Dra. Velia Collazo/ Abogada derechohumanista
Hoy en día se vive una grave ola de contagios, COVID-19, y recordamos que las autoridades de salud y el presidente de la república no quieren o no les interesa vacunar a la niñez mexicana, a fin de que lleven una vida dentro de lo “normal”, en tiempos de pandemia.
Cabe mencionar que durante la conferencia de prensa del pasado 27 de julio de 2021, el Subsecretario de Prevención y Protección de la Salud, el doctor Hugo López-Gatell, sostenía que no existe evidencia científica que sugiera que vacunar a niñas, niños y adolescentes sea algo imprescindible o necesario, dado que tienen bajo riesgo de enfermar y de morir.
En este orden de ideas, existe la Convención sobre los Derechos del Niño y en la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, la cual reconoce a niñas, niños y adolescentes como titulares de derechos. En su artículo 13, de manera enunciativa y no limitativa señala sus derechos, entre ellos: 1. Derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo; 2. Derecho a la protección de la salud y a la seguridad social, entre otros.
En función de lo planteado por el subsecretario de salud, y con base a la Convención citada líneas arriba, se considera que a la niñez mexicana se le está violentando su derecho a la salud, por lo que el Estado, al momento de asignar el presupuesto anual debe garantizar la disponibilidad, accesibilidad, aceptabilidad y calidad de los servicios esenciales de atención sanitaria, y lo más importante que incluyan la vacunación y tratamientos para todos los niños, sin discriminación.
Así mismo, a Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, reconoce el derecho a disfrutar del más alto nivel posible de salud, incluso en las vertientes de prevenir, proteger y restaurar su salud, lo que sin duda comprende a los programas de vacunación como el de COVID-19; de la misma manera que se le viola su derecho a la salud también su derecho a la vida, a la supervivencia y al desarrollo.
Por otro lado, ante la negativa del Estado mexicano de inocular a los menores de edad, y con la presencia de nuevas variantes del COVID-19, se puede observar que se encuentran en una posición aún más vulnerable que al inicio de la pandemia.
Por ende, vacunar a la niñez mexicana, el gobierno federal no debe argumentar que es un gasto superfluo, sino como una acción legítima a fin de garantizar el derecho humano a la salud, a la supervivencia y su desarrollo integral. Es por ello que nos debemos cuestionar si nuestras autoridades ¿serán capaces de proteger a la niñez mexicana?
Regreso a clases
Y ante la disyuntiva de la SEP, sobre sí el retorno a clases es presencial o no, después del periodo vacacional; aunado al incremento de contagios covid-19, ¿qué pueden hacer los padres de familia? La American Academy of Pediatrics recomienda que todos los niños y adolescentes elegibles que tengan 5 años o más reciban la vacuna contra el COVID-19. Los adultos y los niños deben vacunarse por completo (recibir las dos dosis) lo antes posible.
Sin embargo, las autoridades federales en particular, el presidente de la República, indica que es mejor que los niños se encuentren en un salón de clases sin importar que estén vacunados o no; se considera que el presidente en este sentido no está protegiendo el Interés Superior del Infante, por su negativa de vacunarlos.
Por otro lado, las autoridades de salud han manifestado que la mejor opción es retornar al aula; no obstante, recordemos que los niños actúan con base en sus intereses, ellos no saben eso de “la sana distancia” o “usar mascarilla todo el día”, se cansan de usarla, y la botan. Y si algún compañerito trae un cubrebocas de un color llamativo, o de algún personaje de película, intercambiarán su mascarilla e incluso se puede dar el caso que la “tomen prestada” al vecinito de banca.
Cabe mencionar que, existen alumnos con mayor riesgo de contagio, aquellos que viven con afecciones crónicas, o con alguna adaptación especial y sus padres se encuentran preocupados más de lo habitual.
En efecto, la vacuna es la mejor y mayor esperanza a fin de terminar con la pandemia, COVID-19; por ello se debe cuestionar a las autoridades de salud, o federales, ¿cuál es el miedo, pretexto para aplicar la vacuna a todos los niños, sin necesidad de tramitar un amparo? ¿Se habrán podido dar cuenta que están violando el Interés Superior de la infancia?