Pbro. Leonel Larios Medina/ Comunicólogo
Arrancamos una hoja más al calendario, los que todavía somos amantes del papel, otros deslizarán la pantalla en su celular, y del veinte, seguirá el veintiuno. Así como la navidad, fue más hogareña y celebrada en la intimidad de la familia, este fin de año y recepción del nuevo, se nos ha pedido ser responsables en evitar reuniones, y así posibilidades de contagios. El tiempo sigue su curso, y le sigue un nuevo año. Pero, ¿qué tendrá de nuevo además de un dígito? Entre todos los escenarios posibles y probables, me quiero detener en tres buscando en cada uno de ellos algo novedoso.
El primero es un año que inicia con la aplicación de las vacunas que son grabadas al salir del avión, como la” pop star” del momento, o los príncipes de Gales en su gira mundial imperial. Vacunas de varios laboratorios, unas con mayor necesidad de refrigeración que otras, unas venidas del vecino del norte, otras de Bélgica, otras de China. Todas extranjeras. Vendrán a conquistarnos y a darnos la salud tan ansiada, para poder volver a lo de antes, a una economía egoísta, un consumismo voraz, y un México más desigual. La novedad será solo la campaña intensiva de vacunación, pero los ricos la buscarán privada, y los pobres a seguir haciendo filas en los dispensarios del nombre en turno.
Será además un año electoral. El árbitro de la contienda ya hizo sus pininos en Coahuila e Hidalgo, de una jornada electoral entre distancia, gel y cubre bocas. Será la Gran Jornada electoral, a mitad del sexenio con posibles reelecciones y la mayoría del país cambiando ejecutivos y legisladores. ¿Serán campañas con promesas realistas o seguirán vendiendo sueños daneses en la salud? ¿Votará la mayoría conociendo las propuestas y trayectorias de los candidatos? Me temo que será otro año con el mismo circo, pero diferentes actores. Espero equivocarme, lo deseo y pido por ello.
Tercero: la crisis económica ampliará electores beneficiados de programas sociales, pero generará más violencia a la que el narcotráfico seguirá invirtiendo. El veintiuno, será más violento que el encerrado año que termina, no quiero ser ave de mal agüero, pero si las personas no tienen empleo para llevar sustento a sus hogares, buscarán como buenos mexicanos el camino fácil de la transa o de lo ilícito. Todo por llevar pan a sus casas o vivir de una manera tal, que prefieran tomar el riesgo que seguir en picada. En este último escenario es donde menos novedad contemplo, y miro con dolor las hojas en blanco de mi nuevo calendario.
No quiero terminar con un mal sabor de boca. Mirar el nuevo año así, es realista, pero siendo el ser humano, un ser de futuro, que planea y busca transformarlo, espero ser parte de aquello que queremos un México más justo, donde el sector salud sea un servicio de calidad para todos; ciudadanos participativos en todo momento y no sólo en las contiendas electorales, y constructores de un país que busca la paz. Bienvenido el nuevo año, que nos brinda hojas por escribir, agendas por llevar, sueños por los cuales despertar para realizarlos. Les deseo Vida nueva, en este año que si puede traer algo bueno.