Pbro. Lic. Leonel Larios Medina/Comunicólogo
Un tema de por sí amplio es lo social, y lo que se refiere a la justa distribución de la riqueza. Sin caer en polarizaciones, tratando de tomar partido, o usando elementos de las teorías sociales del conflicto, quiero invitarte a reflexionar sobre esto, la desigualdad social que cada vez se nota más en nuestro país.
Se está difundiendo mucho una opinión que el 2% de las ganancias del que es actualmente el hombre “más rico del mundo” Elon Musk, serviría para “acabar” con el hambre del mundo. Creo que una opinión así es muy sumaria, pero en términos cuantitativos, sí refleja que un hombre es capaz, con el sistema actual de poseer mucho, y que los reportes de la FAO cada vez presentan un mayor número de pobres, no se diga nuestro país con más de 45 millones en ese estado.
¿Quién ha hecho rico a Mr. Musk? Es indudable el talento que tiene al fundar Tesla, Starlink y SpaceX, pero son los intereses de gobiernos y más de uno que quiere estar a la moda y presumir su carro eléctrico, quienes contribuyen al enriquecimiento de este señor. Actualmente se discute mucho sobre el pago de sus impuestos, y los permisos no pedidos para hacer su base espacial. Lo que sí refleja es al hombre postmoderno de pensar que todo lo que se puede hacer, está permitido hacerlo. La pregunta moral no parece tener importancia en el desarrollo tecnológico siguiendo sus esquemas.
Forbes, una revista reconocida, hace anualmente la lista de los hombres más acaudalados. El mexicano Carlos Slim, antes estaba entre los primeros cinco, ahora lo ocupan los encargados de tecnología. Una lista de pocos nombres, con la mayor cantidad de dinero en el mundo. Criticarlos a ellos sin más, describe primero la envidia de muchos y el deseo de ocupar su lugar, es decir, no critican la acumulación de riquezas, sino el no ser ellos los dueños de tales ventajas.
Una visión más social, nos lleva a buscar la solidaridad desde la base. ¿A qué me refiero? La avaricia no es el pecado de algunos, sino tentación de todos. Cuando el niño no quiere compartir su juguete, o el adolescente exige su dinero sin haber trabajado o apoyado en casa, es reflejo de una sociedad poco solidaria. Es muy diferente el ahorro a la acumulación ilícita, fruto de fraudes o pequeños engaños en el trabajo. No se tratará pues de apuntar a los talentos queriendo como Robin Hood, robarles a los ricos, para dárselos a los pobres; sino buscar una justicia económica que dé posibilidades a todos de desarrollarse.
En muchas ocasiones el pobre está en esa situación, no lo es por flojo, sino por falta de oportunidades. Es necesario regular y brindar oportunidades de crecimiento a todos los niveles. Si tú eres empleado ¿qué oportunidades te brindan para crecer? Si eres empleador ¿buscas la manera de ayudar a tus empleados a crecer? En el fondo se trata de brindar a muchos, más oportunidades. No se trata de tumbar a unos y que se coloquen otros. Un tío decía, “las revoluciones no ayudan, porque solo voltean la tortilla, mejor serían las evoluciones sociales, es decir, avanzar, crecer, madurar”.
Es indignante ver a muchos hermanos en situaciones de indigencia, y sobre todo no tener las estructuras que ofrezcan una nueva oportunidad. Ese es el reto, no resolver el hambre de un hombre dando una moneda, un pan, un pescado. Enseñar a pescar, darles las cañas y llevarlos al mar. De nada sirve quejarnos si pocos los que hacemos mucho y muchos los que hacemos poco.