Silvia del Valle / Madre de Familia
En nuestros días es muy común que la sociedad nos quiera imponer modas que van contra la moral y las buenas costumbres con los famosos retos a los que muchos se unen sin medir las consecuencias o sin darse cuenta de que muchas veces van en contra de la dignidad de la persona o que buscan agredir a los más débiles.
El que todos lo hagan no significa que está bien o por el contrario, el que casi nadie lo haga quiere decir que está mal.
¡Lo que está mal, está mal!
Nosotros como padres de familia tenemos el deber de educar a nuestros hijos conforme a la recta doctrina, la moral y las buenas costumbres a pesar de las modas que nos quieran imponer, por eso la familia es la primera escuela, donde se sientan las bases de la verdadera educación de los hijos para formar hombres y mujeres de bien.
Aquí te dejo mis 5Tips para lograrlo.
Primero. Establece los valores principales en los que educarán a sus hijos y formarán parte de su estilo de vida familiar.
Es importante que nuestros hijos los conozcan, los reconozcan y los practiquen en su vida cotidiana.
Un estilo de vida es algo que caracteriza a la familia, que le hace único y por eso es tan necesario que lo dejemos bien establecido y muy evidente para que todos los que nos conozcan lo puedan percibir y eso ayude a que nos identifiquemos o que nos demos cuenta que no somos compatibles. Esto nos evitará muchas fricciones innecesarias.
Estos valores se deben establecer lo antes posible. Aún cuando nuestros hijos sean muy pequeños para darse cuenta, crecerán en ese estilo de vida, lo identificarán como lo natural y no les causará conflicto pues serían parte de su forma de vida cotidiana.
Cuando nuestros hijos son más grandes podemos involucrarlos en actividades que relaten o fomenten algún valor en particular. Ya hemos dicho que una buena práctica es el calendario de valores para este fin.
Cuando son ya adolescentes o jóvenes y queremos implementar estos valores, podemos tomarlos en cuenta e involucrarlos para que sea más fácil que ellos los lleven a la práctica y los asimilen hasta hacerlos propios.
Segundo. Las costumbres familiares son importantes.
¡Tu casa, tus reglas! Sé que tanto papá como mamá vivimos tradiciones y costumbres familiares distintas, pero debemos establecer unas nuevas, que respondan a las necesidades de nuestra familia, porque cada familia es única y por lo mismo tiene necesidades únicas.
Podemos echar mano de algunas tradiciones que vivimos de niños o jóvenes pero debemos ponerlas en común y como matrimonio decidir cuales vamos a adoptar en nuestra vida familiar.
Es importante saber que puede ser que ninguna de las tradiciones pasadas apliquen en nuestra familia, entonces deberemos inventar las nuestras o adaptar las que ya conocemos para que den el ancho necesario.
Una tradición familiar puede ser algo que nos caracterice como familia, por ejemplo, antes de salir de viaje rezar alguna oración en particular o asistir al templo para encomendar el viaje a Dios.
Hay fechas particulares que requieren tradiciones especiales como el día de Todos los santos, que cada familia celebrará distinto pero lo que es común es que exaltaremos a nuestros santos y los daremos a conocer para que nuestros hijos puedan seguir su ejemplo en la vida.
La Navidad es otra de estas épocas que requieren de una tradición especial. Pero ¿Cómo comienzan las tradiciones? Pues haciendo lo mismo año con año, con gran alegría e ilusión hasta lograr que todos los miembros de nuestra familia nos involucremos en esa actividad.
Recuerda que todo debe estar en el marco de la moral y las buenas costumbres, así serán tradiciones que colaboren a que nuestra familia de testimonio en medio de la sociedad.
Tercero. Platica con tus hijos de lo que está mal aunque esté de moda.
Ahora, alguno medios de comunicación contribuyen a que las modas, por muy absurdas que sean, se difundan muy rápido y lleguen hasta lugares inimaginables por la inmediatez de las redes sociales.
Es así que nos pueden llegar modas que los compañeros o amigos de nuestros hijos siguen, pero no ser afines a nuestros valores o ir en contra de la dignidad de la persona y de la seguridad de nuestros hijos.
Por eso es necesario dialogar con nuestro hijos para que comprendan que no debemos hacer todo lo que los otros hacen y si eso implica que no puedan juntarse con algunos compañeros en especial, debemos ser valientes para hacerlo.
Nuestros hijos deben saber que es más importante hacer lo correcto, que hacer lo que todo hacen.
Así que es muy bueno establecer bien los límites y las reglas del juego con nuestros pequeños y que sepan que si tienen dudas siempre estaremos con ellos para que nos pregunten y para darles nuestra opinión de cada situación.
Cuarto. Busca rodearte de familias afines, que tengan valores y principio en común.
Cuando el entorno es adverso, es muy difícil y desgastante vivir una vida familiar normal. Es por eso que debemos buscar familias afines a nosotros para que nuestros hijos puedan crecer y desarrollarse adecuadamente.
Tener sana convivencia familiar es lo normal y si encontramos familias que también viven este estilo de vida, nuestros hijos lograrán tener amistades con sus mismos valores y crecerán en un ambiente alegre y sano, lo que les generará seguridad en sí mismos y después valentía para vivir correctamente a pesar de lo que la sociedad les proponga.
Y quinto. Da testimonio de coherencia.
Sobre todo cuando las condiciones son adversas y las cosas son muy distintas a nuestro estilo de vida. Nuestros hijos necesitan más de nuestra presencia y acompañamiento para que puedan comprender lo que esta mal y lo que es un engaño.
En la actualidad hay muchos retos que están presentados de forma atractiva pero que conllevan trucos que son peligrosos o que van en contra de nuestros valores.
Es necesario que nuestros hijos vean que somos coherentes y que no nos da pena vivir conforme a los valores que escogimos como familia. Y no necesitamos entrar en una dinámica de violencia o agresión, con que seamos firmes y vivimos coherentemente ya estamos dando un gran testimonio tanto personal como de familia.