Anabel Carrillo Mares/ Ingeniera química
Como ciudadana que vive en esta ciudad desde hace más de treinta años, me ha tocado observar siempre el área de El Chamizal como un gran espacio con tantos usos disímbolos que da la impresión de estar mal utilizado. Originalmente, yo pensaba que El Chamizal era sólo el parque; he visto crecer sus árboles y notar el poco mantenimiento que ha recibido en estas décadas, por bajo presupuesto o cuestiones administrativas de la autoridad a cargo. Si bien es el espacio de entretenimiento para las familias más grande de la ciudad y la primera impresión de México que observan quienes cruzan por el puente libre, merece estar en mucho mejores condiciones.
Después me di cuenta que el Chamizal era aún más que solamente un parque; que comprendía una gran extensión de tierra a lo largo del Río Bravo. He visto que se ha utilizado para diferentes proyectos a lo largo del tiempo con la venia de los diferentes gobiernos que han transitado por Ciudad Juárez en las últimas décadas. Cabe mencionar que tales proyectos parecen, a todas luces, completamente desvinculados, fuera de un proyecto común en beneficio de la ciudad y esparcidos a lo largo de ese mega terreno, dejando grandes espacios abiertos sin ningún uso, lo cual da la impresión de descuido. Claro que los espacios utilizados cumplen un buen propósito como los espacios deportivos y de esparcimiento, precarios y en malas condiciones, salvo “la X” que se ha convertido ya en símbolo de la ciudad, o los terrenos exclusivos de la UACJ, no de la ciudadanía. Me pregunto el propósito del avión que el presidente Cabada hizo colocar en un lugar de estos terrenos, creo que se ve completamente fuera de lugar y parece que ese sitio es un basurero.
Todos aquellos que defienden, con encono, que los terrenos de El Chamizal se queden como están, como reliquia de un pasado que no volverá, como pieza de museo inútil y empolvada, creo que se equivocan. La realización de un proyecto útil y eficiente que conceda una mejor vida a este espacio que pertenece a los juarenses, podría ayudar a mejorar las condiciones de la zona centro y recuperar su dignidad. Los espacios abandonados podrían adquirir valor y convertirse en un foco de atracción hacia esta parte de la ciudad para propios y extraños.