Presencia
El pasado domingo 30 de marzo comenzaron las históricas campañas para la primera elección popular del Poder Judicial de México. El proceso se realizará el próximo domingo 1 de junio.
De acuerdo a lo informado, se elegirán 881 cargos federales: nueve puestos de la Suprema Corte, dos de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), 15 de salas regionales del TEPJF, los cinco integrantes del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistraturas de tribunales y 386 juzgados.
Para ello, hay un total de 3 mil 422 candidaturas: 63 para la SCJN, 38 para el Tribunal Judicial, 15 para la Sala Superior del TEPJF, 96 para las salas regionales del Tribunal Electoral, 1,640 para magistraturas y 1,570 para juzgados.
Estos inéditos comicios se realizarán tras la reforma constitucional que promulgó en septiembre pasado el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué augurios tiene para la elección del Poder Judicial y cuál es la importancia de que los católicos participen?
Y hablando de…La elección judicial…
¿Qué augurios tengo para la elección de los poderes judiciales (federal y local)? Si se trata de una predicción, auguro que la participación será ínfima, y en términos económicos, otro gran desperdicio de dinero público.
Si se trata de utilidad, todo el esquema me parece inadecuado. Verá, una de las principales características de un poder judicial es su independencia, los jueces deben ser correctos, no populares. Un juez no puede representar ningún “ismo”, no debe ejercer su función como parte o funcionario de un proyecto político.
Se dice que el objetivo es “democratizar” los poderes judiciales, pero la democracia no se obtiene sometiendo todas las decisiones al voto popular, eso es “asambleísmo”, y eventualmente lleva a la inanición.
Como dice Thomas Mann: “Deben entender que la democracia es aquella forma de gobierno y de sociedad que se inspira, por encima de cualquier otro orden, en el sentimiento y la conciencia de la dignidad del hombre. La dignidad del ser humano. Eso es lo que es central en una verdadera democracia”. La reforma ha puesto el proyecto político por encima de la dignidad de la persona.
Una de las primeras acciones de los gobiernos fascistas es desmantelar y adueñarse de los poderes judiciales, no les gusta que nadie les diga que sus acciones violan la ley. Por eso Hitler fue sustituyendo paulatinamente a los juzgadores, reemplazándolos por “miembros del partido”. Nunca antes alguien se había propuesto sustituir a todos los juzgadores de un país.
¿Cuál es la importancia de que los católicos participemos? Y me es difícil plantearle que deba asistir a un evento en el que no tengo ganas de participar.
Tal vez el sentido de la participación sea dejar claro que no estamos de acuerdo con la destrucción de las instituciones de nuestra nación. En ese sentido, resultará congruente alejarse de aquellos candidatos que, buscando obtener mayor apoyo, se asumen como parte de un proyecto político, de una facción, aquellos que presumen de una carrera política en vez de experiencia en el ámbito judicial y del litigio.
No es tarea fácil, el esquema ideado no favorece: es complicado obtener información de los aspirantes, confuso entre la enorme cantidad de puestos a elegir.
Si hemos de participar como católicos, tratemos de identificar en la trayectoria de los postulados a quienes comparten nuestros principios, si ahora los jueces se van a orientar por principios ideológicos, tratemos de que sean los correctos.
Veamos qué pasa y lo comentamos otro día en que nos encontremos hablando de…
Sergio Madero Villanueva/ Abogado
La reforma al Poder Judicial ya esta a la vuelta de la esquina y la realidad es que considero que el ausentismo se hará presente, pues es la primera vez que nos tocará ejercer el voto para elegir a este poder. No conocemos a los candidatos y podemos advertir infinidad de pretextos, pero la realidad es una: ejercer el voto no sólo es un derecho constitucional, sino que es un deber del católico y no sólo porque estamos siendo partícipes de la vida democrática de forma activa, sino porque, además, es una expresión de cumplir con los mandamientos de la ley de Dios, ‘amarás al próximo como a ti mismo”.
En efecto, la próxima elección del primero de junio en la que estaremos eligiendo a jueces, magistrados y ministros, no es cosa menor, sino que es decidir en manos de quien queremos que esté la justicia en nuestro país.
Sin duda alguna que será un ejercicio nada fácil, desde luego que surge la pregunta ¿por quién debo votar, si ni los conozco? Es trascendental que nos ocupemos e investiguemos los perfiles de los candidatos, preguntar a quienes -en el día a día-, han tenido oportunidad de saber de primera mano tres elementos importantes de los que debe estar investido el candidato que aspira a alguna posición dentro del Poder Judicial:
Estos elementos son: 1) debe ser una persona honesta, proba, ética, 2) debe tener una formación profesional (licenciados en derecho, especializaciones, maestrías en el área al puesto que pretende y 3) Debe tener experiencia en procesos judiciales.
Nos queda poco tiempo, pero no dejemos de hacerlo y mucho menos dejemos que otros decidan por nosotros.
Gustavo Méndez Aguayo/Abogado
Esta elección tan icónica para cambiar o renovar a todo el Poder Judicial, está sucia desde su inicio, o su base, por mencionarlo de alguna forma. Unos de los requisitos para aspirar a esos puestos son: Haber obtenido ocho de calificación general, y nueve de calificación en la materia según el puesto al que se aspira ¿Usted cree que toda esta gran cantidad de personas aspirantes obtuvieron dichas calificaciones en la Universidad?
¿Usted cree que la tómbola, o la lotería. o la suerte es la mejor forma de elegir a los candidatos para estos puestos?
¿Usted cree que los abogados, políticos, empleados municipales y estatales que no tienen experiencia en el litigio y procesos legales, esten listos para llegar a ser buenos jueces? Porque lo normal es que, hasta los excelentes abogados necesitan una curva de aprendizaje, de varios meses o años. Y al llevar a cabo todos los cambios al mismo tiempo, sólo afectará a todos los usuarios del propio Sistema Judicial.
Muy seguramente en las listas que circulan de todos los aspirantes hay de todo tipo de abogados: corruptos, malos, ineficaces, como también hay excelentes, aptos, honestos, maravillosos y muy inteligentes, pero, ¿Cómo saber cuál es cual?
Por eso y por muchas otras cosas más, no tengo los mejores augurios de lo que nos espera, por lo menos los próximos dos o tres años, contados a partir del día 30 de marzo del 2025, ya que todo esto ya está afectando las actividades en el Sistema Judicial. Y de lo “pronto y expedito”, mejor ni hablar…
¿Cuál es la importancia de que los católicos participen?
Ahora nos corresponde a los ciudadanos investigar los perfiles de todos los participantes, y como esto es una labor titánica, por este medio invito a la comunidad a que, si tienen algo malo que decir de algún aspirante, lo hagan saber a la comunidad por cualquier medio, incluyendo Internet, para que la comunidad esté enterada de esto. Y viceversa: si usted, mi querido lector, sabe que algunos de los abogados aspirantes son muy buenos abogados, y buenas personas, también, háganlo saber, para que la comunidad se entere, y si usted sabe que cierto abogado es apto para tal cargo, coméntelo, por favor, y por supuesto acuda a votar, para que, entre todos juntos, apoyemos a los mejores candidatos, y confiar en que aún podemos hacer llegar al Poder Judicial a los mejores aspirantes entre este gran listado.
Irma Julieta del Real Nieto/ Abogada
En el inicio de la inédita campaña electoral judicial, no podemos dejar de reflexionar sobre la importancia de esta elección.
Más allá del método, el cual sigue generando opiniones encontradas, nos referimos a la importancia de que los ciudadanos hagan conciencia en que la elección de un juez tiene incidencia directa en la vida cotidiana.
Un mal juez puede encarcelar inocentes, puede favorecer la injusticia en algún juicio patrimonial o mercantil, puede afectar para mal a la sociedad.
De aquí la importancia de que los ciudadanos hagan un esfuerzo por informarse sobre las candidaturas a los diversos cargos judiciales y participar activamente por el cuidado de su familia, su comunidad y su país.
Para ello, enfatizamos la necesidad de contar con fuentes efectivas de información, pues solo así los electores tendrán herramientas para conocer a los candidatos y con base en ellas tomar una decisión bien informada.
Existen instituciones académicas o sociales que planean colaborar en el esfuerzo de dar a conocer a la ciudadanía los diversos niveles y competencias de jueces a elegir, la forma en que se realizará la votación, y los perfiles de quienes están compitiendo.
Celebramos que se puedan concretar dichos esfuerzos, a través de plataformas independientes con información clara y accesible.
Es fundamental aclarar que la Iglesia no ha buscado ni buscará involucrarse en este proceso violando disposiciones electorales. La Iglesia está compuesta por ciudadanos y son los propios ciudadanos quienes decidirán, con la información que tengan, su voto para elegir a los próximos jueces.
Ponemos nuestra confianza en que las autoridades electorales establecerán lineamientos claros sobre la participación de los candidatos en foros y plataformas digitales.
Una sociedad informada es la base de una democracia sólida. Por lo tanto, reiteramos el llamado a las autoridades electorales para facilitar la generación de espacios de análisis serios sobre los candidatos y, de esta manera, fomentar una participación ciudadana consciente y numerosa.
Que Dios infunda sabiduría en los juzgadores, como lo hizo en el Rey Salomón, y que infunda también sabiduría en la ciudadanía electora y en las autoridades electorales.
Editorial Desde la fe