Lectio Divina correspondiente al 21 de agosto, Domingo XXI del Tiempo Ordinario … Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 13, 22-30
Mientras iba de camino hacia Jerusalén, Jesús enseñaba en todos los poblados por los que pasaba. Uno le preguntó: –Señor, ¿son pocos los que se salvan? Jesús le respondió: –Esfuércense en entrar por la puerta angosta, porque les digo que muchos intentarán entrar, pero no podrán. Cuando el dueño de casa se levante y cierre la puerta ustedes se quedarán afuera y, aunque comiencen a tocar la puerta gritando: «¡Señor, ábrenos!», les responderá: «¡No sé de dónde son!». Entonces comenzarán a decir: «Hemos comido y bebido contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas». Pero él les dirá: «¡No sé de dónde son! ¡Apártense de mí, malvados!». Entonces llorarán y les rechinarán los dientes, cuando vean a Abrahán, a Isaac, a Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, mientras que a ustedes los habrán dejado afuera. Pues vendrán muchos de oriente y occidente, del norte y del sur, a sentarse a la mesa en el reino de Dios. Hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
Este pasaje del evangelio inicia mientras Jesús iba de viaje ¿Hacia dónde se dirigía Jesús?
En el primer versículo del Evangelio del domingo XXI san Lucas nos deja claro una de las principales actividades que Jesús realizaba cuando pasaba por poblados ¿Qué hacía Jesús en los pueblos que visitaba?
Jesús es cuestionado por una persona ¿cuál es la pregunta que le hace al Maestro?
Jesús no contesta la pregunta, más bien inicia una enseñanza sobre el Reino diciendo que habrá una sola puerta ¿Cómo es esa puerta? Cuando el dueño de la casa cierre la puerta ¿Qué pasará? Los que queden fuera ¿a quienes verán dentro del Reino? Jesús advierte que habrá últimos que serán primeros y ¿algunos primeros que serán?
Breve Estudio Bíblico
En el evangelio del domingo XXI san Lucas nos relata un pasaje que se desarrolla cuando Jesús se dirige a su Pasión y Muerte a Jerusalén, donde será glorificado en la Cruz; el autor también resalta una de las actividades principales de Jesús: la enseñanza. El Maestro es cuestionado por un seguidor desconocido referente a cuantos tendrán acceso al Reino de Dios. Jesús no responde su pregunta directamente, más bien aprovecha para dar una enseñanza sobre el Reino. Primeramente, hace énfasis en que debe existir un “esfuerzo” de parte de aquellos que aspiran al Reino y utiliza la visión de una puerta “angosta” por la cual muchos intentan entrar dejando ver que no todos podrán pasar por ella, además habrá de llegar el momento en que esa puerta se cierre y ya no se podrá acceder. El esfuerzo que se pide es algo que implica vigor y valentía: la palabra utilizada en el texto griego agōn es dinámica, es decir, casi un término de lucha, de resistencia, de forcejeo; Jesús advierte así que no es posible tener el pase por default o en automático por el hecho de ser parte del pueblo elegido o por considerar que se ha estado cerca de él; también aclara que serán admitidos de toda nación sin importar si se es judío o no. En el relato Jesús describe cómo será el Reino al mencionar que se estará con los patriarcas (Abrahán, Isaac y Jacob) y todos los profetas, prefigurando así un banquete donde también estarán los que vendrán de todas las naciones (oriente, occidente, norte y sur). Al final de la lectura de este evangelio se clarifica que algunos primeros podrán ser últimos y algunos últimos serán primeros, como queriendo recordarnos que nadie tiene asegurado un lugar de privilegio en el Reino.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
San Lucas en este pasaje de su evangelio muestra una de las actividades a la que Jesús dedicó mucho tiempo de su vida pública: la enseñanza. ¿He recibido sus enseñanzas a través de las catequesis, cursos o retiros que se ofrecen en mi parroquia? ¿Busco sus enseñanzas por medio de la lectura asidua de su Palabra? ¿me conformo solo con las enseñanzas de Jesús que recibo dentro de la liturgia dominical?
El Señor nos deja claro que no es fácil entrar al Reino y que para lograrlo deberemos esforzarnos, buscar con empeño y aplicarnos día con día, no basta solo con considerarnos cercanos a la Iglesia, a Cristo: si no nos esforzamos, no lo lograremos. ¿Me esfuerzo con valor para lograr entrar en el Reino? ¿Llevo una vida de acuerdo con las enseñanzas del Maestro? ¿Aprovecho la vida sacramental que mi Iglesia pone a mi disposición?
En los tiempos que se desarrolla este pasaje los judíos se consideraban acreedores del Reino por el solo hecho de pertenecer al pueblo elegido; Jesús dice que la salvación es para todas las naciones y que algunos de los que se consideraban “pequeños” o últimos llegarán a ser de los “primeros”. Aun con ese mensaje tan directo ¿prejuzgo a mis conocidos y familiares por considerarlos como de los de atrás, de los últimos?
Estando consciente de que la puerta al Reino es angosta y que llegará el momento que se cerrará ¿hago parte de mi vida las enseñanzas de Jesús? ¿me siento preparado para ese momento? o ¿tengo que esforzarme más?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús,
ayúdame a esforzarme para alcanzar el Reino, para alcanzar la salvación
en la Sagrada Escritura quedó tu Palabra, tu enseñanza y tu amor
sé mi apoyo para que haga vida tus enseñanzas,
no permitas que decaiga mi voluntad de estar a tu lado.
Señor,
gracias por tu inmenso amor hacia los hombres
gracias por permitir que también los últimos
podamos pasar por la puerta angosta,
aleja de mí cualquier actitud de injusticia.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Yo vendré para reunir a las naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria » (Isaías 66, 18)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En este tiempo ordinario, domingo XXI, una de las enseñanzas del evangelio nos hace ver que aquellos que tienen una actitud de injusticia no podrán pasar por la puerta angosta, estará cerrada para ellos. Esta semana revisemos a conciencia si persisten en nosotros ese tipo de actitudes y tratemos de corregirlas con la ayuda de la oración y la eucaristía.
Propuesta: Como muestra de mi esfuerzo por mantenerme dentro de las enseñanzas del Maestro, compartiré con el necesitado y olvidado parte de lo que Dios en su misericordia y bondad ha puesto bajo mi cuidado y me lo ha concedido en abundancia. Puedo compartirlo directamente acudiendo a la Casa del Migrante o a través del ministerio de caridad de mi parroquia.
Primera Lectura: Isaías 66, 18-21
Salmo 116
Segunda Lectura: Hebreos 12, 5-7. 11-13
Color: Verde