Capítulo VIII. Manantial en el Desierto: La historia oculta de Ciudad Juárez
José Mario Sánchez Soledad/Autor

La Diócesis de Chihuahua
Durante la Colonia siempre existió la necesidad de contar con mayor administración y apoyo a través de la creación de más diócesis, debido a la enormidad del territorio, las conversiones indígenas y el crecimiento poblacional.
No fue hasta el 23 de junio de 1891 y gracias a la “Bula Illud in primis” de su Santidad León XIII, que se crearon en el siglo XIX catorce nuevas diócesis. La bula reordenó todo el mapa eclesiástico, creando en México cuatro nuevas diócesis: Chihuahua, Saltillo, Tepic, Cuernavaca y Tehuantepec. El antiguo Paso del Norte, ya entonces Ciudad Juárez, desde 1888 quedaba dentro del territorio de la nueva diócesis establecida como sede en Chihuahua capital.
Tardó dos años el nombramiento del primer obispo, realizado por el papa León XIII. La responsabilidad recayó en el licenciado y presbítero José de Jesús Ortiz Rodríguez, el 15 de junio de 1893, en Roma. El obispo Ortiz nació en Pátzcuaro, Michoacán, el 29 de noviembre de 1849. Había estudiado leyes en Morelia y en México y ejerció como abogado algunos años. Se ordenó sacerdote en Morelia el 18 de marzo de 1877 y perteneció a esa diócesis. Desempeñó los cargos de profesor y vicerrector en el Seminario, canónigo, provisor y vicario general. El obispo electo recibió la ordenación episcopal en Morelia, el 10 de septiembre de 1893. Con esa misma fecha publicó en Morelia su primera carta pastoral como obispo de Chihuahua y llegó a Chihuahua el 3 de octubre y tomó posesión de la diócesis al día siguiente.
Con el nombramiento del obispo Ortiz Rodríguez se terminaba el vínculo con la autoridad religiosa de la diócesis de Durango.
El nuevo obispo recibió un territorio aún enorme con gravísimos problemas. La Iglesia de Chihuahua estaba muy debilitada y desorganizada. En la nación había crecimiento económico, pero la filosofía liberal del gobierno civil hacía que perduraran los ataques y la confrontación con los grupos liberales y especialmente con la masonería, que en esos años resurgió con fuerza.
Otras doctrinas liberales encontraron campo propicio para su desarrollo, entrando las primeras iglesias protestantes. El campo de la educación era vetado para el catolicismo, los que promovió el racionalismo y el descuido a la dimensión espiritual del ser humano. Existía escasez de sacerdotes e infraestructura y la lejanía de muchas parroquias complicaba la acción pastoral y sus comunidades estaban muy descuidadas. Sin embargo, la confrontación entre la Iglesia y el Estado de tiempos del presidente Juárez había disminuido de intensidad, ciertamente por el esfuerzo de Porfirio Díaz de conseguir condiciones de paz.
El nuevo joven obispo chihuahuense de 44 años, se puso manos a la obra y revirtió mucho de lo negativo que estaba presente en su diócesis. Posteriormente fue nombrado Arzobispo de Guadalajara en 1902. Don José de Jesús Ortiz falleció el 19 de junio de 1912.
Al ser promovido, el obispo Ortiz, al Arzobispado de Guadalajara en 1902, la sede de Chihuahua quedo vacante. El 27 de febrero de 1902 su santidad León XIII nombró a Nicolás Pérez Gavilán, segundo Obispo de la ciudad de Chihuahua.
El obispo Pérez Gavilán nació en Durango el 20 de noviembre de 1856; sus padres fueron los señores licenciado Mariano Pérez Gavilán y Doña Dolores Echeverría y Barrón.
Fue bautizado el 24 de noviembre de ese mismo año en el sagrario de la ciudad de Durango, por el Prebendado (canónigo o racionero de alguna iglesia catedral o colegial) Don Leonardo Manzanera, tío del papá de Gavilán, siendo padrinos el señor Mateo Pérez Gavilán y la señora Incolaza Laurenazana.
En el siguiente año, fue confirmado de manos del obispo de Durango, Don Antonio Zubirán y Escalante. Su infancia la pasó con su familia y en 1860 fue llevado en la ciudad de México, donde hizo estudios elementales. Volvió a su estado natal de 13 años, al morir su padre. En enero de 1869, cursó los estudios preparatorios en el Seminario Conciliar, distinguiéndose por su aprovechamiento e intachable conducta. Concluidos los estudios de Filosofía se matriculó en la clase en Teología Dogmática bajo la dirección del Jesús Arriola y la de fray Antonio Chavarría. El 19 de diciembre de 1874, recibió el grado preparatorio para recibir órdenes menores del reverendo doctor Vicente Salinas. En octubre de 1877 y bajo la dirección del notable jurisconsulto Ladislao López Negrete, entró a cursar jurisprudencia durante cuatro años, al término de los cuales presentó su examen público.
El presbítero Jesús Fontana, secretario del Seminario Conciliar, certificaba que según el joven Nicolás Gavilán, cursó en ese seminario las cátedras de primero y segundo de Latinidad y
mereció desempeñar en ambas “Oposición público de mérito”.
El 21 de febrero de 1880, fue ordenado sacerdote por el mismo obispo Salinas y el 8 de marzo de ese mismo año cantó su primera misa en el Sagrario Metropolitano de esta ciudad, siendo su padrino de capa y manos los señores Deán Don José de Jesús Contreras y Canónigo Don José María Landa y los señores Manuel Pérez Gavilán y el doctor Felipe Pérez Gavilán.
Tuvo a su cargo varios años las clases de latinidad, retórica, y abrió tres cursos de Filosofía. Después se encargó de las clases de Teología Dogmática, Moral y Derecho Canónico. Con el carácter de Teólogo Consultor acompañó al ilustrísimo Don Santiago Zubiría y Manzanera al Concilio Plenario Latino Americano, que se celebró en Roma. Por sus esfuerzos su santidad León XIII le otorgó el honorífico nombramiento Protonotario Apostólico.
Siendo estudiante del segundo año de Teología y ya catedrático de Latinidad, recibió de manos del ilustrísimo Don José Vicente Salinas, la “Pima Tonsura y Ordenes Menores” el 18 de diciembre de 1874 en la Catedral de Durango. El Sagrado Orden de Subdiaconado lo recibió el 21 de diciembre de 1877 y el diaconado el 10 de enero de 1879 en el Oratorio del Obispado.
El 19 de febrero de 1880 recibió el presbiterado de manos del ilustrísimo señor Salinas. Su primera misa como sacerdote la cantó en el Sagrario Metropolitano, siendo sus padrinos José de Jesús Contreras, quien también fue maestro de inglés y rector entonces del Seminario, así como el canónigo Don José María Landa, entonces cura de la Iglesia del Sagrario.
Muchos años desempeño el difícil cargo de vicerrector del Seminario, hasta que el señor rector Don José de Jesús Contreras renuncio a ese puesto, por haber sido nombrado Vicario General de la Diócesis de Durango. De esta manera el Arzobispo Zubirán y Manzanera, extendió el nombramiento de Rector al Sr. Pérez Gavilán, sucediendo esto el 2 de noviembre de 1897.
Durante su consagración como obispo de Chihuahua, estuvieron presentes su amigo el Ilustrísimo señor Fierro Obispo de Tamaulipas y el obispo Mora de Tulancingo entre otros. Los preparativos que se realizaron en Chihuahua para la bienvenida del nuevo obispo fueron espectaculares y con un sentido profundo de fe.
Los padrinos que fueron elegidos entre los duranguenses son los siguientes: señores M.I. y V. Cabildo Metropolitano, Licenciado Juan Santa María Marina; Dr. Felipe P. Gavilán, Don Antonio y Don Luis Garza, Don Francisco G. Palacios, Don Miguel Verduzco; Don Julio Bracho, Don Carlos León de la Peña, Esteban Hernández, Don Mariano P. Gavilán, Don Juan F. Flores.
Los padrinos invitados pertenecientes a la sociedad chihuahuense fueron los siguientes: Coronel Don Miguel Ahumada; Vicario Don Jesús G. de la Mora; Don Enrique C. Creel; Licenciado Don Severo Aguirre; Don Juan Terrazas; General Luis Terrazas; Licenciado Manuel Prieto; Don Federico Sisniega; Don José María Sánchez, Don José Hermosillo y el licenciado Rafael Hermosillo.
Sobre Nicolás Pérez Gavilán, dice Zacarías Márquez en su libro Chihuahuenses Egregios (1985) sobre su muerte:
“Rodeado de cariño y respeto de los chihuahuenses, falleció en la ciudad sede de su diócesis, el 3 de diciembre de 1919, a la edad de 63 años, habiendo ejercido su pontificado en Chihuahua durante 18 años”. Posteriormente los restos de este gran personaje Nicolás Pérez Gavilán, que sufrió mucho las penumbras durante la Revolución Mexicana, fueron sepultados en la cripta que se construyó cerca del que actualmente es el Museo de Arte Sacro que se encuentra en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de Chihuahua.
Papa León XIII realiza la erección de la Diócesis de Chihuahua. Doctor Nicolás Pérez Gavilán, segundo obispo de Chihuahua


































































