Familia de migrantes que se quedó a vivir en Ciudad Juárez espera que Estados Unidos y el mundo entero escuche lo que el Papa Francisco tiene qué decir para defender a os migrantes…
Originario del Estado de Oaxaca, Rubén Bautista emigró hace varios años rumbo a Estados Unidos donde trabajó y, aunque sin documentos, se estableció. Sin embargo, querer ayudar a uno de sus empleados lo llevó a la cárcel tres años y después a la deportación.
Entrevistado por Presencia en la Casa del Migrante, Rubén compartió que después de un segundo intento de hacer vida en la Unión Americana, decidió regresar a México, unirse con su esposa e hijo y establecer su vida en Ciudad Juárez, lo cual finalmente podrá lograr gracias al apoyo de gente buena.
Su paso por Estados Unidos
Con poco más de 20 años de edad Rubén viajó a Estados Unidos donde consiguió un buen trabajo de reconstrucción de casas y tenía a su cargo un grupo de empleados. Cierto día, uno de ellos le pidió de favor lo llevara a Chicago, y ante la insistencia del trabajador Rubén pidió permiso a su jefe sin saber que su empleado llevaba droga en su equipaje.
“Cuando nos agarraron me presentaron a la corte. Al joven lo dejaron ir. A mi me dieron 20 años de prisión pero purgué sólo tres. Después me deportaron. Cuando regresé a Oaxaca me reencontré con mi anterior novia y me casé con ella”, compartió Rubén.
Después de un tiempo, el entrevistado decidió regresar a Estados Unidos ya que en su lugar de origen la situación es muy difícil.
“Pasé bien, gracias a Dios. Volví a trabajar y logré pagar una pequeña deuda que teníamos. Mi esposa comenzó a enfermar de los nervios y le pedí que se encaminara a la frontera para mandar por ella y mi hijo, pero ella tenía miedo y me pidió que volviera, que el dinero no era importante sino estar juntos”, narró Rubén mientras su esposa lo observaba sonriente.
Ante la petición de su esposa, Rubén decidió regresar a Oaxaca, pero su meta era venir a vivir a Ciudad Juárez.
Aconseja a otros migrantes
“Traje un poco de dinero de Estados Unidos y nos venimos para acá. En el trayecto se nos perdieron las maletas de mi esposa y mi hijo donde venían unos papeles con el nombre y dirección de unos amigos a donde íbamos a llegar, pero ya no pude encontrarlos. Venimos a la Casa del Migrante donde me tendieron la mano por tres días, pero sólo estuve esa noche”, dijo Rubén quien dejó a su esposa y su hijo en la casa mientras él salió a buscar trabajo.
“Me quedé atrás de una gasolinera donde casi me congelo esa noche. Gracias a Dios tengo oficio de carpintero. Un señor me ofreció trabajo y habló para que me dieran más días en la Casa del Migrante para trabajar y juntar para una renta. Tengo una semana de trabajo, ya me pagaron y conseguí una casita”, compartió contento Rubén.
El tiempo que ha estado en la Casa del Migrante, Rubén ha visto llegar muchachos que sueñan con ir a Estados Unidos y hacer un futuro, por lo que él les platica lo difícil que es. “Les digo la verdad, que es muy duro, que mejor piensen en trabajen aquí. ¿Para qué quieren arriesgarse?. Anteriormente era un poco más fácil y ahorita no. Pero cada quien tiene sus metas”, expresó.
Busca establecerse
Rubén asegura que decidió venir a Ciudad Juárez porque considera que hay más oportunidades de trabajo y de salir adelante.
“Quiero establecerme con mi familia aquí, más que nada por mi hijo, quiero que él tenga un futuro y una educación. Venimos para acá como migrantes pero lo más bonito de esto es que mi esposa me dice que Dios oye las oraciones porque ella pidió todos los días que yo regresara y aquí estoy. Lo más hermoso es estar juntos”.
Quieren la bendición del papa
Rubén y su familia saben de la visita del papa a Ciudad Juárez, su patrón le dijo que los que están en la Casa del Migrante estarán en un lugar importante, pero ellos ya terminaron su estancia ahí y no saben si podrán asistir a la misa.
“Como migrante es algo muy bueno saber que otros estarán en un lugar especial…lo que hace el papa es muy bueno porque se necesita alguien que meta las manos por los migrantes y una persona de esa magnitud es escuchada. Cuando él habla, lo escuchan”, afirmó.
“Su mensaje será algo muy importante y probablemente se vayan a abrir nuevos caminos para los migrantes que están aquí en la zona fronteriza. La fe mueve montañas y una bendición del papa dará a todos energía”.