Mons. J. Guadalupe Torres Campos/Obispo de Ciudad Juárez
Les saludo con mucho cariño esperando y deseando se encuentren bien de salud, llenos de bendiciones.
Hemos iniciado el segundo mes del año, muy activo, iniciamos esta temporada de trabajo con alegría, poniendo nuestra mirada en Cristo, el Mesías, el Salvador del mundo.
En este quinto domingo del Tiempo Ordinario, el evangelio se San Marcos que se proclama nos presenta un Jesús muy activo, que incansable va de un lugar a otro, siempre trabajando, caminando, siempre actuando en favor de los demás. Diríamos que san Marcos nos presenta un Jesús muy sensible a los más necesitados y se acerca a todos con amor y cariño, para manifestarles su amor y cercanía, y regalarles su amor, la tranquilidad, la paz.
Hoy los invito a contemplar a ese Jesús trabajador, generoso, ese Jesús que sale al encuentro de todos.
En primer lugar, nos narra el evangelio de San Marcos, que estando en casa de Simón y Andrés, se da cuenta que la suegra de Simón está en cama con fiebre. Jesús se acerca a la suegra de Simón, dice el texto: ‘le tendió la mano, la levantó, la sanó’. Jesús es cercano a nosotros, nos toma de la mano, es una cercanía íntima y profunda. Se acerca y te levanta de la enfermedad, de la tristeza, de la angustia. ¿Cuántas veces estamos tirados?, valga la expresión, no precisamente físicamente, ni tampoco únicamente por la enfermedad, sino estamos tirados por un pensamiento, por una tristeza, por una preocupación, por el mismo pecado. El Señor se acerca a ti, te toma de la mano, ¡levántate! Ese es el primer aspecto del evangelio de hoy.
Un gesto hermoso
Hoy Jesús viene a nuestra casa, se interesa por la familia, permítele que entre a tu casa. Él conoce nuestras debilidades, carencias, nuestras enfermedades, tristezas y angustias. Se acerca y nos tiende la mano. ¡Qué gesto tan hermoso de Jesús tender la mano!
Por otra parte, esta acción de Jesús nos invita a hacer lo mismo, a ser cercanos unos con otros. De repente hoy vivimos en un individualismo y muchas veces se nos quiere inculcar esa mentalidad egoísta, individualista, de sólo vernos a nosotros mismos. El Papa ha insistido en salir al encuentro de. Eso significa el evangelio de hoy: Jesús sale al encuentro, y nos pide a nosotros salir al encuentro del otro para tenderle la mano con cariño, con gestos y acciones.
¡Cuánto necesitamos que alguien nos tienda la mano o tenderle la mano a alguien con amor! Cristo lo hace y quiere que nosotros también lo hagamos en la caridad.
Ese día Jesús siguió caminando, dice el texto que al atardecer le llevaron muchos enfermos, y poseídos, curó a muchos enfermos de diversos males, expulsó a muchos demonios, eso lo hizo siempre. Me pongo a pensar, queridos hermanos, cuántas enfermedades de hoy, no sólo enfermedades físicas, también enfermedades del alma, del corazón, de la angustia, de la tristeza, enfermos del pecado. ¡Cuántos demonios hay en la humanidad! y Jesús viene y sana, cura todo tipo de enfermedad, y tiene el poder de expulsar a los demonios. Un Jesús sensible y cercano que alivia integralmente cuerpo y alma.
Así es de que confiemos en su Palabra y su presencia cuando decimos sáname, tócame, levántame, expulsa de mí este demonio, quiero ser mejor, y el Señor está ahí para auxiliarnos.
Trabajo y oración
Me pregunto cómo le hace Jesús, sin duda alguna es hijo de Dios, pero también es un hombre de oración. Dice el texto que de madrugada se fue a un lugar solitario, en donde se puso a orar. Sin duda tú y yo tenemos días de mucha actividad: el trabajo, la familia, la escuela, muchos pendientes. Nos faltan horas para alcanzar a hacer todo, sin embargo este ejemplo de Jesús nos debe de orientar a buscar un momento, retirarnos en el silencio a un lugar solitario y tranquilo para hacer oración.
Qué importante, querido hermano, para todo cristiano buscar este momento para orar. Es en la oración donde encontramos paz y tranquilidad, donde escuchamos a Dios, dialogamos con Él, le pedimos y nos responde. Claro, el momento culminante será en la Eucaristía, el domingo o entre semana, pero que la Eucaristía sea el centro de nuestra vida.
Hoy se resalta la oración. Jesús nos da ejemplo de trabajo incansable, pero también nos da ejemplo de orar. Y termina el texto de San Marcos diciendo que los discípulos lo andan buscando… Jesús trabaja, hace una pausa, hace oración, y luego continua su misión. Gran ejemplo nos da hoy el evangelio. Por eso decimos al Señor que nos bendiga, nos fortalezca y anime a seguir adelante cada día.
Buen domingo en familia. Les mando mi abrazo fraterno. La bendición de Dios Todopoderoso Padre, Hijo y Espíritu Santo esté con todos ustedes.