Lectio Divina correspondiente al 28 de mayo de 2023, Domingo de Pentecostés…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
1.Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 20, 19-23
Aquel mismo domingo, por la tarde, estaban reunidos los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: –La paz esté con ustedes. Y les mostró las manos y el costado. Los discípulos, se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús les dijo de nuevo: –La paz esté con ustedes. Y añadió: –Como el Padre me ha enviado, yo también los envío a ustedes. Sopló sobre ellos y les dijo: –Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los retengan, Dios se los retendrá.” (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Era domingo y los discípulos se reunieron ¿por qué estaban con las puertas cerradas?
Jesús se presenta ante ellos y después de decirles: la paz esté con ustedes, les mostró sus manos y costado. Ante esto ¿cómo reaccionaron los discípulos?
Por segunda vez Jesús les dice que la paz esté con ellos y les recuerda que el Padre lo envió a él, y ahora, ¿él a quién envía?
Al final de la lectura, Jesús sopla sobre ellos para llenarlos del Espíritu Santo y su poder, además les asigna un don para edificación y santificación de la Iglesia naciente ¿cuál es ese don?
Breve Estudio Bíblico
En la solemnidad del domingo de pentecostés la primer lectura correspondiente de Hechos de los Apóstoles (Hech 2, 1-11) nos narra ese gran acontecimiento donde se derrama el Espíritu Santo sobre los discípulos y como, de inmediato, vencen el miedo y empiezan a proclamar la Buena Nueva a gran cantidad de peregrinos que se encontraban en Jerusalén precisamente con motivo de la festividad de Pentecostés (fiesta judía cuando celebran la renovación de la Alianza que, originalmente, fue de la cosecha). En la segunda lectura (1 Cor 12), Pablo nos clarifica que los dones del Espíritu nos han sido concedidos de múltiples y diferentes maneras a cada uno de nosotros, siempre con la intención que seamos factores de unidad y servicio a los demás. Estos dones o carismas nos han sido regalados desde nuestro bautismo y somos nosotros quienes debemos ponerlos al servicio de nuestra Iglesia.
San Juan, en su Evangelio, nos narra un pasaje donde Jesús resucitado se hace presente a los discípulos quienes estaban escondidos y llenos de temor ante la posibilidad de ser víctimas de sus correligionarios judíos; ante la presencia de Jesús resucitado, quien les da la paz y les muestra sus manos y costado como prueba de su resurrección, al verlo se llenan de alegría venciendo así el temor. Nuevamente Jesús les da la paz y les indica la misión central a la que han sido llamados: Ser enviados igual que él ha sido enviado por el Padre; es pues clara la misión de los discípulos quienes, además, son ya testigos del Resucitado. Por último, San Juan nos narra cómo a través del Espíritu se les regala el don de poder perdonar los pecados y con eso se asegura un medio de salvación (sacramento) para la Iglesia naciente.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
También estoy alegre de saber que Jesús resucitó, por tanto ¿siento que su paz está a mi alcance a través de la aceptación de su señorío en mi vida?
¿Estoy verdaderamente consciente que los sacramentos son medios seguros de salvación e instituidos por Cristo para que a través de su Iglesia todos podamos salvarnos?
Reconocer los dones o carismas en nuestra propia persona puede resultar difícil, pero una vez que somos conscientes de ellos deberíamos ponerlos al servicio de los demás. De los dones que Dios te ha regalado y que has descubierto en ti, ¿tratas o has intentado ponerlos al servicio de tu comunidad?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
gracias por derramar el Espíritu Santo sobre tu Iglesia,
gracias por cumplir tu promesa, por dejarnos ese consuelo y auxilio,
permite que los dones que me has regalado los ponga al servicio de la Iglesia.
Señor,
nos dejaste el sacramento de la reconciliación,
sacramento que pusiste a nuestro alcance a través de nuestros sacerdotes,
ayúdame a no olvidar ese camino de salvación que nos regalaste.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« A cada cual se le concede la manifestación del Espíritu para el bien de todos »
(1Corintios 12, 7)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En el Domingo de Pentecostés, además de celebrar el derramamiento del Espíritu Santo, recordemos el origen de esta festividad: la cosecha, a través de la cual el pueblo de Dios recibía el alimento y provisión para la supervivencia; recordemos lo que este año hemos recibido de manos de Dios y compartámoslo con los necesitados y olvidados.
Propuesta: Busquemos a través del ministerio de caridad de nuestra parroquia compartir ayuda de alimentos no perecederos y artículos de higiene para que sean entregados en manos de quienes los necesitan. También reflexionemos sobre los dones que hemos recibido y pongámoslos al servicio de nuestra comunidad.
Primera Lectura: Hechos 2, 1-11
Salmo 103
Segunda Lectura: 1 Corintios 12, 3-7. 12-13
Color: Rojo