Los animo a dar testimonio de su fe en estas circunstancias… Así alentó el obispo a presos católicos durante su visita al Cereso 3 para bautizarlos y confirmarlos en la fe…
Ana María Ibarra
Un momento de bendición y alegría fue para Carlos Alberto, de 36 años, recibir el sacramento de la Confirmación el pasado jueves 14 de agosto, día de San Maximiliano María Kolbe, en la capilla Cristo Salvador del Centro de Readaptación Social para adultos número tres.
Testimonio
Junto con otras 24 personas privadas de su libertad, Carlos Alberto fue confirmado por manos de monseñor J. Guadalupe Torres Campos, obispo de la Diócesis de Ciudad Juárez.
Acusado de violencia, hace ocho meses Carlos Alberto ingresó al centro penitenciario e inmediatamente se integró al grupo de catequesis para recibir el sacramento de la Confirmación.
“Mi abuelita era devota de la Virgen de Guadalupe, desde niño empecé a ir con mis padres a misa a San Francisco de Asís y después a Mater Dolorosa. Fue una sorpresa tener la oportunidad de confirmar mi fe en este lugar. Aunque tampoco me imaginé estar en esta situación”, compartió Carlos Alberto después de la misa donde recibió el sacramento.
Algo maravilloso
Como todos los confirmandos, Carlos Alberto se dijo agradecido con la Pastoral Penitenciaria por el servicio que realiza en el penal y por permitirles servir en la medida de lo posible.
“Que el señor obispo haya venido a darnos la bendición a través de los sacramentos es algo maravilloso”, expresó.
Dentro del penal, Carlos ayuda como monaguillo durante las misas, además vive la caridad tanto recibiendo apoyo, como ofreciéndolo a sus compañeros.
“Todos los días tenemos la oportunidad de dar un plato de comida a los internos nuevos, ofrecerles vestimenta, también en lo moral y en lo espiritual se hace caridad”, mencionó el entrevistado.
Sin ahondar en su situación, Carlos explicó que aún no ha sido sentenciado y tiene la esperanza de, en la próxima audiencia, obtener la libertad y así dedicarse al servicio en una parroquia y en la pastoral penitenciaria.
“Los planes que tengo para cuando salga de aquí es ir a pagar mis mandas, recuperar mi trabajo y ser servidor en la parroquia Mater Dolorosa. También deseo formar parte de Pastoral Penitenciaria para ayudar al prójimo. Dios es amor, y si herimos o nos hirieron, siempre está la misericordia para perdonar y ser perdonados”, reflexionó.
Sacramentos
Después de una catequesis de aproximadamente ocho meses, 25 personas privadas de su libertad recibieron los sacramentos de iniciación cristiana.
El pasado 7 de agosto, siete de ellos recibieron el Bautismo de parte del padre Carlos Reza, coordinador de la Dimensión de Pastoral Penitenciaria.
El 14 de agosto, el obispo impartió el sacramento de la confirmación a 23 varones, de los cuales trece recibieron también la primera Comunión.
Otras dos personas recibieron únicamente la Eucaristía ya que fueron bautizados y confirmados de pequeños.
El mensaje
La celebración de los sacramentos se realizó durante la fiesta de San Maximiliano María Kolbe, patrono de los presos. Estuvieron presentes los sacerdotes Carlos Reza, Leonardo García y Diego García. Fue el padre Reza quien atestiguó la preparación de los confirmandos.
En su homilía, el obispo resaltó la presencia de Dios en toda circunstancia, manifestando su amor. Hizo alusión a la misión de San Maximiliano y los tres amores a los que se entregó.
“El primero, es Dios, Cristo, por quien entregó su vida y su martirio; el segundo es María Santísima a quien entregó un amor filial; y el tercer amor es al prójimo, particularmente a aquellos que viven persecución y cárcel, a la que cae también él”, dijo el obispo.
Monseñor Torres señaló que los sacramentos ayudan al cristiano a crecer en su fe, por lo que invitó a los varones a no dejar de asistir a las catequesis para que se sigan preparando.
“Mantengan su esperanza, su fe. Es cierto que a veces se desalientan, pero los animo a dar testimonio de su fe aquí, en estas circunstancias. Hagan mucha oración, confiésense seguido, asistan a la Eucaristía. Dios me manifiesta su amor a través de ustedes”, expresó.
Después de la homilía, se llevó a cabo el rito de Confirmación, y al momento de la Comunión, se acercaron primero aquellos que recibirían por primera vez a Jesús Eucaristía.
El obispo recibió de parte de los internos tres regalos que ellos mismos labraron en madera: un báculo, una imagen de la Divina Providencia y una cruz pectoral.