El Asunto:
El Gobierno Federal canceló tres programas para el desarrollo municipal y fronterizo, con lo cual redujo el presupuesto que asigna al Municipio de Juárez.
Un medio de comunicación impreso reveló hace unos días que el Gobierno federal recortó al menos 150 millones de pesos de aportaciones directas a Ciudad Juárez, al eliminar tres programas del proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2017.
De acuerdo a este reporte, estos proyectos cancelados son el Fondo para el Fortalecimiento de la Infraestructura Estatal y Municipal, el Fondo Fronteras y el Fondo para Migrantes, creados a finales de 2013 para compensar las afectaciones por el aumento del 11 al 16 por ciento del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en las zonas fronterizas, aprobado por el Congreso de la Unión.
La pregunta:
¿Qué opina de la reducción del presupuesto que la Federación asigna a Ciudad Juárez, a pesar de que ésta ha incrementado su aportación fiscal con el aumento al IVA en la frontera?
Opiniones:
Juárez genera grandes recursos, de los cuales pocos se quedan o vuelven. Padecemos un doble centralismo: federal y estatal. Basta ver los recursos que se invierten en la Ciudad de Chihuahua; tomo algunos datos del estudio de Almada L., Martínez y Reyes (UACJ, 2014) sobre el cuidado infantil: mientras Juárez tiene 199,784 niños menores de 5 años y la Ciudad de Chihuahua 91,653, las guarderías del IMSS en nuestra ciudad son 32 contra 30 de la capital y las estancias de SEDESOL 107 aquí frente a 116 de Chihuahua; es decir, que a más del doble de población de 0 a 5, la cobertura es la misma en las dos ciudades. Juárez tiene 0.76 camas de Hospital por cada 1000 habitantes, cuando la OCDE establece 4.8 como mínimo.
Tenemos datos similares en educación, parques, teatros, estaciones de bomberos, etc. Más de la mitad de las calles no tienen pavimento; las otras están llenas de baches. Las consecuencias son: deterioro de la educación y la salud, abandono de la infancia y juventud, menos tiempo para las familias, poco desarrollo cultural y convivencia social.
Juárez tiene tres ciudades: la ciudad norte, con buena calidad de vida; la poniente con un rezago histórico que no ha logrado revertir y la sur ha sido desarrollada de la peor manera, con una problemática agravada que constituye una “bomba de tiempo”.
Reducir aún más esos escasos recursos agudizará esta situación. Exijamos un mejor trato fiscal; pidamos a nuestros diputados que realmente representen los intereses de los juarenses.
Dra. Teresa Almada, directora de Centro de Asesoría y Promoción Juvenil, A.C.
Durante muchos años he escuchado la queja de alcaldes juarenses sobre lo poco que la Federación nos regresa de lo mucho que pagamos en impuestos federales. Ello llevó al difunto Francisco Villarreal a tomar el puente Santa Fe y ponerse en huelga de hambre.
Desde entonces (1994) la transferencia de recursos de la Federación al municipio ha aumentado prácticamente 10 veces, y sin embargo no es suficiente.
Entiendo que el tema vuelve a tomar relevancia ante el anunciado recorte en el presupuesto federal, que al momento que esto escribo nadie sabe cuánto nos afectará. Sin embargo, quisiera hablarle de otro aspecto igual de injusto y poco comentado: los recursos que el estado debe transferir a Juárez.
Me queda claro, sin saber las cifras, que en Juárez se paga la mayor parte del impuesto sobre nóminas, así como por derechos vehiculares, no obstante algunos cálculos revelan que el Gobierno del Estado sólo regresa a Juárez 25 de cada 100 pesos de lo que aquí cobra. Mientras que el reparto de la Federación a Juárez se ha incrementado en los últimos 20 años gracias a modificaciones establecidas en ley, las aportaciones estatales continúan a discreción del gobernador.
El próximo gobernador ha prometido tratar con mayor equidad a esta generosa frontera, eso lo revisaremos en una próxima ocasión en que nos encontremos hablando de…
Lic. Sergio Madero Villanueva, abogado
Infelizmente en esto, como en muchas cosas, se toman decisiones desde una línea verticalista y descendente. Cuando la autoridad y el poder de tomar decisiones se torna desde una posición centralista, no desde las periferias, desde una posición desde lo alto y no desde las bases, desde un enfoque de un discurso unilateral, sin escuchar esa gran multitud que es también interlocutor. Cuando todo esto sucede, suele ser acciones en detrimento de quienes padecen dos grandes males: pobreza y marginación.
Esta decisión de reducción de presupuesto para intervención de prevención a la violencia desde sus raíces, son acciones que ciertamente suenan frustrantes para quienes nos toca trabajar en lo social. Manifiesta una visión muy corta y parcial del sentido de la vida social por parte de la Federación, en la que de por sí se sigue queriendo ver al sujeto pobre y marginado como único responsable de su condición, negando o evadiendo la realidad de la violencia estructural, que es una violencia en la que tienen que ver muchos factores.
Lamentable que en un escenario donde el tejido social está bastante afectado, donde la violencia se conjuga con la marginación y la estigmatización de los sectores pobres, se lleve a dar decisiones que todavía abren más la brecha entre ricos y pobres. Donde los ajustes presupuestales reflejan en muchos de nosotros una perspectiva de abandono o de desatención a quien más atención debería de merecer por parte de los que nos gobiernan.
La sociedad civil organizada, las iglesias, los empresarios, ciertamente han buscado sumar voluntades y esquemas para poder también salir adelante ante tantos desafíos que la pura autoridad no pudiese llevar, sin embargo también requiere ser incentivada y favorecida con recursos para poder tener ese trabajo tan complejo y delicado.
Se anhela muchísimo que exista una sólida coherencia entre discursos y prácticas, nos cansa y llega a desalentar que haya retóricas ya construidas pero que parecen carentes de realidades y convicciones ciertas. Pues sigue muy amplia la brecha entre los escenarios discursivos y los escenarios de las acciones concretas. Y esta resolución se suma a otras tantas.
Pbro. Juan Carlos Quirarte Méndez, SDB, Director Obra Salesiana en Cd. Juárez/ Doctor en Antropología Social
Ciudad Juárez, no obstante la importancia que posee en la historia de México, es un Municipio que, también históricamente ha sido tratado injustamente, tanto por el Gobierno Federal como por el Estatal.
Somos una ciudad que aporta mucho en impuestos de todo tipo, y sin embargo, es mínima la cantidad económica que se nos retribuye para los diversos programas y partidas que impacten favorablemente a nuestra ciudad, desde infraestructura, pavimentación de calles, servicios, etc.
Ahora bien, no solo se nos regresa un mínimo porcentaje del aporte que como Ciudad hacemos, sino que se ha anunciado un recorte en el presupuesto que la federación está obligada a otorgar, en este caso a Ciudad Juárez.
Nada más doloroso que darnos cuenta que para la federación, que no solo trata injustamente a nuestro Municipio, sino que lo castiga al retirarle partidas asignadas; seguimos siendo una ciudad olvidada, explotada y saqueada. Creo que se han olvidado de nuestra dignidad y derecho que como mexicanos poseemos, y que merecemos ser tratados con equidad y justicia, para asignarle a Ciudad Juárez, no iguales o semejante presupuestos que otros Municipios, sino aquella partida económica que necesitamos para poder ofrecer a nuestros hijos una ciudad digna.
Nuestros Diputados y Senadores tienen mucho qué hacer por Ciudad Juárez, y nosotros, ciudadanos, mucho qué exigirles a nuestros representantes.
Profra. Ivonne Reyes, maestra de Educación preescolar