Diana Adriano
A lo largo del mundo encontramos testimonios e historias de personas que se han convertido, se han sanado o han experimentado un hermoso cambio en su vida a través de la intercesión de la Santísima Virgen María.
Por esta razón, y con motivo de la próxima fiesta en la que se conmemora a Nuestra Señora del Rosario, damos a conocer el testimonio de Gloria Martínez, una persona común que obtuvo la gracia a través del rezo del Rosario.
Primer paso en la fe
Gloria Martínez, era una persona que no compartía totalmente las creencias religiosas de su familia, donde los valores católicos han estado siempre presentes.
Sin embargo, ella respetaba las creencias de cada uno de ellos, pero se resistía a profesar la fe.
“Llegó el momento en el que mi papá falleció y la verdad fue un momento muy difícil para mí. Mis familiares tenían su fe para estar fuertes, pero yo estaba en un momento de vulnerabilidad y tristeza profunda”, compartió a Presencia.
“Fue en ese momento cuando una amiga que pertenece a los Testigos de Jehová comenzó a tener acercamiento conmigo y venían cada semana a mi casa para darme un acompañamiento espiritual, donde me explicaban en lo que consistía su fe”, explicó.
En ese tiempo su familia había regalado a Gloria imágenes de la Santísima Virgen, así como una pequeña cruz que siempre traía en su cuello. Ella guardaba esas imágenes con el cariño con que se guardan regalos de la familia. Pero en cierto momento, los testigos de Jehová le dijeron que si quería continuar en su camino, tendría que deshacerse de ellas.
“Cuando me dijeron sentí un dolor en mi corazón y decidí no hacerlo, pues algo dentro de mí me decía que ese no era el camino. Fue entonces que decidí acercarme a mi hermana que siempre ha sido una católica devota”, relató.
Al compartir con su hermana esta situación, ella le habló de los peligros de ese acompañamiento y fue cuando decidió romper contacto con las personas que iban a su hogar, así como tomó la decisión de emprender una nueva vida en la fe católica.
María cambió mi vida
Gloria cuenta que su hermana Albina Martínez fue un gran pilar en este proceso de conversión, ya que le ayudaba a comprender cosas que no entendía de la fe, de la doctrina y de la misma Iglesia católica.
“Yo ni siquiera sabia rezar el Rosario, fue que mi hermana me comenzó a enseñar y poco a poco fui aprendiendo. Comencé a ver cambios significativos en mi vida, por ejemplo, los problemas en el matrimonio cada vez eran menos”.
“Había problemas, pero ya no me ahogaba en un vaso de agua, pues comenzaba a entender que Dios estaría de mi lado y no me iba a dejar caer”, dijo.
Luego, Gloria y su hermana comenzaron a integrarse al Movimiento de la Divina Misericordia, conociendo y enamorándose más de la fe, de la oración y de María.
“Mi vida desde ese momento comenzó a enfocarse en Dios y en el rezo del Santo Rosario, entendí que María tiene un valor muy grande y totalmente diferente al que los Testigos de Jehová me explicaban”, expuso.
“Me gusta rezar el Rosario en la calle, caminando, lavando, haciendo el quehacer de mi casa y con los dedos de mis manos o comunitariamente. Gracias Madre del cielo, por cuidar de mi vida.”, finalizó.