¡Felices fiestas! Seguimos en tiempo de Navidad. Les saludo con mucho amor de Padre y pastor, deseo que la paz del Señor reine en su hogar y en sus corazones, en nuestra ciudad, y diócesis, sintiendo siempre la armonía del Señor en medio de nosotros.
Así como dijimos Feliz Navidad, hoy también expresamos con gozo ¡Feliz y próspero año nuevo! Hoy los invito, queridos hermanos, en primer lugar a darle gracias a Dios. Tenemos que arrodillarnos ante este niño que nos ha nacido, para darle gracias a Dios por todos los beneficios que nos ha concedido durante este año que ha terminado, con todas las circunstancias propias de estos últimos meses, porque también a través de estas circunstancias el Señor nos ha bendecido.
Por eso hoy decimos ¡Gracias Señor!: ser agradecidos con Dios, por su amor, por su misericordia, por la vida, por la familia, por todo lo que cada día nos regala.
En segundo lugar es oportuno, considero también, pedir perdón por los momentos en que le hemos fallado a Dios y nos hemos apartado de Él. Pedirle su amor y misericordia, su compasión, pero con esa confianza en el Señor renovar nuestro compromiso. Iniciar un año un nuevo año es ponernos en la presencia del Señor .
María nuestra Madre nos bendice
Escuchamos en la primera lectura de Números “de esta manera bendecirán a los israelitas: el Señor te bendiga y te proteja”. Efectivamente iniciamos un año nuevo con la bendición de Dios. Así lo decimos: ‘que Dios te bendiga’. Decimos gracias por concedernos estar aquí, protégeme del maligno, de la enfermedad, de cualquier circunstancia adversa. Entonces empezamos este año invocando el nombre del Señor.
Por eso también hemos dicho en el Salmo responsorial “Ten piedad de nosotros Señor y bendícenos”. Allí están los dos aspectos que mencionábamos. Pedimos: bendice nuestro estado de Chihuahua, nuestras ciudades, nuestra diócesis, bendice nuestra familia. Dios está con nosotros y derrama su luz.
Al iniciar este año, la Iglesia nos propone celebrar, por una parte a Santa María Madre de Dios: Dios nos bendice y nos protege dándonos a María, Madre de Dios, como madre nuestra.Y te invito a que medites nuevamente el evangelio de este día, donde nuevamente vemos a los pastores que llegan y contemplan a María junto al niño. María, al contemplar a su hijo también nos contempla a todos nosotros en su ternura, en su amor de Madre y través de su mirada, Dios nos bendice.
Que nosotros tengamos esa fe sencilla de los pastores que después de ver al Niño Dios se llenaron de alegría, le ofrecieron regalos, pero dice el texto: contaron lo que se les había dicho del niño y ahí lo comprobaron y sin duda después lo contaron a todo el mundo alabando y glorificando a Dios.
Hermanos empezamos un año. Que tengamos esa fe de los pastores y que cada día contemplemos a Jesús, el Salvador, que nos alimentemos de su Palabra y que vayamos por el mundo contando las maravillas de Dios, alabando y glorificando a Dios.
Dios nos bendice y nos protege y toca servir, ser una bendición para los demás, abrazarnos en la justicia y en la paz, siendo mejores con más fe y esperanza.
Fortalecer nuestra fe
La situación no sabemos cómo vaya a seguir. Esperemos vengan tiempos mejores, confiemos en Dios, lo que no cambia y al contrario debe fortalecerse, es nuestra fe. Que nuestra fe se afiance y fortalezca con la ayuda e intercesión de nuestra Madre Santísima, Madre de Dios , Madre de la Iglesia, Madre nuestra, y que eso se note en mi comportamiento durante todo este año 2021.
Hay muchos retos a nivel mundial y local, como iglesia diocesana, muchas cosas qué retomar. Comprometámonos con la gracia de Dios a vivir nuestra fe. Que nuestra Madre Santísima nos conceda su gracia y que nosotros, en esta Jornada Mundial de la paz que también celebramos el primero de enero, la hagamos realidad: construir un mundo de paz.
Deseo lo mejor para ustedes. Siempre tendrán mi bendición, mi cercanía. Que el Señor los cuide y nos proteja. La bendición de Dios Padre Hijo y Espíritu Santo permanezca con ustedes.
En video: Mensaje de Año Nuevo 2021, Mons. José Guadalupe Torres Campos