Mons. J. Guadalupe Torres Campos
Muy buen domingo. Dios nos regala días esplendorosos y hoy no es la excepción, les saludo con mucho cariño, tratando de dejarles un mensaje para nuestra vida. Hoy es domingo 27 del Tiempo Ordinario, van pasando rápido los días pues ya es octubre y pronto llega la Navidad.
Hoy la palabra de Dios nos ilumina en varios temas muy importantes que tienen qué ver con retos pastorales a nivel mundial, a nivel de Iglesia y por supuesto a nivel México, entre nosotros como diócesis y ciudad.
Tanto la primera lectura del Génesis, como el Evangelio de San Marcos tocan dos temas fundamentales de los que se derivan varios más. El tema de la vida, de la Creación. Dios es el Creador, creó a la humanidad, al Hombre a su imagen y semejanza, creó los seres vivientes y como cúlmen de la Creación, al Hombre.
La primera lectura habla de la Creación, de la vida, en ese sentido, el papa en Laudato si nos invita a valorar la Creación, cuidarla, somos responsables de la Casa Común, del cuidado de la naturaleza, porque lamentablemente la estamos destruyendo.
Dios todo lo creó todo con amor y todo es vida y ahí entra el otro tema, la vida. Hay que respetar la vida de todos los seres vivos, pero particularmente la vida del ser humano desde la concepción que ya es persona, ya es Hijo de Dios hasta el final de sus días. Este es un primer tema que la Palabra de Dios nos invita a reflexionar. Otro tema muy importante es sobre el matrimonio y la familia.
Jesús en el Evangelio de San Marcos repite lo que fue el proyecto original desde la Creación, en el matrimonio. Génesis así lo dice: Dios creó al hombre y a la mujer. No son palabras mías, son Palabra de Dios, del Génesis: Dios hizo al hombre y a la mujer y los llama a la multiplicación, a crecer. Y dice el texto: “Dejara el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer y serán una sola carne” Ese es el proyecto de Dios con relación al hombre y mujer, matrimonio y familia. Y por eso Jesús retoma este texto del Génesis, sin mencionarlo, sino que vuelve a repetir sus palabras. Hombre y mujer, una sola carne y se refiere a matrimonio, hombre y mujer unidos. Y añade Jesús otra cualidad: ‘Que no los separe el hombre’, es decir, la indisolubilidad. Hombre y mujer unidos, abiertos a la Creación y para siempre. Es Palabra de Dios en el Génesis y de Jesús en el evangelio.
Empieza el texto de hoy con una pregunta capciosa de parte de los fariseos: ¿Le es lícito al hombre divorciarse de su esposa? Jesús hace referencia a una prescripción de Moisés que permitió esa costumbre, pero afirma luego que desde el principio no fue así. Moisés lo hizo por la dureza del corazón y hoy hay muchas persona que endurecen su corazón y su mente y no aceptan el proyecto de Dios sobre la familia y el matrimonio.
Por eso la Palabra de este domingo va en relación a estos temas de mucha actualidad donde todos debemos ser profetas de la vida, de la Creación, del matrimonio, de la familia, de acuerdo a la Palabra y al proyecto de Dios, que luego el Magisterio ilumina, e iluminamos con documentos y reflexiones.
El texto también nos presenta un niño, ‘Dejen que los niños se acerquen a mí’, la voluntad, inocencia, transparencia… el niño como un signo de bondad e inocencia y nosotros. llamados a protegerlos y cuidarlos, pero también a conservar esa ternura, bondad de los niños en nuestra vida diaria, por la dureza del corazón. No endurezcamos el corazón y para eso es importante conocer y meditar la palabra de Dios. Hemos terminado el mes de septiembre, mes de la Biblia, que no la tengamos arrumbada, sino que nos ilumine, igual que la que se proclama en cada domingo en la Liturgia dominical.
Y de ahí se desarrollan otros temas: la vocación de los esposos para la ayuda. Dice el Génesis, ‘Voy a crear a alguien que te ayude’… son hombre y mujer para ayudarse y complementarse. Los dos son personas, son importantes, no son ni más ni menos, se complementan, enriquecen, se santifican, por eso el proyecto de Dios para el matrimonio que Cristo ratifica: la ayuda, al entrega el dialogo el amor conyugal. Ya lo explicará Pablo en la carta a los Corintios cómo es ese amor conyugal: los esposos que se enriquecen se encuentran, se santifican mutuamente. No lo dice propiamente el texto bíblico este tema del trabajo, pero sí dice “desarrolllense, la dignidad del trabajo todos tenemos capacidades talentos tenemos derecho a tener un trabajo digno, buen remunerado y el trsabajo debe ayudar a lo mismo al cuidado de la creación del trabajo de la ayiudaa, un ema colateral, el trabajo con relación a al creación.
Por eso el salmo responsorial nos invita a cantar Diocjhoso el cque teme al señor queno es sino conocer a Dios, respetar el proyecto de Dios sigues sus camionos y le ira bien. No es miedo, es temor, respeto amor a dios acoger su proyecto y ahcerlo mio.
Todo eso la carta a los hebreos nos dice el sernor creador de las cosas quiere que todos sus hijos tengan parte de la Gloria, el señor que hizo todo quiere que todos sus hijos tengamos parte en su gloriua y cristo redentor lo reafirma con su predicación, entrga pasión muerte y resureccion
Le pediomos a dios en la oración colecta en la aundania de tu amor sobre pasas tu smeritos y le pedimos derrama s
Un texto dilificl complicado pero muy claro tanto el génesis como san marcos en el evangelio nos propone, hay que meditarlo abrirnos con la fuesta del espíritu a su palabra y en la vida vivir esa ciherencia que el proyecto de dios nos pide para todos
Les saludo con afecto, y els doy la bendición, cuidensie miucho uyn abrazo.