Lectio Divina correspondiente al 30 de abril de 2023, IV Domingo de Pascua…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 10, 1-10
Les aseguro que quien no entra por la puerta al corral de las ovejas, sino por cualquier otra parte, es ladrón y bandido. El pastor de las ovejas entra por la puerta. A éste le abre el guardián para que entre, y las ovejas escuchan su voz; él llama a las suyas por su nombre y las saca fuera del corral. Cuando han salido todas las suyas, se pone al frente de ellas y las ovejas lo siguen, pues conocen su voz. En cambio, nunca siguen a un extraño, sino que huyen de él, porque su voz les resulta desconocida. Jesús les puso esta comparación, pero ellos no comprendieron su significado. Entonces Jesús continuó diciendo: –Les aseguro que yo soy la puerta por la que deben entrar las ovejas. Todos los que vinieron antes que yo, eran ladrones y bandidos. Por eso, las ovejas no les hicieron caso. Yo soy la puerta. Todo el que entre en el corral de las ovejas por esta puerta, estará a salvo, y sus esfuerzos por buscar el alimento no serán en vano. El ladrón va al rebaño únicamente para robar, matar y destruir. Yo he venido para dar vida a los hombres y para que la tengan en plenitud. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Jesús les dice a sus discípulos que quién no entra por la puerta al corral de las ovejas es un ladrón, pero si entra por la puerta ¿quién es?
Las ovejas escuchan la voz de su pastor y este ¿cómo las llama?
Cuando el pastor saca sus ovejas ¿en dónde se coloca él? ¿Por qué le seguirán sus ovejas?
Jesús hace otra comparación donde él se designa como la puerta de las ovejas y asegura que si alguien entra a través de él ¿Qué obtendrá?
Después Jesús hace hincapié en su misión y les aclara la finalidad de su presencia entre nosotros ¿Para qué ha venido Jesús?
Breve Estudio Bíblico
Para una mejor visión del pasaje que nos presenta el Evangelio según San Juan sobre el Buen Pastor habremos de ponernos en contexto con algo que cotidianamente realizaban los pastores de esa época; durante la noche se resguardaban las ovejas de diferentes grupos para ser cuidadas de posibles robos o ataques de algún animal, por un vigilante. Por la mañana cada pastor acudía a recoger sus ovejas para sacarlas a pastar y estas normalmente reconocían a su pastor por su voz y confiaban en que serían llevadas a lugar seguro. Esta imagen que les propuso Jesús no fue del todo entendida por lo que recurre a otra comparación donde el se autonombra como la puerta que conduce, a través de la fe, a la vida eterna. Ya en el Antiguo Testamento fue utilizada la figura del rebaño y su pastor, es decir el pueblo de Israel y su Señor. Recordemos el Salmo 23 “El Señor es mi Pastor, nada me falta …” o al profeta Ezequiel (34, 11ss) “esto dice el Señor: Yo mismo buscaré a mis ovejas y las apacentaré”. Con este pasaje del Evangelio vemos como se da cumplimiento en Jesús lo ya anunciado en las Antiguo Testamento.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Jesús nos hace un llamado a sentirnos parte del rebaño de las ovejas del Señor, sentirnos parte de la Iglesia. Iglesia donde encontramos a través de los sacramentos medios seguros de salvación y sabemos que nuestro Señor siempre va por delante de ella. ¿Te sientes parte de su rebaño? ¿Reconoces su llamado?
Jesús también nos llama a entrar a través de él, que es la verdadera puerta que nos conduce a la salvación, a la vida eterna ¿Estás dispuesto a seguir su llamado, a entrar por la Puerta Verdadera?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
gracias por ser el Pastor que me conduce a la salvación,
gracias por llamarme por mi nombre,
gracias por ser la Puerta que me da la Vida.
Señor no permitas que otras voces
me aparten de tu Iglesia,
fortalece mi amor y esperanza.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Conviértanse y hágase bautizar cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo,
para que queden perdonados sus pecados » (Hechos 2, 38)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En el IV Domingo de Pascua Jesús nos revela su misión y nos muestra como en él se da cumplimiento a las antiguas profecías. Sigamos la voz de quién va delante de nuestra Iglesia, del Buen Pastor y mostremos nuestra caridad por los necesitados y olvidados.
Propuesta: El sufrimiento de nuestros hermanos migrantes está a la vista en las calles de nuestra ciudad, algunos acompañados de niños. Mostremos nuestro amor cristiano y tratemos de ayudarlos. Esto lo podemos realizar directamente acudiendo a algún refugio de migrantes o a través del Ministerio de Caridad de nuestra parroquia.
Primera Lectura: Hechos 2, 14. 36-41
Salmo 22
Segunda Lectura: 1 Pedro 2, 20-25
Color: Blanco