Lectio Divina correspondiente 05 de mayo de 2024 VI Domingo de Pascua…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Juan 15, 9-17.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Como el Padre me ama, así los amo yo. Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecen en mi amor; lo mismo que yo cumplo los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Les he dicho esto para que mi alegría esté en ustedes y su alegría sea plena.
Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo; a ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que le he oído a mi Padre.
No son ustedes los que me han elegido, soy yo quien los ha elegido y los ha destinado para que vayan y den fruto y su fruto permanezca, de modo que el Padre les conceda cuanto le pidan en mi nombre. Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros». (El texto ha sido tomado de los Leccionarios I, II y III, de la Comisión Episcopal de Pastoral Litúrgica)
Después de haber leído el Evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿En qué pide Jesús que permanezcan sus discípulos y cómo lo pueden lograr?
¿Cuál es el mandamiento que Jesús les da?
Según las palabras de Jesús ¿cuál es el amor más grande?
Los discípulos para Jesús ¿son siervos o amigos? ¿Por qué?
¿Para qué ha elegido Jesús a los discípulos y a qué los ha destinado?
Breve Estudio Bíblico
El pasaje del Evangelio forma parte del discurso de despedida por parte de Jesús donde se revela la identidad del verdadero discípulo. En las despedidas, comúnmente se tratan asuntos fundamentales pensando en el momento venidero tanto para el que se va como para el que se queda. Por medio de este discurso, Jesús hace un llamado y da un mandamiento como parte de un testamento espiritual ante su próxima ausencia física de la comunidad de los discípulos. “Como el Padre me ama, así los amo yo”, resalta la relación del Padre con Jesús, el Hijo, y es la misma relación que ha de darse entre el Hijo y sus discípulos y, entre ellos mismos. El origen del amor es, pues, el que existe entre el Padre y el Hijo. La unión con Dios a partir de Jesucristo es una relación de fe-amor que se ha de vivir en el cumplimiento de los mandamientos de Jesús: hacer la voluntad del Padre que se manifiesta en la obediencia desde el amor y lleva a la verdadera alegría (v. 11). Quien ama así, buscando cumplir la voluntad del Padre, se introduce en una nueva relación con Jesucristo y, como consecuencia, con los hermanos. La relación que se hace de los siervos o esclavos con los amigos “el siervo no sabe lo que hace su amo” (v.15), es porque los siervos o esclavos obedecen a su amo tal vez por miedo o obligación, pero no necesariamente por amor. La amistad con Jesucristo introduce al discípulo a una relación de amor, encuentro, cercanía y conocimiento de lo que hace el Maestro, pues no basta con obedecerlo, sino de conocerlo, convencerse y creer. El amor que Jesús siente por “los suyos” será expresado muriendo por ellos y es el fundamento de amor mutuo de sus discípulos. Con ello queda claro que nadie puede “escoger a Jesús” sin antes haber “sido escogidos por Él o el Padre (cfr. Juan 6, 70; 13,18). El verdadero discípulo es quien permanece unido a Cristo y sus obras son las expresiones de esos frutos que llevan a la alegría en el amor fraterno, pues esto es lo que ha mandado: “que se amen los unos a los otros”.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Revisemos nuestros comportamientos, ¿en qué me falta más amar? ¿en cuales reconozco signos de amor?
El amor que manifestamos a las personas que nos rodean (familia, trabajo, comunidad vecinal, parroquia…) ¿se parece al amor de Jesús?
Según el evangelio, amar implica renuncia, donación y obediencia (v. 13. 14). ¿Estoy dispuesto a renunciar a mis egoísmos y odios, a permanecer adherido a Dios y a cumplir sus mandamientos?
¿Qué me provoca el saber que al tratar a otras personas como hermanos y no como siervos o esclavos, estoy cumpliendo el mandamiento del amor de Cristo y participo de su alegría?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús, Amor Eterno
¡gracias por inmensurable amor!
Cada día nos muestras tu amor simplemente al respirar;
nos das signos de tu presencia y nos fortaleces.
Amor Divino,
infunde en mí la fe que necesito
para permanecer unido a Ti y cumplir tus mandamientos.
Dame la gracia de amar como Tú y ser tu amigo.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
«Esto es lo que les mando: que se amen los unos a los otros»
(Juan 15, 17).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En el centro de todo está el amor de Jesucristo; es tal que es capaz de redefinir completamente el modo de como comprendemos nuestras relaciones con los demás. Que nuestra vida sea una constante contemplación de la Cruz donde hemos sido amados.
Propuesta: Expresemos en obras los frutos de esa contemplación y de ese amor que sentimos por Cristo en nuestros hermanos. Seamos generosos, prepara en familia una despensa para entregarla a una familia de nuestros hermanos migrantes. ¡Seamos Iglesia!
Primera Lectura: Hechos 10, 25-26. 34-35. 44-48 Salmo 97 Segunda Lectura: 1 Juan 4, 7-10
Color: Blanco