Jorge Sánchez/ Instituto Bíblico San Jerónimo
Lectio Divina correspondiente al 26 de diciembre, Domingo dentro de la Octava de Navidad/ La Sagrada Familia… Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Lucas 2, 41-52
Sus padres iban cada año a Jerusalén, a la fiesta de pascua. Cuando el niño cumplió doce años, subieron a celebrar la fiesta, según la costumbre. Terminada la fiesta, cuando regresaban, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Estos creían que iba en la caravana, y al terminar la primera jornada lo buscaron entre los parientes y conocidos. Al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca. Al cabo de tres días, lo encontraron en el templo sentado en medio de los doctores, no sólo escuchándolos, sino también haciéndoles preguntas. Todos los que le oían estaban sorprendidos de su inteligencia y de sus respuestas. Al verlo, se quedaron asombrados, y su madre le dijo: –Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo te hemos buscado angustiados. Él les contestó: –¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre? Pero ellos no comprendieron lo que les decía. Bajó con ellos a Nazaret, donde vivió obedeciéndolos. Su madre conservaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y en aprecio ante Dios y ante los hombres. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el texto del evangelio, correspondiente a la fiesta de La Sagrada Familia y para una mejor reflexión hagámonos las siguientes preguntas:
¿Qué edad tenía Jesús cuando viajó a la fiesta de Pascua a Jerusalén con sus padres?
¿Cuántos días estuvieron buscando a Jesús en Jerusalén antes de encontrarlo en el templo?
¿Qué hacía Jesús junto a los doctores de la ley?
¿Cuál era la reacción de las personas que escuchaban al joven Jesús? ¿Por qué?
Sus padres también se asombraron, sin embargo, cuestionan a su hijo por lo que había ocurrido ¿Qué respuesta les da Jesús?
¿Sus padres comprendieron la respuesta que les dio el joven Jesús?
Al regresar la familia a Nazaret ¿cuál fue la actitud de Jesús?
Breve Estudio Bíblico.
El evangelio nos presenta parte de la vida de una familia judía de aquella época. De acuerdo a lo prescrito en el Antiguo Testamento (Dt 16,16) se debían celebrar ciertas fechas y la pascua fue el motivo por lo que la familia viajó a Jerusalén. Jesús contaba ya con 12 años de edad, por lo que en la mentalidad judía, prácticamente era considerado como un hombre pues a los 13 años ya se les consideraba como tales y, por lo tanto, debían cumplir los preceptos existentes. Lucas nos presenta a un Jesús que profetiza cual será su misión “¿no sabías que debo ocuparme de las cosas de mi padre?”, Lc 2, 49, pero esto no fue comprendido todavía. El joven Jesús, con su actitud, nos enseña también el carácter que nosotros los cristianos debemos mostrar: la obediencia de la fe a la que Pablo hace referencia (Rom 1,5. 16,26; 2Cor9,14). Esta semana, en su primera carta, escucharemos al Apóstol San Juan recordarnos el don privilegiado de ser hijos de Dios y formar parte de su familia, sí ¡somos familia de Dios!: “Consideren el amor tan grande que nos ha demostrado el Padre: hasta el punto de llamarnos hijos de Dios” (1 Jn 3,1-2). Así que, junto con María y José, somos parte de la familia de Dios.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Hagámonos unas preguntas para profundizar más en esta Palabra de Salvación:
¿Me siento realmente parte de la familia de Dios? ¿por qué?
Al igual que Jesús, quien por su edad se mantuvo sujeto a sus padres, ¿también yo como cristiano soy obediente a Dios Padre?
Cómo el joven Jesús, ¿Comprendo cual es mi misión? ¿Ayudar y amar a mi prójimo lo entiendo como parte de mi misión?
¿Mi familia es algo central de mi vida? ¿Considero como parte de mi familia al migrante, al necesitado y al olvidado ?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Hermanos queridos, ahora somos ya hijos de Dios. 1 Juan 3, 2
Padre,
Agradezco tu infinito amor por mí,
amor tan grande que me hace hijo tuyo
porque a través de la sangre derramada en la cruz
me redimiste para formar parte de tu familia.
Señor Jesús,
fortalece mi corazón para que pueda seguir tus enseñanzas
para que pueda amar a mis hermanos en desgracia,
para que sea capaz de compartir con el necesitado
los dones que tú me has dado
Amén.
- Contemplación:
Para favorecer la contemplación podemos repetir varias veces un versículo de la Sagrada Escritura para que entre e ilumine nuestro corazón.
« Dichosos los que encuentran en ti su fuerza y la esperanza » (Salmo 83 )
Hagamos el propósito de repetir este versículo durante la semana.
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En esta fiesta de La Sagrada familia debemos tomar conciencia de la importancia de solidarizarnos unos con otros y vernos como una gran familia en torno a nuestro Padre. Sigamos la enseñanza que el Señor nos trasmite a través de su Palabra y procuremos un momento diario para leer nuestra biblia.
Propuesta: En estos días de clima extremo hagamos un esfuerzo por dotar de abrigo a los más pobres, a los más necesitados. Podemos llevar cobijas, chamarras o suéteres a los centros de acopio ubicados en nuestras parroquias. Recuerden que “al experimentar el valor de este servicio, darán gloria a Dios por su respuesta de fe al evangelio de Cristo y por su generosa solidaridad con ellos y con todos.” (2Cor 9,13).
Primera Lectura: 1 Samuel 1, 20-22. 24-28
Salmo 83
Segunda Lectura: 1 Juan 3, 1-2. 21-24
Color: Blanco