Presencia
Organizaciones y personajes de la política local se manifestaron en contra de la realización del festival musical de una marca de cerveza, en el parque Chamizal, donde anteriormente se ha realizado y que estaba programado para el próximo mes de mayo.
Los oponentes alegan que los eventos causan daños ambientales en estas áreas verdes, pero además fustigan la explotación comercial de terrenos que son de la comunidad.
Esto luego de que en enero pasado, funcionarios del Gobierno federal dieron a conocer que se declararán 80 hectáreas del parque Chamizal, como zona Natural protegida.
De acuerdo a publicaciones en medios informativos, tras las manifestaciones de inconformidad a través de redes sociales, el gobierno municipal dio a conocer que el citado festival tendrá una nueva sede, la cual no se ha dado a conocer.
Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina de uso de espacios públicos como la X y el Chamizal para eventos privados que se cobran?
Los reglamentos de áreas verdes prohíben la privatización de los espacios públicos como plazas y parques. Tampoco se pueden rentar porque así se violan los derechos de los ciudadanos. Y nos quitan el derecho a un ambiente sano y al libre tránsito.
La autorización de un funcionario a un particular para que privatice un espacio público, solo se entiende como un acto de corrupción.
Daniel Delgadillo/Frente de Defensa de El Chamizal
Desde tiempos remotos, los jurisconsultos romanos, hombres muy prácticos y comprometidos con lo justo, determinaron una forma muy sencilla, y justa, del uso del suelo y la naturaleza en general.
Estos estudiosos del derecho observaron, en la naturaleza humana y de las cosas, que se podían distinguir tres formas distintas de utilizar los bienes, particularmente los inmuebles.
Estas tres formas eran el uso común; el destino a un servicio público; y el uso particular.
Hablando de los predios de uso común, éstos eran determinados así con base en su naturaleza y no a capricho de quien ostentara el poder, fuera público o privado, de tal forma que este tipo de bienes no eran susceptibles de apropiación, tales como ríos, playas, lugares de caza y otros similares. Ellos tenían la convicción de que todo ser humano tenía la prerrogativa de disfrutar de estos bienes sin apropiárselos, pero, por lo mismo, sin tener que pagar por ello. Es decir que, desde esos tiempos, el ser humano podía disfrutar de esos bienes sin más restricciones que las impuestas por las leyes para procurar su cuidado y debida conservación.
Actualmente, esta forma de clasificar los bienes se mantiene en nuestras leyes civiles, de tal forma que, tanto las áreas de uso común como las destinadas a un servicio público, son inalienables e imprescriptibles. Esto implica que la autoridad, sea municipal, local o federal, está imposibilitada para trasmitir su propiedad a terceros, en general. Además, resulta también imposible, jurídicamente hablando, que un tercero se apropie de uno de estos bienes por medio de la prescripción. Como se puede ver, estas leyes “blindan” a este tipo de bienes destinados al bienestar general.
El hecho de que estos espacios públicos, como son los parques, jardines y demás áreas similares, siendo bienes de uso común, se destinen a fines económicos privados, trastoca los fines a los que están destinados. Este tipo de acciones, en apariencia inocuas, afectan el orden público que debe privar en toda sociedad que se precie de observar el estado de derecho, pues si la autoridad que debe de cuidar la observancia de la ley, comienza a actuar con este tipo de excepciones, pronto los particulares estarán siguiendo este ejemplo.
Al respecto, cabe recordar lo que dice la Doctrina Social de la Iglesia sobre esta cuestión: “la responsabilidad de edificar el bien común compete, además de las personas particulares, también al Estado, porque el bien común es la razón de ser de la autoridad política”.
Rubén Trejo Ortega/Abogado
En México y particularmente en nuestra frontera son escasos los espacios públicos que puedan ser disfrutados por los ciudadanos, el Chamizal con toda su tradición y lo que significa es un lugar público por excelencia mismo que se ha ido privatizando poco a poco, La plaza de la mexicanidad o plaza de la x sucede algo similar los juarenses nos hemos sentido identificados con el símbolo y ha sido punto de reunión y de festejo comunitario. En mi opinión como ciudadano me parece mala idea restringir o reservar espacios públicos para actividades privadas con fines de lucro donde el ciudadano tendría que pagar para acceder a dichos eventos.
En México el estado de derecho cada día está más deteriorado y eso es en gran medida por las autoridades, algunos de nuestros gobernantes, al llegar al puesto donde deben servir, más bien se sirven del puesto y ven la oportunidad de obtener un beneficio para sí mismo o para cercanos a ellos.
Algunos de estos eventos privados, incluso son contrarios a la idea original del espacio público, es decir se promueven conductas que poco abonan a la sana convivencia.
Por estas razones me parece que ceder o cerrar estos espacios públicos para realizar eventos privados debería estar prohibido, o por lo menos muy limitado.
En esta ciudad estamos deseosos de poder tener más lugares de buena calidad que promuevan el sano desarrollo de las personas y las familias, donde podamos convivir e integrarnos socialmente. Cederlos para uso privado, aunque sea de forma temporal, me parece que va contra la idea original de su diseño y contrario al bien común.
Luis Carlos Salmerón Guerrero/Asesor ambiental