Manantial en el Desierto: La historia oculta de Ciudad Juárez
José Mario Sánchez Soledad/Autor
Bendición de la piedra angular y cimientos de la Misión
Agustín de Vetancurt nos dejó en su Crónica de la Provincia del Santo Evangelio de México un relato de la construcción de la Iglesia:
“No había madera a la mano para construir el edificio. García, viendo la escasez de material, hizo esto objeto de oración, algunos indios vinieron y lo condujeron como a legua y media de distancia en donde había un sitio de hermosos pinos, de donde fueron cortados y acarreados al pueblo Manso, sin mucho trabajo. Cuando Fray García estaba construyendo el convento, Fray Blas de Herrera comentaba que estaba haciendo muchas celdas. Fray García, dice Vetancurt, entonces profetizó la revuelta de 1680, y el retiro de los Españoles hacia el Paso, diciendo que las celdas no serían suficientes para todos los que eventualmente morarían en ellas.
Las construcciones provisionales de la misión fueron reemplazadas con edificios más consistentes. Existe la copia fiel del certificado de bendición de la piedra fundamental de la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe del Paso del Norte en el “Libro Primero de Casamientos”, folio 76-2. Fray García describe la dedicación de la piedra angular de la iglesia,
escribiendo:
“En abril 2, 1662, Yo, Fray García de San Francisco, bendigo la primera piedra de cimiento, y cimientos de la Iglesia de esta conversión y congregación de los Mansos y de Nuestra Señora de Guadalupe del Paso, patrona titular de dicha Iglesia. En orden de que sea confirmada en el futuro este escrito fue puesto aquí, y yo lo firmo. Fr. García de San Francisco”.
También en su crónica franciscana, Vetancurt comenta que la Misión a Nuestra Señora de Guadalupe Mexicana fue dedicada el 15 de enero de 1668, durante el segundo domingo después de la Epifanía. La solemne ceremonia fue llevada a cabo por el padre fray Juan Talaban, con la asistencia del custodio de entonces y dando el sermón su secretario. Después, fray Juan Talaban fue martirizado por los indígenas durante la revuelta de 1680, en el poblado de Santo Domingo, Nuevo México, lo encontraron los pobladores durante su retirada acorde a los relatos encontrados en los Autos tocantes a Socorros del Nuevo México de Fray Payo Enríquez de Ribera.
Los apoyos de Fray García de San Francisco
Los gobernadores de Nuevo México y el custodio de la Conversión de San Pablo apoyaron determinantemente la labor de fray García de San Francisco. Lo anterior lo demuestran las investigaciones de Anne E. Hughes.
Fray Alonso de Posadas, un misionero franciscano en Nuevo México entre 1650 y 1660, era el custodio entre 1660 y 1664.
El gobernador de Nuevo México Juan Manso de Contreras otorgó la autorización para la fundación de la Misión de Guadalupe de los Indios Mansos de Paso del Norte. Bernardo
López de Mendizábal, fue gobernador de 1659 a 1660 y éste autorizó el que se llevaran diez familias cristianas de Senecú para auxiliar en la evangelización. El gobernador Fernando de Villanueva otorgó el permiso, para que seis niños y niñas indígenas y sirvientes del Maestre de Campo Francisco Gómez Robledo, auxiliaran en la evangelización de los indígenas en El Paso, a pesar del disgusto del militar. Fray Alonso de Posadas como custodio facilitó a la Misión de Paso del Norte tres mil reses, cuatro mil ovejas y chivas, dos mil becerros, cuatro mil burros y caballos, además asigno agricultores, carpinteros y todo lo necesario para asegurar el éxito de la misión. Lo anterior también fue la base para la supervivencia de los sobrevivientes
de la futura rebelión indígena de 1680. Estos apoyos facilitaron el establecimiento de la Misión de Guadalupe y otros relatos mencionan dos misiones más en la zona de El Paso del Norte. El gobernador Otermín, en una carta del 20 de octubre de 1680, menciona las nuevas conversiones de San Francisco Toma y Nuestra Señora de la Soledad de los Janos. Fray Francisco de Ayeta, en su carta del 20 de diciembre de 1680, menciona “abandonar el proyecto sería como abandonar la misión de un solo golpe, no solo a las provincias, también a las tres conversiones de Nuestra Señora de Guadalupe, La Soledad, y Nuestro Padre San Francisco de los Cumas y a toda su gente cristiana”.
Fray Francisco de Ayeta, Custodio y Juez Eclesiástico de las Conversiones de San Pedro y San Pablo de Nuevo México y su secretario Antonio de la Sierra, habían visitado a la Misión de Guadalupe el 10 de octubre de 1677, y conocían la realidad de la obra realizada por los franciscanos en la zona. Ayeta volvió a visitar como custodio a Paso del Norte junto con su nuevo secretario Fray Pedro Gómez de San Antonio y defendía el trabajo realizado por sus compañeros.
Vetancurt en sus crónicas menciona que “doce leguas antes de llegar a Nuestra Señora de Guadalupe existen una capilla con un religioso, está dedicada a nuestro padre San Francisco y allí existen cristianos de la nación llamada Zumas y Zumanas, en la orilla del río donde fluye hacia el este, el primer lugar donde llegan las carretas”.
La capilla de la Soledad se encontraba más cercana a Casas Grandes, aunque dependiente de la Custodia de San Pablo, se encontraba a setenta leguas de distancia de El Paso del Norte. Misión de Guadalupe de los Indios Mansos de Paso del Norte 1885. (Princeton University W.H. Jackson Photograph and Publishing Co. Parker Francis.)
Los libros de bautismos, casamientos, y defunciones muestran según investigación de Anne E. Huges en 1923 lo relevante y nivel de importancia de la Misión de Guadalupe, esto en virtud de los numerosos religiosos que estuvieron asignados a ella.
Antes de 1680, los libros muestran a catorce sacerdotes que fueron asignados por periodos variados a servir ahí, más lo que otros documentos muestran y no están incluidos en los libros:
– Fray García de San Francisco (1659-1671)
– Fray Francisco de Salazar (no está en libros de la misión)
– Fray Antonio Tabares (no está en libros de la misión)
– Fray Benito de la Natividad
– Fray Juan Álvarez (1667-1679)
– Fray José de Truxillo (1668)
– Fray Nicolas Hurtado (1672)
– Fray Agustín de Santa María (1675)
– Fray Sebastián Navarro (1675)
– Fray Nicolás de Salazar (1675)
– Fray Juan de Bonilla (1677)
– Fray Nicolás de Echeverría (1677)
– Fray Antonio de Sierra (1677)
– Fray José Valdez (1680)
– Fray Francisco de Ayeta (1677, 1680)
Un análisis realizado por Herbert Eugene Bolton (1870-1953), historiador norteamericano especializado en la zona de Paso del Norte y director de la Escuela de Historia de la Universidad
de California, en Berkeley, también creador de la Biblioteca Bancroft, realizó un estudio que muestra el éxito inicial evangelizador de los franciscanos antes de 1680:
Bautizados antes de 1680
Mansos 830
Piros 62
Sumas 17
Tanos 10
Apaches 5
Jumanos 4
Algunos años fueron especialmente exitosos para la evangelización. Los datos fueron capturados irregularmente, pero existen suficientes como para tener una idea del esfuerzo de conversión realizado:
Bautizados
(Julio 16 de 1662 – abril 1 de 1663) 24
(Abril 1 de 1663- abril 1 de 1664) 300
(antes del 20 de septiembre de 1680) 276
(1668) 3
(1679) 95
Llama la atención no solo el número de personas bautizadas, también se hace notar lo heterogéneo de pueblos donde los franciscanos trabajaban, principalmente Mansos, Piros, Jumanos, Sumas, Apaches, y Tanos.
Algunos de estos indígenas procedían de poblaciones cercanas como Senecú, Abó, Galisteo, San Antonio de Isleta, y la comarca nómada vecina.
Paso del Norte siempre ha sido un lugar de congregación y un crisol para la mezcla cultural y se visualiza la problemática para mantener esta revoltura bajo control y tranquila.