Pbro. Leonel Larios Medina/ Rector de la Catedral de Parral
El respeto a la ley y la Constitución es esencial para el funcionamiento de cualquier sociedad democrática. En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, promulgada en 1917, es la ley suprema que rige el país. Este documento no solo establece los derechos y deberes de los ciudadanos, sino que también define la estructura y el funcionamiento del gobierno. A lo largo de los años, la Constitución ha sido reformada en múltiples ocasiones para adaptarse a los cambios sociales, políticos y económicos del país. Claro está que las múltiples reformas, y casi parches, hacen que se tenga que estar revisando año con año, lo que dicta la ley.
Es sintomático cuando un jefe de gobierno cree estar por encima de la ley, porque entonces está diciendo en pocas palabras que todos deben someterse a ella, menos él, es decir un dictador, un autoritario, un déspota. El presidente o la presidenta, de la república son los que primero que todos los millones de ciudadanos, necesitan dar ejemplo de ser respetuosos cumplidores de la ley, y solicitar a los diputados que se revisen las leyes, no para obtener sus gustos o proyectos, sino para que ayuden a la mayor cantidad de ciudadanos, si es que alguna ley está afectando a la democracia.
El respeto a la ley es crucial para mantener el orden y la justicia en la sociedad. Sin embargo, en México, el cumplimiento de la ley ha sido un desafío constante. La corrupción, la impunidad y la falta de confianza en las instituciones son algunos de los problemas que han afectado el respeto a la ley. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), sólo el 7% de los delitos cometidos en el país son denunciados, lo que refleja una desconfianza generalizada en el sistema de justicia.
Para fomentar el respeto a la ley, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de su aplicación. Esto incluye mejorar la capacitación y las condiciones laborales de los policías, jueces y fiscales, así como implementar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas. Además, es fundamental promover una cultura de legalidad desde la educación básica, enseñando a los niños y jóvenes la importancia de respetar las normas y los derechos de los demás.
La reforma del sistema judicial tendría que ser en vistas a mejorarlo, no a devaluarlo, diciendo que la mayoría que vote por cualquier hijo de vecino, sea juez. Ser del pueblo, no te hace capaz de interpretar la ley y de impartir justicia. Los años de estudio y una vida probada, serían mejores criterios, no la suma de votos.
La Constitución no sólo establece los derechos y deberes de los ciudadanos, sino que también sirve como una guía para el desarrollo del país. A través de sus disposiciones, se busca promover el bienestar social, económico y cultural de la población.
El respeto a la ley y la Constitución es esencial para el desarrollo y la estabilidad de México. La Constitución, como la ley suprema del país, establece los derechos y deberes de los ciudadanos y define el marco jurídico para el funcionamiento del gobierno. Sin embargo, para que estos principios se traduzcan en una realidad tangible, es necesario fortalecer las instituciones encargadas de aplicar la ley y promover una cultura de legalidad y respeto a los derechos humanos.
Mi solidaridad con el poder judicial y espero que en todos los mexicanos haya un respeto a la ley.