Lectio Divina correspondiente al 24 de abril del 2022, Domingo de la Divina Misericordia … Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/ Instituto Bíblico San Jerónimo
1.- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 20, 19-31.
Aquel mismo domingo, por la tarde, estaban reunidos los discípulos en una casa con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: -La paz esté con ustedes. Y les mostró las manos y el costado. Los discípulos, se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús les dijo de nuevo: -La paz esté con ustedes. Y añadió: -Como el Padre me ha enviado, yo también los envío a ustedes. Sopló sobre ellos y les dijo: -Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen los pecados, Dios se los perdonará; y a quienes se los retengan, Dios se los retendrá. Tomás, uno del grupo de los Doce, a quien llamaban “El Mellizo”, no estaban con ellos cuando se les apareció Jesús. Le dijeron, pues, los demás discípulos: -Hemos visto al Señor. Tomás les contestó: -Si no veo las señales dejadas en sus manos por los clavos y no meto mi dedo en ellas, si no meto mi mano en la herida abierta en su costado, no lo creeré. Ocho días después, se encontraban de nuevo reunidos en casa todos los discípulos de Jesús. Estaba también Tomás. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús se presentó en medio de ellos y les dijo: -La paz esté con ustedes. Después dijo a Tomás: -Acerca tu dedo y comprueba mis manos; acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente. Tomás contestó: -¡Señor mío y Dios mío! Jesús le dijo: -¿Has creído porque me has visto? Dichosos los que han creído sin haber visto. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para favorecer la comprensión del texto:
¿Cómo se encontraban los discípulos antes de que Cristo se hiciera presente?
¿Qué hace Jesucristo al manifestarse en medio de ellos?
¿Cuál es el saludo que Jesucristo da a sus discípulos cada vez que se presentaba ante ellos?
Los discípulos al verlo se llenaron de alegría, ¿qué les dice Jesús?
Al soplar Jesucristo sobre ellos ¿qué sucede? ¿Qué misión les da?
¿Cuál fue la reacción de Tomás al enterarse de todo lo acontecido?
Al presentarse nuevamente Jesucristo en medio de ellos, ¿qué es lo que sucede entre él y Tomás?
Breve Estudio Bíblico.
¡Jesucristo ha resucitado! En este segundo Domingo de Pascua, de la Divina Misericordia, Dios nos envía a ser portadores de su paz, alegría y misericordia. El libro de los Hechos de los Apóstoles atestigua que, en el inicio de la comunidad cristiana, crecía el número de creyentes en el Señor y los apóstoles realizaban muchos signos y prodigios. La fe en Dios se manifestaba, aunque no dejaban de presentarse adversidades como las que vivió el apóstol Juan por proclamar el mensaje de Dios. Sin embargo, da un gran anuncio por medio de un relato único de una experiencia visionaria que alude a la victoria definitiva de Jesucristo Resucitado, presente en su Iglesia, sobre la muerte y el mal. La paz y la alegría son signos de la presencia de Jesucristo Resucitado. El miedo, el encierro y la incertidumbre se rompen al momento que se aparece en medio de sus discípulos y entonces se experimenta una nueva alegría: la hora de la exaltación y la glorificación de Jesucristo se está cumpliendo. El triple saludo de paz es signo de un don prometido y el envío significa que ahora representan sus discípulos a Cristo en el mundo. Reciben el Espíritu Santo que expresa la presencia íntima de Dios con el poder y el don de perdonar los pecados. Tomás, uno de los Doce, es reprendido por exigir un signo antes de decidirse a creer. Su confesión de fe es una exhortación del evangelista Juan a convertirse en creyentes. Es la culminación de la cristología del cuarto evangelio ya que aclama a Jesucristo crucificado y exaltado como “Señor y Dios”. Este y otros signos son testimonio del propósito de evangelio de san Juan: suscitar la fe en Jesucristo Resucitado, el Mesías e Hijo de Dios, fuente de vida eterna.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Con el fin de interiorizar en el Evangelio respondamos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
¡Cristo ha resucitado! ¿Vives esa paz y esa alegría siendo testigo de su resurrección en el mundo?
¿Crees qué Jesucristo está presente en su Iglesia? ¿Qué haces tú para que ello sea una realidad?
¿Qué cambios personales y comunitarios debemos realizar en nuestra iglesia para que nuestra fe sea creíble?
Jesucristo se hace reconocible en sus llagas e invita a Tomás a tocarlas. ¿Qué te sugiere este gesto en medio de un mundo donde las llagas que dejan la falta de amor y misericordia son evidentes?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Jesucristo Resucitado,
gracias porque en tu divina e infinita misericordia,
nos has dado tu Espíritu que nos renueva y fortalece.
Aumenta en nosotros los dones de tu gracia y así,
ser valientes para anunciar tu Palabra,
testigos y portadores de tu paz y alegría.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
«¡Señor mío y Dios mío!» (Juan 20, 28).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
¡Felices Pascuas de Resurrección! Es tiempo de paz y alegría. Cada domingo, como aquel primer día de la semana, y en cada día, Jesucristo se hace presente en la comunidad, en la escucha de la Palabra y sobre todo en la Eucaristía.
Propuesta: Viviré la Sagrada Eucaristía siendo consciente que Jesucristo Resucitado está presente en el pan y en el vino; en su Iglesia. Este domingo de la Divina Misericordia, Jesucristo nos envía a llevar su Palabra. Haré un acto de misericordia visitando a un enfermo y/o compartiendo de lo mío con alguna persona en necesidad y así, ser también testigo y portador de la paz y la alegría de Jesucristo Resucitado.
Primera Lectura: Hechos 5, 12-16
Salmo 117
Segunda Lectura: Apocalipsis 1, 9-11. 12-13. 17-19.
Color: Blanco