Mons. J. Guadalupe Torres Campos/ Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho cariño esperando que todos estén muy bien de salud, su familia y toda la comunidad diocesana. Aquí algunas ideas de este domingo décimo del tiempo ordinario.
Escuchamos en el evangelio de San Mateo, un clásico vocacional misionero, pero lo podremos definir como el encuentro de Jesús que llama… vocacional al cien por ciento.
Dice el texto que Jesús vio a un hombre llamado Mateo, con mirada fuerte va directo hacia él. Yo me pongo en su lugar y veo una mirada hermosa, de amor firme que viene hacia mí, me mira, no sólo mi exterior, sino al corazón. Esa es su mirada para Mateo y para todos.
Va con el recaudador de impuestos. A veces queremos experiencias místicas, pero ¡no!, el Señor se aparece en lo ordinario, en el trabajo, en tu experiencia diaria el Señor te ve y te habla.
Jesús le dijo a Mateo “Sígueme”, palabra clásica vocacional, invitación directa, y nos invita a ti y a mí a algún apostolado, algún servicio. A todos nos invita a seguirle. Habla con firmeza “Sígueme” y espera una respuesta inmediata. Dice el texto que se levantó Mateo de su lugar donde trabajaba y lo siguió. A veces decimos: si quiero seguirte, Señor, pero me quedo ahí sentado, con actitud de tibieza, de indiferencia. Debemos corresponder, ir hacia Jesús, escuchar su Palabra, decirle sí no sólo de labios. Siempre levantarse y hacer un seguimiento fiel y permanente.
Hay un convivio en casa de Mateo, dice el texto, con publicanos y pecadores y más de un fariseo. Jesús convive con todos, y Mateo es un personaje influyente, que conocía a todo tipo de personas, y no falta quien critica, en este caso un fariseo, para preguntar ¿Por qué el maestro come con publicanos y pecadores?. Aparece el juicio, somos muy dados a etiquetar a las personas y eso refleja una falta de caridad. No somos nadie para criticar, juzgar. Pero la respuesta de Jesús es todavía más contundente y responde: “No son los sanos los que necesitan de médicos, sino los enfermos”.
Todos somos enfermos, pecadores, necesitamos de Cristo, de Dios, los tristes son los que necesitan a Jesús y no tengo por qué juzgar ni señalar, pues compartimos las mismas miserias y pecados .
Jesús dice también una frase muy significativa que nos propone como tarea y actitud permanente: “Vayan y aprendan”… “Quiero misericordia y no sacrificios”. Es lo que quiere Dios: sean misericordiosos; es lo que quiere Cristo: sean perfectos como el Padre celestial es perfecto, que nos amemos, que esperemos al otro, que veamos por el necesitado, que le tendamos la mano.
Y no quiero sacrificios. Queremos quedar bien con Dios y ofrecemos cosas materiales. Pero no quiere el Señor sacrificios u ofrendas materiales, sino que quiere nuestro corazón, nuestra vida y conversión en el amor.
Termina el texto diciendo “No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores”, nos llama a todos.
¡Qué hermosas palabras del profeta Oseas en la primera lectura: “Esforcémonos por conocer al Señor”. Voy a misa, rezo el Rosario, leo la biblia ¡Perfecto! Pero dice el papa Benedicto: “No nos quedemos en el concepto, en la doctrina en una fórmula”.
Pide algo más profundo cuando le dice a Mateo ‘Sígueme’, es para que me conozcas, conozcas mi amor. Esforcémonos por conocer al Señor porque a veces nuestro conocimiento es muy liviano, superficial, tibio. Por eso dice el profeta ‘a veces nuestra fe y amor son mañaneros, de un ratito. Pero conocer a Dios implica toda la vida. El Señor nos pide creer, ser fieles a nuestra fe.
En la carta a los romanos Pablo nos pone como ejemplo a Abraham, que esperó contra toda esperanza, creyó. La fe. Igual Sara creyó.
Entonces debemos creer, vivir nuestra fe con firmeza y traducirla en un seguimiento de fidelidad y misericordia, pues nos dice el Señor: ‘lo que yo quiero de ustedes es que sean misericordiosos, no quiero sacrificios.
Señor, concédenos que comprendiendo lo que es recto, lo hagamos realidad. La coherencia: ¿Lo comprendo y no lo vivo? ¿Lo celebro y no lo vivo? ¡Hay que hacerlo realidad!
Mateo se levantó y lo siguió. Y nosotros ¿Qué le vamos a responder a Jesús en su llamado ‘sígueme’?
La bendición de Dios Padre Todo poderoso permanezca siempre con ustedes. Un abrazo, buen domingo y buena semana.