Lic. Oscar Kuri Armendariz/ Director general CELC
Juárez es la capital donde se firmó el Pacto Nacional por la Paz con Justicia y por la Paz, respaldado por 300 organizaciones de la sociedad civil (10 de junio 2011). Ese año, en el Zócalo de la Ciudad de México se concentraron más de cien mil personas de diferentes partes de México y caminaron hasta Juárez, que fue el símbolo nacional de un país desgarrado por la violencia. “El epicentro del dolor”, lo llamo el poeta Javier Sicilia, quien perdió un hijo en manos de uno de tantos grupos criminales que gozan de impunidad en diferentes regiones del país.
La escena de la llegada de la caravana que emprendió el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad desde la capital del País a Ciudad Juárez, fue conmovedora.
Los que tuvimos la suerte de recibir dicha caravana en el Kilómetro 20 de la entrada a Ciudad Juárez, vivimos esa tarde y fuimos testigos de una pasión inolvidable que, de alguna manera, nos marcó.
Varios camiones trasportaban a familias, sobre todo a madres de víctimas y a quienes sufrían la muerte de algún hijo o familiar, provenientes de varias regiones del país, y fueron otras madres y víctimas de Ciudad Juárez quienes los recibieron con típicos burritos y refrescos que parecía se multiplicaban alcanzando para todos los asistentes. No hicieron falta palabras: las miradas y abrazos de solidaridad fueron un verdadero oasis de paz, amor, consuelo y alivio. Fui testigo del dolor de saber que esos hijos que se fueron, no regresarán.
En esa fecha, desde Ciudad Juárez se lanzó un mensaje fuerte y claro a México y al mundo de exigir “justicia y paz”, pero sobre todo se impulsó la unión de los sectores de la sociedad, para no permitir que grupos de la ‘anti-sociedad’ quieran imponer los antivalores, es decir, esa cultura de la muerte, violencia, servicio a la maldad, uso de drogas, prostitución, aborto entre otros muchos males.
Vemos con preocupación un aumento de la violencia en nuestra ciudad, pero es importante recordar el proceso doloroso por el que atravesamos los juarenses y saber que no podemos volverlo a repetir
La actual situación demanda de la comunidad una actitud y participación más activa: crear células de vigilancia en cada colonia, y sobre todo, como familia, denunciar a nuestros, familiares, hijos, que muestren conductas antisociales: robos, venta de droga, etcétera, porque esto incluso evitará que ellos mismos sufran violencia o hasta una muerte prematura.
Estamos seguros de que trabajando juntos, sociedad, autoridades, policías, mandaremos un mensaje positivo de que sí se puede lograr la justicia y la paz.
En Ciudad Juárez no hay pretexto para pensar que falta trabajo. Hay más de 330 plantas de manufactura ocupando el segundo lugar nacional en industria y empleo, con 329 mil 800 empleos nada más en este sector, así como más de 30 mil vacantes en todos los sectores (construcción, servicios, transportes, etc). Y además, este sector demanda más de nueve mil ingenieros que están por egresar.
Se vienen fuertes inversiones en México, oportunidades y sobre todo una esperanza de bienestar como nunca antes.
Sólo nos preguntamos ¿Estaremos a la altura de los tiempos? Estoy seguro que sí, Juárez es grande por su gente.