Lectio Divina correspondiente al 18 de diciembre, Domingo IV de Adviento…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 1, 18-24.
El nacimiento de Jesús, el Mesías, fue así: su madre María estaba prometida a José y, antes de vivir juntos, resultó que esperaba un hijo por la acción del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió separarse de ella en secreto. Después de tomar esta decisión, el ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: -José, hijo de David, no temas en aceptar a María como tu esposa, pues el hijo que espera viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque salvará a su pueblo de los pecados. Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que había anunciado el Señor por el profeta: La virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán por nombre Emmanuel (que significa: Dios con nosotros). Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a su esposa. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
El Evangelio nos ilumina, ¿cuál es el origen de Jesús?
¿Qué revela el Evangelio sobre la importancia del Espíritu Santo en la vida de María?
¿Qué dice el texto bíblico sobre José, el padre de Jesús?
¿Cuál fue la prueba que tuvo que afrontar José los días anteriores al nacimiento de Jesús?
¿Qué hizo cambiar de opinión a José para recibir a María como su esposa y al niño como su hijo?
¿Qué dice el ángel de Dios sobre el nombre y la misión que llevará el niño?
¿Qué es aquello que había anunciado el profeta Isaías?
Al despertar José, ¿qué fue lo que hizo?
Breve Estudio Bíblico
Nos encontramos en el cuarto y último domingo de Adviento, en espera del Nacimiento del Mesías Salvador. La primera lectura anuncia que la realidad de la promesa mesiánica en boca del profeta Isaías está por cumplirse: He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrán el nombre de Emmanuel, que quiere decir Dios-con-nosotros” (Isaías 7, 14). San Pablo, siervo de Cristo Jesús, resalta que el evangelio de Dios y las promesas hechas por Él se cumplen en Jesucristo, su Hijo, por lo que todos los hombres son llamados a formar parte de su pueblo santo.
El Evangelio según san Mateo presenta el contexto del nacimiento de Jesucristo, Hijo de Dios, resaltando la figura de José y su reacción ante el anuncio del ángel del Señor sobre la maternidad virginal de su esposa María. Según el antiguo derecho hebreo, María al estar comprometida con José ya era su esposa, aunque no vivieran juntos y, por ende, la infidelidad era considerada adulterio. José “que era justo” (v. 19), es decir, obediente a la Ley de Dios, decide no denunciarla (repudiarla) públicamente según las costumbres de ese tiempo. El ángel del Señor es quien le explica en un sueño que el niño que espera su esposa es fruto del Espíritu Santo y que en Él se cumplen las promesas mesiánicas (Isaías 7, 14). Ello descubre el corazón del primer hombre que amó enormemente a María al recibirla como su esposa a ella y al niño, que al ponerle el nombre actúa como el padre del que ha de ser “el Emmanuel”.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
La liturgia de la Palabra de este domingo confirma que el misterio de la Navidad no es una fábula ingeniosa inventada por la Iglesia ni que Jesucristo es un personaje más que ha sido creado. Es, realmente, una promesa mesiánica hecha por Dios que se cumple en la encarnación de su Hijo, Jesucristo. ¿Qué es para mí la Navidad? ¿Soy realmente consciente que los tesoros infinitos que están contenidos en el nombre de Jesús tienen que ver conmigo?
Cuando te encuentras en alguna situación complicada de vida que no logras comprender y/o superar, ¿acudes a Dios en la oración para estar atento a aquello que te anuncia el Espíritu Santo?
Reflexiona sobre la persona de José, a él se le encomienda la tarea de recibir al niño y a su madre, a aceptar el proyecto de Dios y a reconocer la acción del Espíritu Santo. José que era un hombre justo y temeroso de Dios, obedeció. ¿Soy consciente de la presencia del Espíritu Santo en mi vida? ¿Estoy realmente abierto a dejarme conducir por su acción y favorezco con mis acciones a que se cumpla el proyecto de Dios en el mundo?
¿Cuál es el don más importante que Dios me ofrece en esta Navidad?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Espíritu Santo,
Tú que eres consuelo y compañía de quienes están marginados y tristes,
infunde en el orbe la verdadera alegría de la Navidad,
habita en los corazones de los hombres,
induce en sus mentes que la realidad de la profecía se cumple:
ver a Dios entre los hombres.
Niño Jesús, Mesías Salvador,
¡Rey del mundo!
Gracias por darnos a tu Madre como nuestra Madre.
Por tu Sagrada Familia,
haz que habite en cada hogar
la santidad y la alegría, el amor y la paz que vienen de Ti.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para cultivar la semilla de la Palabra en lo profundo del corazón:
«He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá el nombre de Emmanuel,
que quiere decir Dios con nosotros» (Isaías 7, 14).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Estamos cercanos a la última semana de Adviento y, como cada año litúrgico, en espera del nacimiento del niño Jesús. No es una Navidad más, esta Navidad es única ya que no la volverás a vivir jamás y las próximas, solo Dios sabe. ¿Estás consciente de ello? ¡Vívela cristianamente!
Propuesta: Contempla el misterio del nacimiento de Cristo. ¿Qué te inspira? ¿A qué te mueve? ¡Acude a vivir la Santa Misa! Comparte de lo tuyo con los más necesitados, brinda paz, consuelo y compañía. ¡Haz realidad la alegría de la Navidad!
Primera Lectura: Isaías 7, 10-14
Salmo 23
Segunda Lectura: Romanos 1, 1-7
Color: Morado