Lectio Divina correspondiente al 02 de abril de 2023, Domingo de Ramos…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 21, 1-11 (Evangelio de la entrada)
Cerca ya de Jerusalén, al llegar a Betfagé, en las proximidades del monte de los Olivos, Jesús envió a dos discípulos con este encargo: –Vayan al poblado de enfrente; al entrar, encontrarán una burra atada con su borrico al lado; desátenlos y tráiganmelos. Y si alguien les dice algo, dirán que el Señor los necesita, pero que en seguida los devolverá. Esto sucedió para que se cumpliera lo que dice el profeta: Digan a la hija de Sión: Mira, tu rey viene a ti, humilde y sentado en un burro, en un borrico, cría de un animal de carga. Los discípulos fueron e hicieron lo que Jesús les mandó: trajeron la burra y el borrico; pusieron sobre ellos los mantos, y él montó encima. El gentío, que era muy numeroso, extendía sus mantos en el camino; otros cortaban ramas de árboles y las extendían por el camino. Y la gente que iba adelante y atrás gritaba: Hosanna al Hijo de David, bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en las alturas. Al entrar Jesús en Jerusalén, toda la ciudad se alarmó y se preguntaban: –¿Quién es éste? La gente respondía: –Es el profeta Jesús, el de Nazaret de Galilea. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿Al inicio del relato, dónde se encontraba Jesús y sus discípulos?
¿A cuántos discípulos envió por delante y con qué encargo?
¿Cuál era la forma en que entraría el Rey según la profecía?
¿Qué extendían en el piso para que pasara Jesús montando el burrito?
¿Qué gritaba la gente que iba atrás y delante de Jesús?
Los pobladores de Jerusalén estaban desconcertados y alarmados ¿Qué era lo que se preguntaban y cuál fue la respuesta que les dio la gente que acompañaba a Jesús?
Breve Estudio Bíblico
En este relato de la entrada de Jesús a Jerusalén como Rey y Mesías, Mateo nos muestra el cumplimiento de lo anunciado por el profeta Zacarías: “¡Grita de alegría, Jerusalén! Que viene a ti tu rey: justo y victorioso, humilde y montado en un asno, en una cría de asna.” (Zac 9, 9). En los comienzos del pueblo Israelí se montaba en burro y no en caballo como lo hacen posteriormente sus monarcas, esto era un signo que el Rey triunfaba con mansedumbre y humildad sin necesidad de armas y violencia (Gen 22, 3; 49,10-11 Ex 4,20). El grito “¡Hosanna!” en tiempos de Jesús equivale a un “¡Viva!” de la actualidad, sería como un ¡Viva el Hijo de David! Además, simultáneamente era colocado lo que hoy llamaríamos una alfombra (con mantos y ramas de árboles) para que pasará el Rey; esto causó sorpresa e incluso temor a los habitantes de Jerusalén y seguramente también alertó a las autoridades. Posterior a esta entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, el evangelio de Mateo nos narrará su entrada al Templo y como expulsó a los cambistas y vendedores.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Por aquella época acudían muchos Israelitas a Jerusalén de diferentes lugares para celebrar la Pascua, por ello, en la entrada de Jesús a Jerusalén, la gente le reconoce pues ya habían oído hablar de él, de sus enseñanzas y curaciones que mostraban la compasión y misericordia de Dios y que más que proclamarles una ley llena de castigos y reglas, les mostraba un Dios de amor que les concedía el perdón de sus pecados. ¿Recuerdas sus enseñanzas? ¿Recuerdas alguna intervención del Señor en tu vida? ¿Reconoces tu también a ese Jesús que solo te pide la obediencia en la fe, más que sacrificios materiales, para regalarte el perdón de tus pecados? ¿Ya acudiste al sacramento de la reconciliación esta Cuaresma? Recuerda que esta es una época para acercarnos a Cristo, no desaproveches estos tiempos de arrepentimiento y perdón.
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
yo te reconozco como mi Rey y Salvador
que tu enseñanzas y maravillas estén siempre presentes en mi vida
te pido no permitas que las olvide,
fortalece mi fe y reaviva en mi tu Espíritu.
Fuiste obediente hasta la muerte
para mi redención y el perdón de mis pecados,
gracias por tu amor y entrega.
¡Viva Cristo Rey!
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Dios lo exaltó y le dio el nombre que está por encima de todo nombre »
(Filipenses 2, 9)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Para este Domingo de Ramos también nosotros reconozcamos a Cristo como Rey y pongamos nuestra fe en acción realizando alguna obra que vaya de la mano de sus enseñanzas.
Propuesta: Hagamos el esfuerzo de donar parte de los dones que del Señor hemos recibido. Pudiendo ser artículos de limpieza personal, alimentos no perecederos o de ser posible parte de nuestro tiempo para ayudar a los necesitados y olvidados. Esto lo podemos realizar directamente acudiendo a algún refugio de migrantes o a través del Ministerio de Caridad de nuestra parroquia.
Primera Lectura: Isaías 50, 4-7
Salmo 21
Segunda Lectura: Filipenses 2, 6-11
Color: Rojo