El joven detenido como presunto autor de la masacre que cobró la vida de 22 personas en la tienda Walmart Cielo Vista, en El Paso, Texas, se declaró inocente el pasado 10 de octubre durante una audiencia judicial.
De acuerdo a la Policía, Patrick Crusius, de 21 años y oriundo de Dallas, confesó ser el responsable del tiroteo ocurrido el 3 de agosto. Luego de ser detenido, el muchacho declaró que su objetivo era asesinar mexicanos. Ocho mexicanos fallecieron en el ataque y la mayoría de las víctimas tenía apellidos hispanos.
Pero en su audiencia ante el juez, el Crusius se declaró “no culpable”. Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina de que el asesino de Wal Mart se declaró inocente?
La declaración de inocencia por parte de Patrick Cursis es inexplicable y tendremos que esperar para entender más como evolucionará el proceso. Sin duda, las víctimas y la comunidad necesitan que haya justicia pues este proceso es también parte de un camino de sanación. Sin embargo, son conmovedores los comentarios de Mons. Mark Seitz, el obispo de El Paso cuando dice que ‘el ciclo de odio, sangre y venganza en la frontera debe llegar a su fin.’ Si bien es cierto que la balanza de la justicia parece inclinarse a favor de la necesidad de una retribución letal, como busca el Estado, Dios nos ofrece otra oportunidad para elegir la vida.
Dylan Corbett, director del Instituto Fronterizo Esperanza
El joven de 21 años Patrick Crusius, acusado de asesinar a 22 personas y 25 más que resultaron heridas por la masacre que ocasionó el día 03 de agosto en una tienda Wal-Mart en Cielo Vista Mall; confesó cuando lo detuvieron que su intención era matar a tantos mexicanos como pudiera, ya fue presentado ante la sala Ceremonial de la Corte del Condado de El Paso Texas, el jueves 10 de octubre próximo pasado.
Ante la sala llena con más de cien personas, entre familiares y amigos de las víctimas asesinadas, el criminal se declaró inocente, en una audiencia que duró menos de tres minutos. Seguramente su abogado defensor con ésta declaración, espera alargar y dilatar el juicio por más de un año, con el objeto de reunir pruebas con las que pueda evitar la máxima pena del Estado de Texas: la pena de muerte.
La estrategia jurídica es parte de los procedimientos penales con la finalidad de ablandar con el tiempo a los ofendidos y a las autoridades que intervienen en el caso. También es aplicable el derecho humano de la presunción de inocencia, que establece que nadie es culpable de ningún delito hasta que se demuestre lo contrario. Estados Unidos y los Estados asociados en la Organización de las Naciones Unidas han implementado los derechos humanos con carácter de aplicación obligatoria.
Así como ocurrió con O.J Simpsom, que se desvió la atención hacia los policías que lo detuvieron, variando sus declaraciones y señalando a los investigadores como racistas, fue absuelto por falta de pruebas. A pesar de ser confeso y que posteriormente dijo que era inocente. La prueba de un guante ensangrentado del ex jugador de futbol americano, que sirvió como evidencia del crimen contra su esposa, lo admitió en ese entonces el acusado, afirmando que no recordaba haber asesinado a su esposa, pero si el guante es prueba de lo contrario entonces si es cierto. “Pero no recuerdo haberlo hecho”.
Es probable que la defensa del asesino de Wal-Mart trate de acreditar que el asesino estuvo influenciado por el propio presidente de los Estados Unidos Donald Trump, atendiendo al reclamo en contra de los mexicanos como personas nocivas y criminales que dañamos a la sociedad estadunidense. Quizá también que su mente está afectada del odio y resentimiento, como resultado de convivir con norteamericanos que odian a los mexicanos y que más que culpable el joven lo es la sociedad y el gobierno.
Con las leyes de los Estados Unidos de Norteamérica todo puede pasar. Recordemos la frase que escribió en internet el propio asesino Crusius “el ataque es una respuesta a la invasión hispana de Texas”. Además escribió que su captura es peor que morir en el tiroteo porque seguramente recibirá la pena de muerte. Lo cierto es, que ésta pausa dará tiempo para una defensa basada en un crimen de odio, del que no es culpable, pues los sentimientos en los jóvenes se pueden manipular con facilidad desde niños.
Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca/ Abogado Mediador
El 3 de agosto de 2019 quedará marcado en la memoria y en el corazón de la comunidad fronteriza de El Paso – Cd. Juárez. Ese día perdimos padres, esposos, hijos, familiares y amigos entrañables. 22 seres amados. Hace algunos días el responsable de este tiroteo, Patrick Crusius de 19 años, tuvo su primera audiencia, y en ella se limitó a decir “NO CULPABLE”. El día del ataque el joven Crusius se entregó a la policía declarando “yo fui el que disparo”, y en sus primeras declaraciones externo sus motivos para este ataque, simplemente “eran mexicanos”. ¿Que sucedió en estos meses? ¿Por qué cambio su convicción de responsabilidad de estos hechos?… Probablemente es una estrategia legal, cosa que sinceramente desconozco. Pero este hecho tan dolorosos nos permite reflexionar sobre la raíz de estos actos sin sentido…el ODIO… el odio en el corazón y en la mente que lleva a un joven de 19 años a tomar un arma y terminar con 22 vidas, el odio entre bandas de narcotraficantes rivales que ha llevado a una guerra dolorosa en nuestro país, que provocan miedo y pánico en comunidades . Pero también existe otro ODIO, ese que justificamos con el dolor . Esos insultos, maldiciones, y deseos de muerte y perdición que parece son correctos cuando son dirigidos a personas como Patrick , personas que han provocado tanto dolor. El 5 de noviembre de 2003, en un juicio conmovedor donde los familiares de las víctimas pudieron decir lo que pensaban del asesino en serie de Green River, Gary Ridgway, encontrado culpable de asesinato de 48 mujeres; A Ridgway no lo estremecieron ni el desprecio, ni los insultos, ni el sufrimiento de los familiares de sus víctimas, ni las palabras cargadas de odio lograron provocar expresión alguna en su rostro, solamente el sincero perdón mostrado por el padre de una de las personas asesinadas por él, un hombre cristiano, le conmueve súbitamente hasta las lágrimas. El odio siempre engendrará mas odio, el PERDÓN, como nos enseñó Nuestro Señor, siempre será el camino para la reconciliación, la esperanza, la conversión y el AMOR. Movidos por la fe, tenemos que orar por las 22 personas que perdieron la vida ese día, por sus familias y seres que les amaban, pero también por Patrick Crusius, para que independientemente de las estrategias legales de sus abogados, el pueda reconocer ante Dios su responsabilidad de esos trágicos hechos, para que Dios le conceda un corazón contrito y humillado, para que pueda expiar su culpa y encontrarse con la misericordia de Dios.
Tomando las palabras de uno de los familiares de las víctimas del tiroteo en El Paso, “Que no necesitemos nunca más dolor para demostrar todo nuestro amor, y que su muerte no sea en vano y mucho menos sea motivo de rencor”, pienso en Elsa Mendoza, entrañable amiga, maestra comprometida, madre y esposa amorosa, cuya vida fue arrebatada ese 3 de agosto, una vida tan llena de amor hacia los otros, jamás deber ser semilla de odio o rencor, honremos a esos 22 seres amados, precisamente así, AMANDO y haciendo de esta comunidad fronteriza un espacio donde reine la paz y la concordia.
Mtra. Fátima Anaya Ramírez/ Educadora
Eso le dicen los abogados que diga para que piueda salvar su vida en lugar de tener la penade muerte, eso es el caso que yo entiendo hasta ahorita, que dice que no es culkpable, entonces va a Corte a tartar de que no le den la pena de muerte, pore so dice que no es culpable, pero claro, él mismo escribio un manifiesto declarando ahí que su intención era venir a matar mexicanos y para eso se tiene que hacer justicia a la gente que mató. Pero yo estoy de acuerdo con el Papa Francisco de que en este caso,por tan hoprrible que fue su crimen, nosotros escogemos la vida sobre la muerte y él tiene que pagar las consecuencias de la matanza.
Yo creo que vida en la cárcel es una buena manera de que tenga tiempo para reflexionar y para cambiar el corazón y pensar en lo que hizo.
Mons. Arturo Bañuelas, párroco de San Marcos, Diócesis de El Paso.