad Juárez, donde su presencia tuvo tanto impacto.
Me parece que es hora de revisar cómo se construyó el mito de un hombre que llegó a ser el mexicano más famoso en el mundo y estudiarlo en toda su dimensión, con los claroscuros que ello implica.
¿Qué significa esta fecha? Para los juarenses, recordar que en nuestra ciudad Villa se dio a conocer como revolucionario, que la frontera le sirvió de centro de operaciones y que algunas de sus batallas más célebres se llevaron a cabo en Ciudad Juárez o a su alrededor.
Además, es hora de medir la influencia de la relación de Villa con las mujeres en el machismo que ha tenido un precio tan alto en nuestra sociedad y preguntarnos si vale la pena perpetuar ese modelo de hombría. Creo que Ciudad Juárez debe iniciar ese debate.
Cecilia Esther Castañeda/Cronista de Ciudad Juárez
La difusión de la imagen de Pancho Villa, aunque es todo un hito nacional y una de las figuras más conocidas a nivel mundial de nuestra historia, ha sido muy sobrada, ya que, si bien fue un personaje importante en el proceso de la Revolución Mexicana, su actuación es considerada muy controvertida, sobre todo por hacer uso de actos no muy honrosos, dando entonces como resultado una imagen con apariencia de héroe, sin realmente serlo.
A finales de los años 30s hay dos escritores que inician un relato sobre la intervención que hizo Francisco Villa en Columbus, a causa del reclamo que buscaba de un armamento que les había comprado y había salido mal -eso le había causado una derrota en Celaya y ese era su gran enojo-, y este sentido invade. Cuando ellos escriben esta intervención, es la primera vez que le dan una connotación de héroe, porque argumentaban que nadie había invadido Estados Unidos y le daban crédito enorme, claro que sin hacer investigación a fondo, como después se hizo en los años 70s. A causa de esto y como respuesta, Estados Unidos hace expedición punitiva buscándolo y causa la Batalla del Carrizal, pero nunca encuentran a Francisco Villa.
Fueron estos autores los que le dan la imagen de héroe, y esto queda en el imaginario por muchos años, porque realmente será hasta inicios de los 70s cuando otros escritores, tras una búsqueda e investigación documental, van a darle un giro a esta versión; sin embargo es una imagen que ya no se quita sobre Francisco Villa.
Entre sus acciones que dejan en entre dicho esta imagen de héroe, hay situaciones de carácter militar que él no obedecía, pero para los que hemos estudiado esta historia, esto borra mucho la imagen de héroe. Sí fue un líder, indudablemente, sobre todo después de que mandan matar a Madero y entra en acción porque lo quería mucho, pero esta es la parte que tiene más relevancia entre los años 1912 y 1914, tiempo en el que realiza la defensa principalmente de por lo que Madero había convocado en la Revolución Mexicana, igual lo que hace Zapata y también Orozco, de alguna manera.
Estas acciones que hizo Villa, como muchas otras más, se consideran de alguna manera legal en el marco militar, porque la tradición es que cuando se va a combatir, se tiene que avisar, y él no lo hacía, sorprendía a la gente y por eso de alguna manera tuvo batallas, combates que aparentemente habían sido triunfos, pero dentro de lo legal y esto mancha esta actividades, pero en el imaginario esto no se conoció hasta los 90s, cuando hubo historiadores que trabajaron muy profundo en investigar sobre la realidad de Francisco Villa.
Es más villano que héroe, pero el imaginario lo considera así. Por eso mi comentario es que la fama que se le ha dado está inflada, porque realmente no se conocía la realidad de la actuación de Francisco Villa; pudo haber hecho algún bien en algunas cosas, pero creo que es mínimo a como él tradicionalmente actuaba; a veces fue bueno a la causa de la Revolución, pero mayormente a beneficio de él y eso no era correcto; entonces creo que la imagen que tiene, nacional e internacional, en su interior está inflada … Hubo otros actores que lograron un triunfo definitivo, pero Villa no es un ganador, fue combatiente, fue importante, pero no ganó nada.
Arq. José Ignacio Frausto/ Historiador
Consideramos que la historia regional del norte de México, durante varias décadas del siglo XX, se nutrió de memorias colectivas y comunitarias alrededor de figuras singulares, como Pancho Villa. A Villa, se le adjudicaron algunos rasgos que se interpretaron como “identidad” del hombre norteño del siglo XX: recio, valiente, rebelde, y esas características ahondaron en sus simpatizantes. Sin embargo, el desarrollo de la investigación regional del norte de México y en específico, del estado de Chihuahua, han ido reconfigurando las circunstancias de este tipo de personajes y han reinterpretado todo un proceso histórico, es decir, la interacción de muchos otros implicados en la Revolución Mexicana; el papel del ejército, los capitales de grandes terratenientes y la política internacional, son elementos que nutren otra interpretación de la historia, soslayando la simple apología de este tipo de personajes.
Pancho Villa, como personaje histórico tiene sus matices; a la luz de los movimientos feministas, hay una innumerable serie de cuestionamientos a la conmemoración del personaje, el principal de ellos, es su machismo, es decir, las características que se le han adjudicado ficticia o realmente al personaje. Pero hay relatos que se conservan en archivos; son testimonios del tipo de escarmiento muy violento, que ordenaba para tomar control de algunas poblaciones, el cual se padecía en su sector más vulnerable, que eran las mujeres de las rancherías.
Otro de los cuestionamientos del machismo encarnado en Villa son los numerosos matrimonios, y por ende, la numerosa prole que, incluso hoy día, son el testimonio ambivalente de la conmemoración. Se agudizó la crítica porque la balanza se inclinó, el gobierno de la República Mexicana decretó que en el año 2023 fuera plasmado y para siempre, la conmemoración de la muerte de Francisco Villa.
En conclusión, no se puede omitir la existencia de personajes de la historia, pero cuestionarnos constantemente, – a la luz de nuestros problemas cotidianos, en donde nuestra población más vulnerable siguen siendo nuestras hijas, hermanas, vecinas-, elementos que se presentan y nos permiten hacernos un criterio propio para considerar si se debe decretar una memoria histórica colectiva para ensalzar virtudes que hoy en día son un mal social.
Mtra. Araceli Arceo/Profesora investigadora en Historia