El Domigno 19 de Noviembre la Iglesia celebra la Jornada Mundial de los Pobres…presentamos los avances y logros del proyecto Semáforo de Pobreza que opera en la diócesis desde 2020, año de la pandemia.
Ana María Ibarra
Ofrecer oportunidades de cambio que permitan a las familias resolver necesidades por su propio esfuerzo y se reduzca así el asistencialismo usual en el país, es el objetivo del programa Semáforo de Pobreza, que trabaja por combatir la pobreza en la ciudad.
Iniciado en 2020, año de la pandemia, este programa hace suyo el lema de la Jornada Mundial de los Pobres para este año: “No apartes tu mirada de los pobres”, tomada del libro de Tobías.
Como se sabe, el Papa Francisco decretó la celebración de la Jornada Mundial de los pobres el 13 de noviembre de 2016, cuando clausuraba el Año de la Misericordia convocado por él mismo.
Ese día, en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco celebraba el Jubileo dedicado a todas las personas marginadas y en la Misa estaban presentes miles de pobres, con los que ya había compartido los días anteriores.
De manera espontánea, el Pontífice anunció su deseo de celebrar una jornada de los pobres y desde entonces se conmemora el domingo anterior a la Solemnidad de Cristo Rey.
Durante este día, la Iglesia Católica en todo el mundo anima una serie de iniciativas promovidas desde el Dicasterio para la Evangelización y que pueden ir desde visitas médicas gratuitas, entrega de alimentos, construcción de viviendas, programas de promoción humana, entre otros.
Dejar asistencialismo
En la Diócesis de Ciudad Juárez nació el programa Semáforo de Pobreza que, desde la Pastoral Social, busca de atender y resolver la pobreza en la ciudad.
“Un grupo de amigos nos pusimos a reflexionar sobre la entrega de despensas en las parroquias y qué sucedería con la llegada de la pandemia. Después surgió Todos en la misma barca y fue algo bueno, pero seguimos pensando en ir a un paso más allá”, compartió Xavier Piñón, integrante de Semáforo de Pobreza.
Ese “ir más allá” es precisamente no asumir como única solución para la pobreza, la entrega de despensas.
“La Iglesia nos manda a que resolvamos lo urgente que es el hambre, pero más allá es buscar qué hacer para que las familias que viven en pobreza y necesitan comida, generen actividades que poco a poco los saquen de esa necesidad”, dijo.
Agregó que una persona que recibe despensa sigue siendo igual por años y la pobreza no se acaba, al contrario, va en aumento.
“La intención es que, en lugar de buscar más despensas para dar a más familias,
se haga algo para que en cierto tiempo dejen de necesitar esta ayuda”, abundó Xavier.
Cómo opera
Explicó que el primer paso para llevar a cabo este programa, es acercarse a una parroquia dónde el ministerio de caridad hace entrega de despensas.
“A las familias que reciben despensa se les hace una encuesta con seis dimensiones de la pobreza que se miden con 52 indicadores. Las preguntas son en un formato muy sencillo, tipo semáforo. La pregunta que se hace viene en tres situaciones: verde, que significa todo bien; amarillo, que es alerta; y el rojo, que es situación crítica”, expuso.
El siguiente paso a la encuesta, es dar a la familia un mapa de su vida, como un tipo de radiografía, lo cual permite al equipo reconocer las dimensiones en la vida de esta familia que requieren atención.
Xavier explicó que las dimensiones que abordan en este programa con las familias son: ingresos, educación, salud, medio ambiente, psicológico y participación ciudadana.
“Luego viene el paso tres, que es darle a la familia la responsabilidad de trabajar sus dimensiones en rojo. Y el paso cuatro es darles acompañamiento y ayuda a través de talleres y conferencias, o se les canaliza a instancias de gobierno o asociaciones, según sus necesidades”.
Logros en tres años
Entre los logros que han tenido en estos tres años, compartió Xavier, varias familias han cambiado su vida.
“Nos da mucho gusto haberlas impulsado. Hemos encuestado a más de 200 familias, sin embargo, los talleres y conferencias son abiertas. De las 200 familias encuestadas la tercera parte han cambiado sus vidas. La clave es el seguimiento, estar con ellos para ver el cambio. Y puedo decir que 100 de ellas han dejado de necesitar despensa”, compartió.
Cabe señalar que través del programa -además- se ha ayudado a algunas familias para tener una vivienda digna.
Tipos de pobreza
El colectivo ha detectado dos tipos de pobreza. Una de ellas es la que se da en las familias o adultos muy mayores o enfermos y que no pueden trabajar ni hacer alguna actividad para salir adelante, y lo único que se puede hacer es ayudar a que tengan una vida digna hasta sus últimos días.
“La pobreza impacta en la calidad de vida y buscamos que las personas vivan en dignidad hasta que Dios los llame”.
El otro tipo de pobreza es el de aquellas familias que sí se valen por sí mismos y a ellos se les da su mapa y se les motiva a un compromiso que se va siguiendo y evaluando.
Valioso acompañamiento
Como parte del programa, hay colaboradores que acompañan a las familias en pobreza, tanto para realizar sus metas, como para simplemente hacerse presentes en un acto de caridad fraterna, que es también objetivo del programa Semáforo de Pobreza.
Jaime González es una de estas personas. Él acompaña ocho familias con distintas realidades y permanece cerca de algunas personas que han padecido depresión por distintas circunstancias.
Personas enfermas, solas y en abandono, son quienes reciben la compañía de Jaime, además a alguna de ellas se les da despensa, se les ofrece medicamento y apoyo médico.
“Acompañarlas me da vida. Los ayudo y los motivo a seguir adelante”, dijo.
México, sin combate a la pobreza
Xavier compartió que, en la medida en que han ido trabajando en este programa, y conociendo la situación de las familias en el tema de la pobreza, se han percatado de que ninguna instancia de gobierno -en la ciudad, Estado o en el país- ha trabajado directamente para combatir la pobreza.
“Ha habido programas que han ayudado indirectamente a la población pobre, pero con la pandemia aumentó mucho la pobreza y aunque los programas asistencialistas que se implementan son importantes, no han ido directo a la causa de la pobreza”, señaló.
Otro aspecto que reflexiona es el hecho de que en México se atiende la pobreza “por sectores”, algo que no es del todo adecuado.
“Esto debe medirse por familias, pues vemos que en una misma cuadra pueden vivir familias con distintos niveles de ingresos económicos”, dijo.
Ayuda urgente vs ayuda permanente
Señaló que en México ha habido un aumento en la pobreza debido a que los programas solo ayudan en lo urgente, pero no se ha ayudado al cambio.
“Lo ideal es que no existieran programas que ofrezcan comida o dinero, sino que se le concientice a la gente de que puede salir adelante. En la medida en que aumentan estos programas es señal de que la pobreza va en aumento. Es decir, la pobreza aumenta porque estos programas no sacan a las personas de esa situación”, afirmó.
Convencidos de su metodología y con los resultados obtenidos, la meta de Semáforo de Pobreza es aprovechar los grupos de caridad y cáritas de las parroquias en toda la diócesis, para llevar a cabo este programa, capacitando a cada grupo y sean ellos quienes sigan los pasos en su comunidad.
En frase…
“Semáforo de la pobreza es un colectivo en vías de ser asociación civil. Buscamos hacer estrategias para ayudar a una familia a la vez, a que salgan de la pobreza”.
Xavier Piñón