Lectio Divina correspondiente al 18 de junio de 2023, Domingo XI del Tiempo Ordinario…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 9, 36 – 10, 8.
Al ver Jesús a la gente, sintió compasión de ellos, porque estaban cansados y desorientados como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: -La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla. Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio poder para expulsar espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Los nombres de los doce apóstoles son: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; luego Santiago el hijo de Zebedeo y su hermano Juan; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Santiago, el hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo y Judas Iscariote, el que lo entregó. A estos Doce los envió Jesús con las siguientes instrucciones: -No transiten por regiones de paganos ni entren en los pueblos de Samaría. Vayan más bien en busca de las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Vayan y proclamen que está llegando el reino de los cielos. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien a los leprosos, expulsen a los demonios; gratis lo han recibido, entréguenlo también gratis. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿Qué vio Jesús en la gente que lo hizo sentir compasión?
¿Qué les dice a sus discípulos sobre la cosecha y los obreros?
Al llamar a los Doce, ¿qué poder les da?
¿Cuáles son los nombres de los Doce apóstoles de Jesús?
Al enviarlos a la misión, ¿qué instrucciones les da?
¿A qué se refería Jesús al decir a los apóstoles que aquello que han recibido gratis así lo han de entregar?
Breve Estudio Bíblico.
“La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos”, son las palabras de Jesucristo en el Evangelio según san Mateo de este domingo XI del Tiempo Ordinario. El evangelista presenta en el relato a Jesús como un buen pastor que ve a una multitud cansada y desorientada “como ovejas sin pastor” debido al desinterés y abandono de sus guías espirituales. Al utilizar el verbo griego splanchnizein retrata lo que sintió Jesús para resaltar que se compadeció hasta el punto de moverse sus entrañas. Es entonces que los doce discípulos son llamados y constituidos “apóstoles” para realizar lo que el mismo Jesucristo hacía: predicar el reino de los cielos, ir por las ovejas perdidas, sanar a los enfermos y librar a las personas de los poderes demoníacos. Los apóstoles, testigos de la misericordia con que Jesús actuaba,
son enviados con el poder de Dios a poner los dones recibidos gratuitamente al servicio de los demás sin esperar nada a cambio. Al igual que Moisés en la primera lectura, la tarea es el reunir, sanar y reconducir al pueblo desamparado y disperso hacia Dios. La misión madura en el corazón orante y por ello los invita primero a orar al Padre, el dueño de la cosecha, para que no falten discípulos. El glorificar al Padre con la propia vida y con los frutos de la misión ha de ser la primordial meta del verdadero discípulo. Es Jesucristo que con su muerte nos ha reconciliado con el Padre (segunda lectura) y quien ilumina la tarea de la evangelización de la Iglesia que, por el don de su Espíritu, el Reino ha de encarnarse en cada lugar, en cada tiempo y en cada pueblo.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
¿Cómo puedo yo testimoniar que el Reino de Dios ya está actuando?
Ante la decisión de un hermano católico que se separa de la Iglesia por cualquier circunstancia, ¿voy por la oveja perdida o simplemente no me interesa? ¿Qué me dice Dios de esto en el Evangelio?
Como bautizados ¿en qué nos compromete el saber que el Reino de Dios es un don y una tarea?
Una comunidad que alimenta su fe mediante la oración, madura en la fe y en la misión. En nuestro grupo parroquial ¿cómo alimentamos nuestra fe? ¿Está presente la Palabra de Dios? ¿Presentamos nuestros proyectos y acciones a Dios y nos dejamos conducir por su Espíritu?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
hoy me envías a ir por la oveja perdida,
a ir con el enfermo y con aquel que sufre
para de sus dolencias aliviar;
a proclamar que el reino de los cielos está llegando.
Señor,
deseo ser uno de tus Doce,
ser tu testigo e ir a tus campos a anunciarte;
porque consciente estoy que así,
tu Reino es un Reinado.
Envía, Señor, obreros a tus campos.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que sea luz en nuestro camino:
« Vayan y proclamen que está llegando el reino de los cielos » (Mateo 10, 7).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En este XI Domingo del Tiempo Ordinario Jesucristo nos llama a “rogar al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla” (cf. Mateo 9, 38).
Propuesta: Recordemos en nuestra oración a los sacerdotes, religiosas, frailes y misioneros; hablemos con Dios de ellos. Que, en los momentos de incertidumbre, soledad, enfermedad y cansancio, estemos siempre atentos y seamos un cirineo para ellos. Oremos por la perseverancia de los seminaristas en sus estudios y formación para que sean los futuros obreros de los campos de nuestro Señor. No olvidemos que nuestro Señor nos envía a proclamar el Reino de los cielos con nuestras acciones y testimonio.
Primera Lectura: Éxodo 19, 2-6
Salmo 99
Segunda Lectura: Romanos 5, 6-11
Color: Verde