Lectio Divina correspondiente 07 de enero de 2024 Domingo de La Epifanía del Señor…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 2, 1-12
Jesús nació en Belén, un pueblo de Judea, en tiempo del rey Herodes. Por entonces unos sabios de oriente se presentaron en Jerusalén, preguntando: –¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Hemos visto su estrella en el oriente y venimos a adorarlo. Al oír esto, el rey Herodes se alarmó y con él toda Jerusalén. Entonces convocó a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley y les preguntó dónde tenía que nacer el Mesías. Ellos le respondieron: –En Belén de Judea, pues lo dejó escrito el profeta: Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres, la menor entre las ciudades principales de Judá; porque de ti saldrá un jefe, que será pastor de mi pueblo, Israel. Entonces Herodes, llamando aparte a los sabios, investigó con exactitud el momento en que había aparecido la estrella, y los envió a Belén con este encargo: –Vayan e infórmense bien sobre ese niño; y, cuando lo encuentren, avísenme para ir yo también a adorarlo. Ellos, después de oír al rey, se pusieron en camino, y la estrella que habían visto en oriente los guio hasta que llegó y se detuvo encima de donde estaba el niño. Al ver la estrella, se llenaron de una inmensa alegría. Entraron en la casa, vieron al niño con su madre María y lo adoraron postrados en tierra. Abrieron sus cofres y le ofrecieron como regalo oro, incienso y mirra. Y advertidos en sueños que no regresaran donde estaba Herodes, regresaron a su país por otro camino. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿Dónde nace Jesús? Cuando el nace, ¿quién reinaba en Judea?
Los que llegaron de oriente ¿quiénes eran y qué preguntaban?
Los sabios de oriente ¿qué observaron como señal del nacimiento del rey de los judíos?
Al enterarse de que nació otro rey, Herodes preocupado llama a los Jefes de los sacerdotes y ¿a quiénes más? ¿Qué les pregunta?
La respuesta la encontraron en las Escrituras ¿Cuál es esa respuesta?
El rey Herodes indica a los sabios el lugar donde nacerá quien será el jefe y pastor de Israel y ¿qué les pide una vez que lo hayan encontrado?
¿Dónde se detiene la estrella? ¿Los sabios a quién encuentran ahí? Después de adorarlo le hicieron tres regalos ¿Cuáles son estos presentes?
¿De qué manera fueron alertados los sabios de oriente para no regresar con Herodes?
Breve Estudio Bíblico
El domingo 7 de enero recordamos la Epifanía del Señor. Una epifanía debemos entenderla como una manifestación o revelación Divina. En nuestra Iglesia celebramos tres epifanías, estas son: La manifestación realizada cuando Jesús es bautizado por el profeta Juan en el Jordán (Mt 1,9-11; Mt 3,13-17; Lc 3,21-22); en las bodas de Caná donde se manifiesta a sus discípulos (Jn 2,1-11); además la epifanía ante los tres sabios de oriente (Mt 2,1-12).
En el evangelio según san Mateo, el segundo capítulo está orientado a mostrar la misión y objetivo de la vida de Jesús. Dentro de ese mensaje de dar a conocer la misión de Jesús, Mateo nos relata cómo una estrella anuncia el nacimiento de un gran rey que pastoreará a su pueblo dando cumplimiento así a las profecías proclamadas siglos antes en los libros de Números (24,17) y Miqueas (5,2-4). Mateo nos anticipa que la misión salvadora del Mesías no era exclusiva para los israelitas sino para todas las naciones del mundo, representadas en los sabios que vienen de lugares lejanos a adorarlo (Mt 2,11). Esto lo comenta claramente San León Magno desde el siglo V en una de sus homilías: “Que todas las naciones, en la persona de los tres magos, adoren al Autor del universo, y que Dios sea conocido, no solo en Judea, sino también en el mundo entero”. Herodes, quien no era judío de raza, es símbolo de la falsa devoción, pues fingiendo deseos de adorar a Cristo, habría acabado con él en caso de haberlo encontrado. También San Juan Crisóstomo nos dice sobre su actitud “Si Herodes hubiera creído que la profecía era verdadera, no habría intentado frustrar lo que era un mandato divino”. Los sabios al encontrar al Niño le adoraron y ofrecieron tres regalos: Oro, que representaba su reconocimiento como Rey; incienso en forma de oración verdadera, como suave olor del Espíritu Santo; y por último mirra, también en reconocimiento de su naturaleza humana, misma mirra que se utilizaba para la sepultura, para quienes morían y que, en Cristo, sería solo temporal.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Herodes recurrió a su astucia para tratar de conservar los privilegios de su reino terreno ante la posibilidad de perderlos frente a un nuevo reinado. En nuestro diario vivir nos hemos encontrado este tipo de actitudes mediante las cuales, nuevos “Herodes” que, en su afán de poseer riqueza, rechazan un comportamiento cristiano que refleje su reconocimiento al único Rey. Ante las necesidades de los demás y mi vida sacramental ¿Qué actitud tengo? ¿Como la de los magos o como la de Herodes?
Un antiguo escrito dice: “Los que abandonan a Cristo para ir a Herodes, bastantes vuelven luego a Cristo, pero los que abandonan a Herodes, de corazón, jamás retornarán a Herodes”. Es importante tener una conversión de corazón y recurrir a los instrumentos de salvación que Jesús nos dejó; tratemos de recurrir a los sacramentos que celosamente custodia nuestra Iglesia. ¿Hace cuánto tiempo que no realizo un examen de conciencia y recurro al sacramento de la confesión?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús,
fortaléceme para que como los sabios de oriente
te adore y reconozca como mi único Señor, como mi único Rey,
que sepa ofrecerte lo mejor de mí,
ofrecerte mí corazón.
María, madre del Señor,
así como estuviste presente cuando los sabios adoraron a tu hijo,
intercede por mí para que también seas testigo
de mi verdadera adoración a Jesús.
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« la gloria del Señor amanece sobre ti » (Isaías 60,1)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En el domingo de la Epifanía del Señor, seamos alegres y reales adoradores de Jesús, hagamos la mejor ofrenda para él: una fe firme, un corazón caritativo y nuestra constante oración de agradecimiento por la redención que nos ofreció a través de su sangre en la Cruz.
Propuesta: Con la alegría de estar iniciando el año, hagámonos el firme propósito de mostrar nuestro amor a los demás compartiendo las gracias y dones que Dios no ha dado. En esta época de frío muchos de nuestros hermanos migrantes están expuestos a sufrir enfermedades, donemos ropa de invierno, de ser posible nueva o en buenas condiciones, para mitigar su condición de calle. Podemos hacerlo directamente en la Casa del Migrante, en algún refugio o a través del ministerio de caridad de nuestra parroquia.
Primera Lectura: Isaías 60, 1-6
Salmo 71
Segunda Lectura: Efesios 3, 2-3. 5-6
Blanco