- Retos pastorales, espirituales y económicos se han hecho presentes en la Iglesia Diocesana tras el inicio de la pandemia que ha mantenido los templos cerrados durantre ya cinco meses…algunos párrocos comparten su experiencia. En esta primera parte, los desafíos pastorales…
Diana Adriano
Desde que comenzó el confinamiento por la Pandemia del Covid 19, el mundo cambió. Además de que en cierto modo se detuvo, debieron modificarse muchos aspectos en la vida de las personas, y el espiritual o religioso no fue la excepción.
Al igual que otros sectores, las Iglesias debieron cerrar sus templos y evitar todo tipo de reuniones numerosas.
En la Iglesia católica, la pandemia ha marcado un antes y un después y los retos que se vendrían por el obligado nuevo estilo de vida, no se hicieron esperar.
Desde los fieles hasta el mismo obispo y los párrocos enfrentaron una nueva forma de asumir la actividad que antes se realizaba con toda normalidad. Ya no se pudo asistir a misa presencial, ni a formación, ni a sacramentos, ni a nada de eso.
Mantener viva la fe
Por ello, para los párrocos, uno de los mayores desafíos fue sin duda el distanciamiento.
Así lo considera el padre Alfonso García, párroco de San Francisco de Asís.
“Estar distanciados de las personas ha sido el primer desafío. Ver nuestras parroquias, que son centros de evangelización y centros de catequesis, cerradas, con la imposibilidad de poder reunirnos, eso ha sido difícil”, dijo en entrevista telefónica.
Para el sacerdote, estos cinco meses han alejado a muchas personas de su fe. Se han enfriado y apartado, entonces es sin duda un gran reto poder, a través de las redes sociales, mantenernos en contacto, aunque al final de cuentas no es lo mismo.
“No es lo mismo estar a través de una pantalla a estar presencialmente en los cursos, en la convivencia. Hay un reto en poder transmitir la celebración de la Eucaristía y la Hora Santa, pero con buena calidad, para que realmente sea algo digno y que se vea que se está trabajando en eso”, compartió el sacerdote.
Acompañamiento y ayuda
Otro desafío importante para el padre Alfonso ha sido el acompañamiento, sobre todo a los jóvenes, a los matrimonios y a los niños, aunque en general a todos, para que siga la evangelización y la catequesis, pero bien enfocados, algo difícil cuando no se está cerca, pues como dice el sacerdote: “sabemos que podemos distraernos fácilmente cuando no hay una referencia física fuerte en la comunidad”.
Y también consideró un gran reto poder seguir respondiendo, como parroquia, a las cuestiones sociales de la gente, la ayuda material para las personas que llegan a buscar una despensa o algún otro apoyo en el aspecto económico o material.
“Otro reto incluso es el personal, como sacerdote, pues hay que reinventar la propia pastoral, apartado de la gente, pero buscando la manera de estar cerca de ellos y pendiente”, finalizó el padre Alfonso
Lograr cercanía…desde lejos
El padre Efrén Hernández es uno de los sacerdotes que cambió de parroquia justo antes del inicio de la pandemia, así que la recibió con un poco de más dificultades que cualquier otro y enfrentó el gran reto de responder a las expectativas que la comunidad se hace hacia un nuevo párroco, agregadas las complicaciones de la contingencia.
“Antes de iniciar la pandemia un primer desafío que tuve fue celebrar seis misas el domingo, pues tenía muchos años que no celebraba tal cantidad de misas, lo más eran tres y con eso tenía para acabar exhausto”, compartió.
Dijo que al llegar a la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, tuvo una junta con el consejo y se propuso responder a sus expectativas.
“Me pidieron que reanudara la catequesis pues el padre Celso, que en paz descanse, tenía la costumbre de todos los lunes dar catequesis. Les dije que comenzábamos el lunes siguiente, pero
ese lunes inicio la campaña “Quédate en Casa””, relató.
Aún así, mucha gente se presentó en el templo y el párroco tuvo que pedirles comenzar catequesis por redes sociales, para no arriesgarlos.
En este sentido, comenzó el distanciamiento y se convirtió en un reto lograr un acercamiento con los fieles.
Tremenda aventura
Por ello el padre Efrén decidió dedicar cuatro tardes de la semana para que la gente pueda tener dirección espiritual con previa cita, así como confesiones con los cuidados necesarios.
“Intentamos darles una formación pastoral de lo fundamental, seguir la liturgia y la pastoral social, ya que es lo que los servidores pidieron. Pusimos un día a la semana para dar esa formación de manera virtual”, relató el párroco.
Por lo demás, el padre ha seguido celebrando misa a través de redes sociales de lunes a sábado a las 7:00 de la mañana, y domingos a las 11:00 de la mañana.
“Doy catequesis los lunes y las otras reuniones también las hemos tenido a través de las redes sociales y el Zoom”, dijo el padre Efrén, quien, al igual que todos los párrocos ha tenido también que lidiar con problemas económicos ante la falta de colectas desde hace cinco meses.
“No tenemos ingresos y pagar los recibos y los sueldos ha sido una tremenda aventura, pero a la vez una experiencia muy bonita de confiar en la Divina Providencia”, concluyó el sacerdote.
Formar comunidad
“La situación actual nos ha enseñado que, a pesar de la distancia, seguimos teniendo el reto de formar comunidad, ahora utilizando sabiamente las nuevas tecnologías (redes sociales y páginas web) y los medios de comunicación social ya conocidos (radio, televisión y prensa escrita)”.
Así lo es para el padre Luis Maldonado, asesor de la dimensión de Cultura Digital en la diócesis, a quien esta pandemia le ha dado mucho trabajo tratando de animar, organizar, capacitar en este sentido a sacerdotes, agentes de pastoral y fieles en general.
“Poco a poco hemos ido creando algunas campañas a nivel diocesano. En este tiempo de confinamiento nos hemos enfrentado a muchos retos ya que muchos no tenemos conocimiento de todos los equipos técnicos, pero muchos laicos han afrontado el reto y han elaborado material de calidad, que va desde la transmisión de la Eucaristía, catequesis, reuniones de grupos, entre otros”, reconoció.
“Todo ello para seguir vinculando estrechamente los lazos entre los pastores y los fieles”.
Usar la tecnología
El padre Luis lleva el recuento de las parroquias que, tras el inicio de la Jornada Nacional de Sana Distancia comenzaron a transmitir sus misas diarias y dominicales.
“Actualmente tenemos un promedio de 30 parroquias, algunas con muy buena calidad, ya que los equipos de la Dimensión se han ido capacitando poco a poco y agarrando experiencia en sus transmisiones”.
A nivel nacional y diocesano, el padre Luis ha ofrecido algunas capacitaciones para mantenerse a la par de las actualizaciones en la tecnología y las herramientas que permiten una mejor comunicación e interacción en el ámbito pastoral y hasta espiritual.
“La diócesis puede tener un mayor alcance y así llenar de la Palabra de Dios los distintos medios de comunicación”, dijo para finalizar con esta invitación:
“Animo a todos aquellos que tengan conocimiento en el uso de estos medios, que se sumen en la extensión del Reino a través de estos medios, ya sea integrándose a la Dimensión de Cultura Digital diocesana, o en la parroquial”.