Presencia
Tras el anuncio del Gobierno mexicano, hace unas semanas, de la adquisición de la refinería Deer Park, en Houston, Texas, se han hecho públicas diversas críticas a la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, pues aunque el gobierno asegura que lo que México pretende es disminuir su dependencia energética, por otro lado, expertos aseguran que esta fuente de energía será próximamente obsoleta.
Por ello la pregunta de esta semana es:
¿Qué opina de la compra de una refinería en Texas por el gobierno de México? ¿Cómo nos beneficia?
Lo primero que se nota es una descoordinación del gobierno federal. Estamos construyendo una refinería de cero, en un lugar muy complicado desde el punto de vista de riesgos, que va costar 12 mil millones de dólares, que se está tardando más de lo que se tenía planeado, y que seguramente tendrá costo más alto y tiene la misma capacidad que la que se acaba de comprar en Texas.
En primera instancia no se ve congruencia, porque la que se compro en Texas, el costo supuesto era poco más de 600 millones de dólares que, sin embargo, si se le suma la deuda que tiene esta refinería de 900 millones, andaría en realidad en mil 500 millones de dólares. De todos modos así, es mucho más barata que la refinería que se esta construyendo en Dos Bocas y como que no tiene mucho sentido dos refinerías con costos tan diferentes. Ahí está la primera discrepancia que Sener (Secretaría de Energía), que es la responsable de construir Dos Bocas, no se puso de acuerdo con Pemex, que es el que está comprando la refinería de Deer Park.
En segundo lugar, Deer Park es buena compra desde el punto de vista que puede tratar petróleo pesado, ese petróleo maya tiene un componente que produce combustóleo, que es un residual de la refinación que tiene una alto contenido de azufre y que lo están quemando en las plantas generadoras de electricidad de CFE. Si la refinería de Deer Park puede manejar el combustóleo, por eso se puede considerar una buena compra.
Pero ¿Qué va pasar con el resto de las refinerías?, hay 6 a las que se les ha estado invirtiendo mucho dinero para que funcionen bien, mandaban el porcentaje de operación de 30 o 35 por ciento, son refinerías muy viejas, que ya dieron mucho de sí, son de los 70’s, 80’s y algunas hasta mas viejas todavía, entonces se nota una total descoordinación con el sistema de refinerías, no se sabe qué va a pasar, y creo que un país no puede manejarse así.
Además Shell se está deshaciendo de sus refinerías ¿Por qué? porque prevee que el petróleo ya no va a ser negocio y ellos se van a poner a producir energías limpias.
Ordenó un Tribunal en Holanda que se hiciera eso y ellos lo están haciendo ahorita, entonces nosotros estamos comparando una refinería de una materia prima que va de salida, el petróleo, que en un tiempo relativamente corto saldrá y que además contradice las inversiones en la refineria de Dos Bocas.
La refinería de Dos Bocas va a servir muy poco, poco tiempo va a ser costeable porque la baja en el precio del petróleo, la baja en las ventas por la electro movilidad, van a ser notables a partir del 2030. Entonces, por todos lados, apostarle al petróleo aunque sea con una refinería que se compre de oportunidad, no es buen negocio, y menos con las contradicciones que traemos.
Ing. Daniel Chacón Anaya / Director de energía Iniciativa Climática de México
En fechas recientes la presidencia de la República anunció la adquisición del 50% de las acciones de la refinería de Shell en Deer Park, Houston. Dicha adquisición responde, desde mi perspectiva, a varias presiones. La primera es la necesidad de satisfacer la demanda nacional de gasolinas, gas y diésel que actualmente es deficitaria y se satisface mediante cuantiosas importaciones. La otra consideración es la necesidad de tener destinos de exportación para el crudo mexicano que es difícil de refinar y que genera un alto porcentaje de pesados como combustóleo.
Desde una perspectiva ambientalista la medida es una medida de emergencia que tiene su origen en la mala planeación. Nuestro país debería estar en un proceso acelerado de descarbonización no sólo por la importancia para estabilizar las temperaturas del planeta, sino que también para no rezagarnos tecnológicamente. No hemos invertido en transporte publico eléctrico, no estamos incentivando la eficiencia energética ni la generación mediante fotovoltaicos, viento y geotermia. El trecho entro lo que consumimos y lo que generamos mediante gas y combustóleo es muy grande y no es posible financieramente el cubrirlo en unos cuantos años. El mundo esta apostando a que para el 2050 ya no emitiremos bióxido de carbono neto, es decir los que producimos lo mitigaremos mediante sumideros como bosques y otras formas de captura. Es decir que esta inversión será obsoleta en menos de 20 años. Creo que el déficit de gasolinas debió cubrirse con reducciones de la demanda.
Dr. Adrián Vázquez/ Docente universitario
De acuerdo a los antecedentes que hemos tenido a través de los años, México es un gran productor de petróleo. México se ha quejado, a través de diversos sexenios, de la falta de refinerías para poder enfrentar el problema del consumo de la gasolina en México, que vendría precisamente a tener un precio muy alto en relación a la importación que se realiza de este combustible, de tal manera que generalmente ex presidentes como López Portillo, Calderón, Fox, utilizaron como estrategia también para obtener más votos y ganar las elecciones, el hecho de comercializar el petróleo y llevar de alguna mejor manera la construcción de algunas refinerías en México, situación que hasta la fecha no hemos visto que haya ocurrido. Ocurrió con el presidente de México actual, Andrés Manuel López Obrador, en Dos Bocas, Veracruz, cuando se abrió la construcción de la refinería, pero nos sorprendió la compra-venta que efectuó en Deer Park de Shell, en Houston, Texas cuando el gobierno de México nos informa que a través de un contrato que e efectuó en una empresa de Texas, se compró esta refinería ¿Cómo recibimos los mexicanos esta noticia? Hasta donde tengo entendido según encuestas confiables entre ellas Financiero Bloomberg, el 47% de los mexicanos estuvieron de acuerdo en que se haya hecho la compra de la refinería, el 38% no lo aprueba y el 15% no sabe qué opinar al respecto.
Yo considero que todavía quedan muchísimos años para que México, los países latinoamericanos e incluyendo a Estados Unidos, puedan superar la alta tecnología de sustituir el combustible de la gasolina tan pronto, de tal manera que esa inversión, desde mi punto de vista, es correcta, es adecuada, es oportuna, es básica, sobre todo para poder abastecer el combustible y consumo que necesita la República Mexicana, de tal manera que Petróleos Mexicanos justifica la compra de la refinería en Deer Park de Shell, en Houston, Texas, porque así se garantiza que se podrán refinar por completo los combustibles que demanda el mercado nacional. Es mi punto de vista. Creo también que el presidente ha hecho lo correcto, además de que no endeuda al país de ninguna manera, es decir, se compró porque había recursos, no hay un préstamo para eso y además también la Secretaria de Hacienda y Crudito Publico informa que no hay ninguna deuda de préstamo, por tal motivo claro que sí es una inversión, más que todo.
Lic. Héctor Ramón Molinar Apodaca/ Abogado mediador
Desde el punto de vista ambiental seguir “apostando” a los combustibles fósiles, como lo es el caso de la gasolina, que se generan en las refinerías, es una mala idea, ya que los efectos de la contaminación a nivel mundial debido a la quema de este tipo de combustibles son cada vez de mayor impacto. Sin embargo, debido a la situación actual que vive nuestro país en donde la transición hacia nuevas formas de movilidad ha encontrado muchas resistencias (Por ejemplo, las muestras de rechazo en contra de la construcción de las ciclovías y la línea 2 del sistema de transporte semimasivo BRT en nuestra ciudad por parte algunos sectores), y que como población estamos todavía lejos de abandonar nuestros hábitos de preferencia por el uso de automóviles privados como medio de transporte en la ciudad, esta decisión de inversión ya no suena como algo tan descabellado. Basta ver el número de estaciones de servicio de gasolina que existen en la ciudad para darnos cuenta de la gran demanda que existe de este producto.
Es decir, mientras no disminuya nuestra excesiva demanda de gasolina debido a nuestra “adicción” por el automóvil particular, lo que ambientalmente es una mala idea (la compra de la refinería), lo convierte en una necesidad. Aunado a que existen varios factores a nivel local que no ayudan a cambiar nuestros hábitos y formas de movilizarnos, entre ellos la dispersión de la ciudad que, durante décadas se ha empujado artificialmente a un crecimiento excesivo y al paupérrimo sistema de transporte público existente que resulta ser una opción de movilidad casi inviable. Todo lo anterior provoca que el uso de vehículos motorizados para movilizarse en esta ciudad sea algo necesario y con ello la necesidad de gasolina.
El beneficio como país es que se incrementan las opciones para el abastecimiento de gasolina, que quizás a nivel local nos pueda pasar desapercibido, debido a que una gran parte de la gasolina que se consume aquí (si no es que el total) proviene precisamente de una refinería en Texas, la que se ubica en nuestra vecina ciudad. Sin embargo, problemas de desabasto ya se han presentado en años recientes en otros lugares de la Republica, lo cual aparentemente con esta compra se pretende evitar.
Mtro. Víctor Herrera/Consultor urbano-ambiental