Mons. J. Guadalupe Torres, obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho cariño, con mucho amor de padre y pastor, siempre acercándome a ustedes a través de este medio, de Presencia y Radio Guadalupana.
Estamos viviendo tiempos de un nuevo gobierno entre nosotros, a nivel Estado, el Estado de Chihuahua y a nivel municipio de Ciudad Juárez. No cabe duda, como dice San Pablo en unas de sus cartas, que la Iglesia debe orar por todos y en especial menciona ahí, oren por las autoridades.
Sabemos que en las elecciones pasadas el pueblo se manifestó, hizo su elección y como resultado de ese libre ejercicio de votar de nuestros ciudadanos, tenemos nuevos gobiernos que hoy nos van a gobernar y dirigir estos próximos años. Por una parte a nivel Estado el señor gobernador Corral, lo percibo con mucha determinación, con mucha firmeza, de acuerdo a lo que él manifestó en su mensaje de toma de protesta, como es el trabajar siempre en favor de todos los ciudadanos, pero sí me llamó la atención que tocó varios puntos muy importantes como es la pobreza, la seguridad, el empleo, la justicia, la legalidad, la educación, la familia, son temas que nosotros como Iglesia también estamos buscando fortalecer, desde nuestra labor evangelizadora de Iglesia.
Yo simplemente quisiera desearle al señor gobernador que Dios lo ilumine, que Dios lo colme de sabiduría, de fortaleza y que él con todo su equipo en todo el estado de Chihuahua realice un ejercicio de gobierno correcto, en la justicia, en la buena administración, en el salir y gobernar para todos buscando siempre promover al pueblo, al desprotegido, al alejado.
La labor de todo gobernante en la política, que es una vocación de servicio, puede ser eso, servir. El pueblo se ha manifestado y lo ha elegido y él tiene que responder a la confianza que le pueblo de Chihuahua le ha manifestado. Toca a nosotros como Iglesia orar por ellos y pedir a Dios que su ejercicio de gobierno sea llevado con rectitud, con justicia y buscando siempre el bien común.
Por otra parte, a nivel ciudad, a nivel local, en Ciudad Juárez también ha tomado posesión nuestro presidente Armando Cabada. También tuve la oportunidad de estar en su mensaje que dirigió a la ciudadanía; lo ví con entusiasmo, lo sentí muy entusiasta, muy decidido, muy muy alegre y también mencionó su voluntad de gobernar nuestra ciudad con esos principios de justicia, de rectitud, de bondad.
Me pareció algo muy importante el hecho que haya solicitado a la Iglesia, a mí como obispo, le celebrase una Eucaristía ese mismo día, en la que pedimos como diócesis por él y por todo su equipo, por toda la gente que durante esta administración va a trabajar.
Yo ahí en la homilía, señalé que toda autoridad debe de ejercerla como una expresión de la voluntad de Dios, verlo todo con ojos de Dios y decía el texto que se leyó, que todo lo que hagamos, lo hagamos en el nombre del Señor y expresé en la Eucaristía, qué bueno que el señor presidente Cabada haya tenido a bien pedir esta Eucaristía para encomendar su gobierno a Dios y esperemos que ejerza su gobierno también con principios éticos, principios cristianos católicos, ya que él se manifiesta un hombre de fe, un hombre creyente católico y que está en la mejor disposición de buscar siempre también el bien de todos en la justicia, en el bienestar, en la mutua corresponsabilidad de todos.
A todas nuestras autoridades las felicito, los animo y les pido en nombre propio y en nombre de toda nuestra diócesis, en nombre de todos, que ejerzan su autoridad siempre con una mirada de justicia, misericordia y bondad, y que si en algo coincidimos como autoridades civiles y autoridades que en esta diócesis nos ha puesto en el camino, es para servir, no para hacernos servir, sino servir a los demás. Servir con alegría y generosidad.
Pido al pueblo de Dios que tengamos siempre gran respeto por nuestras autoridades y que todos ellos nos ayuden a un bienestar común, a resolver las prioridades y urgencias de nuestro pueblo, de nuestros hombres y mujeres, y nosotros contribuir con nuestro apoyo, con nuestra oración, con nuestra solicitud, siempre que hagamos que las cosas vayan caminando conforme Dios quiere. A ustedes autoridades y para todo el pueblo de Dios, les doy mi bendición, la bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo permanezca siempre con ustedes.