Mons. J. Guadaupe Torres Campos, obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho amor de padre y pastor. Esta semana ha sido de días muy fríos; ojalá que nos cuidemos y que todos estemos bien de salud y espiritualmente, lo mejor para ustedes.
Domingo quinto del Tiempo Ordinario, hoy la Palabra de Dios, como cada domingo, es riquísima, nos invita a la reflexión y a la respuesta, partiendo de Cristo, modelo que predica, anuncia. Igualmente san Pablo hoy se nos presenta como modelo de predicación.
Esto porque tú y yo, como bautizados que somos, estamos llamados a predicar, a evangelizar, a llevar la Buena Nueva con la Palabra y misión, pero también con la vida, con el ejemplo y testimonio.
El Evangelio de san Lucas de este domingo nos narra una escena maravillosa: Jesús se encuentra en el Lago de Genezaret. Imaginémonos la escena: mucha gente, una muchedumbre y predica la Palabra en parábolas que le llegan ala gente, los motiva, los anima, sin duda alguna cura enfermos, hace su labor, que nosotros ta,bien como iglesia hagamos nuestra labor, vayamos a la maquila, a la familia a alescuela, a la cárcel con los amigos y ahí predicar a Cristo anunciar el evangelio todos,
Una vez que Jesús predica, sube a una de las barcas, la de Simón y le dice: “Lleva la barca mar adentro, y echen sus redes para pescar”. Entendemos esta indicación en un doble sentido: primero, en el sentido real, literal, Pedro es pescador y van a pescar, pero la enseñanza es más profunda, nos invita a subirnos a la barca de la Iglesia, con Jesús, subirnos todos y adentrarnos al mar, es decir, a la vida, al mundo, a los problemas, a las situaciones difíciles, a la familia, a todos los ambientes.
Lo que dice hoy el papa: Salir, una Iglesia en salida. En el fondo esa es la invitación del Evangelio, subirnos a la barca, adentrarnos, no quedarnos en la periferia, sino subirnos a la barca y lanzar las redes, y esto significa pescar cristianos en todos lados. Todos tenemos que lanzar la red.
En el sentido literal se adentraron, como experto, Pedro le dice a Jesús: hemos tratado de trabajar y nada, pero confiamos en tu palabra. Echaremos las redes.
Confiar en la Palabra, confiar en Dios. Tenemos miedos, prejuicios, lo hemos intentado de una u otra manera, pudiéramos decir también, pero esa expresión de Pedro: ‘confiando en tu Palabra’ es muy importante.
El Señor hoy a ti y a mi nos dice: ‘Echa la red, anímate, confía en mí’, y el Señor espera una respuesta como la de Pedro: ‘confiando en tu Palabra’. Nosotros hacer nuestra parte, anunciar el evangelio, ir con arrojo, y Él para la pesca, moverá corazones, transformará realidades, tú y yo seremos sus instrumentos. El evangelio de hoy toca esa parte esencial: una iglesia misionera, que predica, que se adentra en el mar, que no se queda. Hoy el papa nos pide no quedarnos encerrados en la oficina, sino salir, subirnos a la barca y echar las redes confiando en la palabra del Señor.
Luego, en el Evangelio, fue tanta la pesca que saliendo y regresando a tierra, Pedro se arrojó a los pies de Jesús y le dijo: ‘apártate de mi, Señor, porque soy un pecador’. Pedro reconoce su miseria, su realidad y se postra a los pies de Jesús, pero el Señor lo levanta, lo dignifica, y le dice, ‘levántante, desde ahora serás pescador de hombres’.
Hoy a nosotros el Señor nos levanta y nos anima, y nos dice lo mismo que a Pedro, desde hoy, desde siempre tú obispo, padre de familia, catequista, consagrada… serás pescador de hombres. Animémonos, comprometámonos con esta invitación de Jesús. Confiando en su palabra, subirnos a la barca y echar las redes.
Por eso Pablo en la segunda lectura a Corintios da su testimonio y les recuerda el evangelio que yo les prediqué… nos invita también predicar el evangelio… la esperanza, la firmeza, la valentía, predicar a Cristo que murió en la cruz y que resucitó. Como Pedro, Pablo en este pasaje también reconoce: me presento a ustedes yo que fui como un aborto y que antes perseguí a los cristianos, pero ahora predica a Jesús, a Cristo el Señor. No nos subimos a la barca y predicamos a la buena de Dios, si el nos envía, nos da su espíritu y su gracia.
Queridos hermanos, los animo a seguir trabajando, urge un compromiso de todos para evangelizar, una Iglesia en salida, pregúntate a la luz de la Palabra de este domingo: ¿Qué me está pidiendo Dios?, ¿Qué me está pidiendo Cristo?: Primero, que me suba a la barca de la Iglesia, en la parroquia, en el movimiento; segundo, que eche las redes, pregúntate dónde, ¿A dónde me estás enviando, Señor? para ir y echar las redes y predicar el Evangelio.
Que la Virgen María de Guadalupe los cuide y los proteja siempre. La bendición de Dios Todo poderoso los proteja siempre. Un abrazo. Cuídense mucho.