Lectio Divina correspondiente 27 de agosto de 2023, Domingo XXI del Tiempo Ordinario…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 16, 13-20.
De camino hacia la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: -¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Ellos le contestaron: -Unos que Juan el Bautista, otros que Elías; otros que Jeremías o uno de los profetas. Jesús les preguntó: -Y según ustedes, ¿quién soy yo? Simón Pedro respondió: -Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le dijo: -Dichoso tú, Simón, hijo de Juan, porque eso no te lo ha revelado ningún mortal, sino mi Padre que está en los cielos. Yo te digo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia, y el poder de la muerte no podrá contra ella. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo. Entonces mandó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿Qué pregunta Jesús a sus discípulos mientras van por el camino?
¿Cómo se presenta Jesús a sí mismo?
¿Cuál fue la respuesta de los discípulos a Jesús?
Ante tal respuesta, ¿qué les pregunta Jesús a sus discípulos sobre su persona?
¿Cuál es la confesión de fe que le da Pedro como respuesta?
¿Qué misión le confía Jesús a Pedro?
¿Qué nuevo nombre le da Jesús a Pedro que confiere a su misión?
¿Qué encargo les da Jesús a los discípulos?
Breve Estudio Bíblico
Jesús se dirige hacia la región de Cesarea de Filipo acompañado de sus discípulos después de tener una confrontación con los fariseos y saduceos quienes rechazaban sus enseñanzas y buscaban ponerle una trampa pidiéndole una señal como prueba de ser el mesías. Ante ello, llega un momento muy importante en la vida de Jesús que inicia con una pregunta hacia sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”. Recordemos que con la expresión “el Hijo del hombre” se identifica en la tradición judía al Mesías (cfr. Daniel 7, 13) y que más tarde Jesús la utilizó para referirse a sí mismo con el fin de revelar su identidad como el Mesías y con ello, el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento acerca de su persona y su misión como Señor y Salvador del mundo. Los discípulos no dan una respuesta exacta de lo que se dice de Jesús sólo deja claro que lo identifican como un profeta y no como el Mesías. Ante tal respuesta, Jesús ahora hace la pregunta a ellos, a sus discípulos, quienes han estado viviendo con él y lo han escuchado. Simón toma la iniciativa y expresa una confesión de fe sobre Jesús: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Ante tal respuesta, Jesús le llama “dichoso” pues su confesión no le viene por mérito humano, sino que es un don del Padre. Es en el momento en que Jesús le confiere a Pedro (nuevo nombre que se le da a Simón) ser piedra de fundamento con el fin de reunir al nuevo pueblo de Dios, la Iglesia, a la que el poder de la muerte no podrá contra ella. “Petra” en griego significa la peña o roca donde se asienta una construcción. Ahora Pedro tendrá una misión mediadora ya que Jesús le confía las llaves del Reino de los cielos para atar y desatar, es decir, para ser instrumento de reconciliación entre Dios y los hombres. Es entonces que la tarea de Pedro y de quienes integramos la Iglesia de Cristo pues creemos que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios vivo, es el construir y hacer del proyecto de Dios una realidad.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
¿Crees que Jesucristo es el Hijo del hombre? Es decir, ¿es tu Mesías, tu Señor, tu Salvador?
¿Sobre qué roca está fundamentada mi fe? ¿En qué o quién se sostiene?
¿Qué opinión tiene la gente con la que me relaciono cotidianamente de Jesús? ¿Es un personaje inventado, un gran sabio del pasado, un personaje histórico? ¿A qué se debe que piensen así?
¿Soy un discípulo activo, atento y dispuesto a trabajar por la obra del Reino de los cielos? O ¿busco servir a Dios desde la comodidad y el leve compromiso?
¿Qué tipo de piedra es nuestra comunidad eclesial para que otros se encuentren con Dios? ¿De tropiezo o de apoyo?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús,
que unes en un solo sentir los corazones de tus fieles,
impulsa a tu pueblo a amar lo que mandas y a desear lo que prometes.
Que la fe y las obras de tu Iglesia estén siempre cimentadas en tus enseñanzas y así,
logremos ser el pueblo que deseas,
uno solo en Ti, Señor.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
«Todo proviene de Dios, todo ha sido hecho por él y todo está orientado hacia él»
(Romanos 11,36).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
“Y según ustedes, ¿quién soy yo?”, es la pregunta que este domingo nuestro Señor Jesucristo hace a cada uno de nosotros. ¿Cómo le respondemos?
Propuesta: Una de las mejores maneras es responder con nuestra vida a través del servicio con amor y caridad para nuestros hermanos ya que todos formamos la Iglesia de Jesucristo. Oremos esta semana especialmente por el Papa, sucesor de san Pedro, nuestro obispo, sacerdotes, diáconos y religiosas. No olvidemos pedir por la perseverancia de nuestros seminaristas. Oremos por la santidad de nuestra Iglesia.
Primera Lectura: Isaías 22, 19-23
Salmo 137
Segunda Lectura: Romanos 11, 33-36
Color: Verde