Al acercarse la festividad de san Ignacio de Loyola (31 de julio) el sacerdote jesuita José Ruíz compartió con Presencia aspectos y consejos sobre la espiritualidad ignaciana y los ejercicios espirituales.
Ana María Ibarra
Los Ejercicios Espirituales Ignacianos son una experiencia que facilita el encuentro con Dios, desarrollados por San Ignacio de Loyola en su convalecencia después de que una bala prácticamente le destrozó una pierna y quedó herido de la otra.
En ese momento de encierro y soledad, Ignacio se dedicó a leer libros sobre la vida de Jesús y de los santos y comenzó a rondar en su cabeza la idea de seguir a Jesús.
Ignacio comenzó a luchar consigo mismo al imaginarse su futuro: regresar a su vida en la caballería o seguir a Jesús. Ahí descubrió el discernimiento.
Una explicación
El padre José Ruíz explicó que la espiritualidad ignaciana nació en medio de dos fuentes principales: una, la vida de San Ignacio; y la otra, la obra de los ejercicios espirituales.
Uno de los temas principales dentro de la espiritualidad ignaciana es el discernimiento que, dijo el padre Ruíz, tiene que ver con poner atención a la vida interior y cómo se mueven las emociones internamente.
“San Ignacio descubrió que cuando pensaba en las cosas de caballería se entusiasmaba, pero el entusiasmo pasaba rápido; y cuando pensaba en servir a Dios había algo más profundo, un sentido de paz y gozo que duraba más tiempo en su interior. Entonces se dio cuenta que sus emociones se movían de manera diferente”, explicó.
Con el tiempo, San Ignacio fue madurando y desarrollando reglas para el discernimiento.
“Lo brillante de los ejercicios espirituales es que se entra en contacto con muchas de las fuentes de espiritualidad. San Ignacio fue madurando su fe y entrando con las grandes fuentes de espiritualidad hasta hacer un compendio de todas las grandes cosas que pueden ayudar a las personas en su vida espiritual y que se puede vivir como experiencia”.
Los Ejercicios Espirituales
Fue en el interés de san Ignacio por compartir la experiencia mística que vivía como surgieron los ejercicios espirituales.
En esa experiencia, Ignacio desarrolló un paquete de discernimiento y uno más con distintas formas de orar, además de instrucciones para directrices espirituales.
“Algo importante para San Ignacio fue hablar con sus compañeros de lo que iba viviendo y poco a poco se fue perfilando una guía para acompañar espiritualmente a quien lo requiera”, dijo el padre Pepe.
Para este sacerdote juarense, sería ideal que todo cristiano viva la experiencia de los ejercicios espirituales, los cuales tienen distintas modalidades.
“Como experiencia ideal sería tomarse treinta días en silencio haciendo momentos de oración, con un director espiritual y misa. Esa es la forma más completa, pero también San Ignacio fue consciente de que no toda la gente tiene tiempo, ni en esa época ni ahora, y tiene varias adaptaciones”, señaló.
Agregó que existen experiencias de ejercicios espirituales que se pueden hacer en la vida diaria, o bien se pueden adaptar en un fin de semana o en una semana en silencio. “Es una espiritualidad que está hecha para ser muy práctica, y es una formación para toda la vida, no es solo para un momento”.
Aunque, dijo, lo ideal es contar con un director espiritual persona a persona, se puede acceder a ellos de manera On Line, e inclusive hay días en que las personas pueden hacer por su cuenta los ejercicios sin un guía.
“Existen libros como “En casa con Dios”, por ejemplo, que permite hacerlo por su cuenta. Pero se recomienda que haya siempre un diálogo de lo que vamos viviendo. Un buen director espiritual puede ayudar a los demás”, dijo.
Objetivos
El primer propósito de los ejercicios espirituales, mencionó el padre Ruíz, es quitar lo que impide a la persona ser libre: apegos desordenados y heridas. El segundo propósito es seguir la voluntad de Dios.
“Algo clave es que San Ignacio les llamó ejercicios como analogía con hacer ejercicio físico. Podemos no querer pecar y eso se logra con práctica, es decir, llevar un proceso constante…activar el músculo espiritual”.
“Hay gente que quiere paz, pero para lograrlo no se puede orar una hora, se requiere constancia. Inclusive los ejercicios no es algo que se hace una sola vez en la vida, sino que se siguen practicando para continuar fortalecidos”, dijo.
Formas de oración
Al hablar de la oración ignaciana, el padre Pepe explicó:
“Hay formas distintas para orar para los distintos momentos de vida. Por ejemplo, la oración vocal con un Padre Nuestro o el Rezo del Rosario. Hay otras formas de orar que también son necesarias: leer una cita bíblica y descubrir qué me dice Dios a través de ella, dejar que resuene. Eso se llama meditación”.
Otra forma de orar es la contemplación.
“Una manera es cerrar los ojos, respirar e imaginar que Dios le abraza y quedarse en ese abrazo sin palabras, es algo tan sencillo y profundo que a veces nos falta sentir el cariño de Dios. La contemplación es estar en presencia de Dios”.
También, propuso otra manera de orar: verse a sí mismo a través de la mirada amorosa de Dios.
“En nuestros diálogos internos somos muy duros con nosotros y se nos olvida cómo nos mira o nos habla Dios. Si me veo y me hablo como Dios lo hace puedo tener más misericordia conmigo, quererme y sentirme hijo de Dios”.
El sacerdote invitó a tomar momentos en silencio para estar con Dios y descubrir que los ejercicios espirituales son tan importantes como el ejercicio físico.
Vienen Jesuitas a Ciudad Juárez
Como un proyecto de apoyo a migrantes, la comunidad jesuita se está preparando para su ingreso a la Diócesis de Ciudad Juárez.
“Se quiere colaborar con la diócesis en la labor que ya está haciendo a favor de los migrantes y traer recursos. La Compañía de Jesús tiene un servicio llamado Servicio Jesuita a Migrantes y es una red que apoya a los migrantes desde que salen, hasta su destino”, compartió.
Explicó que este trabajo no se realiza en un solo lugar, sino en todo lo que viven los migrantes, a quienes se ofrece ayuda espiritual y legal.
Por otra parte, señaló que existe un grupo de laicos en Ciudad Juárez con espiritualidad ignaciana.
“Existe el Centro de Espiritualidad San Francisco Javier, que ya ha estado haciendo retiros en Ciudad Juárez”.
El padre Pepe Ruiz realiza su trabajo en la Provincia Centro-Sur de Estados Unidos, y desde la oficina de espiritualidad ignaciana, donde se están ideando programas tanto para el centro de espiritualidad como para el centro de migrantes que llegará, así como para la comunidad de El Paso, Texas donde se encuentra una comunidad jesuita.
“Estamos disponibles. Una de las cosas que hace la oficina es dar formación a directores espirituales y retiros. Estamos disponibles para crear algo específico para las ciudades y lo hemos hablado con la gente de Juárez”, puntualizó.
Para saber…
Quienes deseen conocer más sobre ejercicios espirituales pueden seguir el canal de Youtube del padre José Ruíz, SJ, en: PepeRuizSJ