Muy buenos días, buen domingo. Les saludo con mucho amor de padre y pastor. Estamos viviendo días muy hermosos con las lluvias que Dios nos ha regalado en nuestra ciudad; ha llovido más que otros años y eso es sin duda una bendición. Hay que seguir pidiendo por las lluvias para que haya en las presas suficiente agua para todo el año.
Domingo 19 del tiempo ordinario.
Queridos hermanos, hemos escuchado varios domingos y entre semana un tema muy importante para nosotros como Iglesia, el tema de la semilla, del pan, del alimento, de la multiplicación de los panes y lo que dicen es referencia a la Eucaristía, a Cristo que se nos da como alimento para todos y cada uno de nosotros.
Precisamente hoy en el evangelio de san Juan, que los invito a releer, lo mediten con calma y lo apliquemos a nuestra vida.
¿Qué nos quiere decir Jesús en este evangelio de hoy? Un día Jesús ya venía diciendo “Yo soy el pan vivo que ha venido del cielo” y esto causa enojo en unos, rabia, sobre todo los fariseos, los escribas. Dicen: ¿Cómo que es el pan vivo si es el hijo del carpintero? y empiezan a murmurar y a criticarlo por esta expresión.
Jesús reacciona con firmeza: ¡No murmuren! A veces nosotros somos muy dados a la murmuración, al juicio y hoy dice Jesús a los fariseos y también a nosotros: ¡No murmuren! Tenemos que creer, nos invita a creer y Jesús comienza diciendo que nadie puede volver a Él si no lo atrae mi Padre celestial. Tenemos que disponer nuestro corazón a nuestro Padre que nos atrae, nos jala hacia Él, nos manifiesta su amor y nos regala su espíritu. Es lo primero que Jesús nos dice, es mi Padre quien los atrae, entonces dejémonos atraer por el amor de nuestro Padre Dios, y enseguida dice muy claramente varias frases importantes que quiero que cada uno reflexione en su corazón.
Cinco frases
Primero: ‘El que cree en mí, tiene vida eterna’, qué frase tan fuerte y hermosa que Jesús nos comunica, el que cree de corazón. Que nuestra fe en Jesús esté fuerte y valorar la vida eterna que el Señor nos da.
Segunda frase importante: ‘Yo soy el pan de la vida’. Es ese pan, ese alimento, por eso dice en referencia a la Eucaristía: tomó el pan, lo bendijo ‘este es mi cuerpo que se entrega por ustedes’. Ciertamente tenemos que alimentarnos del alimento ordinario, pero para nosotros que creemos es fundamental alimentarnos de su Cuerpo y de su Sangre para tener vida en abundancia, la vida eterna.
Y luego, la tercera frase que completa la segunda. ‘Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo’. Esto porque en pasajes anteriores, se recuerda el maná. Dios hizo caer del cielo el maná, como anuncio del verdadero pan del cielo, que es Jesús. Por eso hoy nos dice esto con claridad. ‘Mi Padre me envía, yo obedezco al Padre y nuestro Padre Dios nos ha enviado a Jesús que es el pan vivo que se hace alimento, Cuerpo y Sangre, alimento sagrado para nosotros.
En el cuarto aspecto que el evangelio nos dice hoy muy importante: ‘El que coma de este pan vivirá para siempre’. ¡Qué hermosas palabras de Jesús! Queremos vivir para siempre. No se trata de vivir siempre, sino tener vida de gracia, vida de amor en Jesús para Cristo y para siempre y cuando muramos en la tierra, vamos a vivir para Dios. A eso se refiere la frase.
La pregunta sería: ¿Quiero yo vivir para siempre desde esta propuesta de Cristo? …y entonces acercarnos a alimentarnos de Él. Por eso la Eucaristía, por eso se quedó como alimento para que comulguemos. La importancia de la Eucaristía para todos nosotros los cristianos: comer el Cuerpo de Cristo, beber la Sangre de Cristo, vivir para siempre.
Finalmente la quinta frase importante del evangelio: ‘Para que el mundo tenga vida’. El mundo es la humanidad, todos. Es triste que muchos no conocen, no se acercan, no comulgan, falta el alimento. Qué bueno que vayan a misa y hagan oración, pero falta algo muy importante, la Eucaristía, acercarnos a comulgar. Estos domingos donde el tema es el pan eucarístico, se nos invita a los cristianos a acercarnos a Cristo, que es alimento.
Reforzar la fe
Hoy también la primera lectura nos dice: ‘Levántate y come’. Refuerza tu fe. ‘El que cree en mí, tendrá vida eterna’. Aliméntate de este pan que nos da Dios en su Hijo Jesucristo, pero también el alimentarnos de Él, comer el Cuerpo y Sangre de Cristo nos lleva a un compromiso en nuestra vida cristiana, como nos dice san Pablo en la segunda lectura, que nos alejemos de las asperezas, de los insultos, de maldecir a la gente, de toda maldad, nos recomienda. Sean buenos y comprensivos, perdónense unos a otros, imiten a Dios, vivan amándose como Cristo nos amó.
El que come mi Cuerpo tendrá vida eterna, vivirá para siempre, pero en el amor, comprensión amabilidad, sencillez, amándonos unos a otros como Cristo nos amó.
Queridos hermanos, seguimos en nuestra vida de fe, sigamos pidiendo a Dios que nos fortalezca, y nos traiga esa apertura en mente y corazón para acercarnos a Él en la Eucaristía, que nos decidamos a convertirnos, confesarnos para alimentarnos al menos cada ocho días del Cuerpo y la Sangre del Señor, porque el Señor nos ha dicho ‘El que come mi Cuerpo, tendrá vida eterna Yo soy el pan vivo bajado del cielo’.
Los saludo con alegría, los bendigo siempre con todo mi corazón. Abrazos y bendiciones para todos.