Silvia del Valle/Madre de familia
La procrastinación es la acción de posponer tareas o actividades importantes, prefiriendo otras menos importantes o distracciones. Puede estar relacionada con la falta de motivación, el miedo al fracaso o la dificultad para comenzar, entre otros factores.
Todos vamos postergando las actividades que nos cuestan más trabajo por actividades que nos generan distracción, aunque no sean las prioritarias. En nuestros tiempos es algo común debido a la cantidad de videos super atractivos y cortos que nos enganchan y nos hacen pasar mucho tiempo pegados a dispositivos electrónicos.
Cuando las personas se dan cuenta de que ya ha pasado mucho tiempo y que ahora se tiene mucho trabajo por realizar, entran en pánico, se angustian y pueden caer en cuadros de depresión o en el otro extremo: sentir tanto peso encima, que ya no quieran hacer nada.
La procrastinación se puede superar si educamos a nuestros hijos en valores y virtudes y con disciplina, para que su criterio y voluntad se forjen y puedan salir adelante cuando lleguen los impulsos de procrastinar. Por eso te dejo mis 5Tips para lograrlo.
Primero. Identificar las causas.
Es necesario enseñar a nuestros hijos a hacerse cotidianamente estas preguntas ¿Por qué te cuesta empezar o terminar tareas? ¿Es por falta de motivación, miedo a no lograrlo, o simplemente no sabes por dónde empezar?
De esta forma nuestros hijos se formarán un pensamiento crítico y podrán interpelarse cuando sientan que están procrastinando.
Al principio debemos hacerles estas preguntas nosotros mismos para que ellos se habitúen y, en caso de ser necesario, ayudarles a encontrar la respuesta según su sentir o pensar.
Segundo. Establecer metas claras y alcanzables…priorizarlas
Las metas concretas son como faros que nos ayudan a seguir por el camino correcto a pesar de que se nos presentes distracciones o tentaciones muy atractivas.
Es necesario dividir nuestros objetivos en tareas más pequeñas, no importa que sean varias. Es de vital importancia que les pongamos plazos realistas para realizarlas, de lo contrario nunca se llevarán a cabo.
A nuestros hijos pequeños podemos recordarles estas metas y el tiempo que tienen para realizarlas. Si somos constantes, adquirirán la capacidad de auto regulación como un estilo de vida.
Con los mayores es bueno buscar una estrategia en la que trabajen con gusto.
Para enseñarles a priorizar sus tareas podemos ejemplificar con las piedras en el frasco de cristal: Si ponemos primero el agua, los demás elementos no cabrán y no lograremos nuestro objetivo, Se ponen primero las piedras de río -compromisos vitales e inamovibles, como la familia-
Enseguida la grava -compromisos muy importantes: escuela y trabajo-. (caben entre las piedras de río)
Después, la arena -compromisos que podemos o no cumplir- (Al ser tan fina, la arena se cuela entre los pequeños huecos que deja la grava).
Por último, el agua -compromisos que salen de pronto- (el agua se filtra entre la arena y así cabe todo.
Debemos recordar que todo esto se aprende con el ejemplo y el nuestro es el más importante.
Tercero. Elimina distracciones.
Es necesario que mientras se realizan las tareas programadas, el entorno quede libre de distracciones lo más posible.
Si les enseñamos a trabajar con tiempo programado, les será más sencillo comprender que por un determinado tiempo no van a usar eso que los distrae. Así fomentamos la buena concentración y por lo mismo que logren sus objetivos rápidamente. Esto les generará satisfacción y asociarán que, si cumplen con lo que deben, estarán alegres y serán felices.
Podemos apoyarles reconociendo su esfuerzo. Una palmada, una palabra, una sonrisa, y ¿por qué no?, un pequeño premio de vez en cuando, sirven de incentivo.
Cuarto. Que se conozcan y se cuiden.
Se trata de que aprendan cuáles son sus debilidades para que tengan cuidado con ellas, y sus fortalezas, para que aprendan a trabajar desde ellas.
Es bueno desarrollar hábitos saludables como hacer ejercicio, dormir bien, alimentarse bien, para mejorar su enfoque y concentración.
A los pequeños enseñarles rutinas para que sea más sencillo el aprendizaje de horarios y el cumplimiento de metas. Podemos hacer horarios por colores o con imágenes de las actividades de acuerdo a su edad y madurez.
Quinto. Acepta, perdona y vuelve a intentarlo.
Es necesario que nuestros hijos aprendan a reconocer y aceptar cuando han procrastinado, para que pueden poner remedio y adelantar lo que no han hecho.
Es importante no hacerlos sentir mal por no haber logrado cumplir su misión, sino enseñarles que a veces se avanza y otras se retrocede, pero lo importante es seguir intentando.
Demos nosotros ejemplo de reconocer cuando hemos procrastinado o no hemos dado el mayor esfuerzo; así nuestros hijos sabrán que equivocarse es humano y que en nuestras manos está el superarse y seguir intentando.