Lectio Divina correspondiente al 04 de diciembre, Domingo II de Adviento… Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Samuel Pérez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 3, 1-12.
En aquellos días apareció Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. Decía: -Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos. A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: Voz del que grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, nivelen sus senderos”. Llevaba Juan un vestido de pelo de camello y una correa de cuero a su cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel del campo. Acudían a él de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán; ellos reconocían sus pecados y Juan los bautizaba en el río Jordán. Viendo que muchos fariseos y saduceos venían a que los bautizara, les dijo: -¡Raza de víboras! ¿Quién les enseño a escapar del juicio inminente? Den frutos que prueben su conversión y no piensen que basta con decir: “Somos descendientes de Abrahán. Ya está puesta el hacha a la raíz de los árboles y de todo árbol que no dé un buen fruto va a ser cortado y echado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan, pero el que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y no soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego. Tiene en su mano la horquilla para separar el trigo de la paja; recogerá su trigo en el granero, y la paja la quemará con un fuego que no se apaga. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿En dónde se encontraba Juan el Bautista y qué era lo que predicaba?
¿Qué profeta había anunciado la presencia del precursor?
¿Cómo vivía Juan el Bautista y cuál era su actividad principal?
¿A quiénes bautizaba Juan el Bautista en el río Jordán?
¿Qué les dijo a los fariseos y saduceos al acercarse a él para bautizarlos?
¿En qué consistía el bautismo que realizaba Juan el Bautista?
¿Qué anuncia sobre el que vendrá después de él? ¿A quién se refiere?
Breve Estudio Bíblico
Estamos en Adviento, la liturgia de la Palabra nos ha llamado primeramente estar vigilantes y preparados para la venida de nuestro Salvador; en este segundo domingo se llama al arrepentimiento de los pecados y a la conversión. En la primera lectura, Isaías presenta un poema mesiánico que anuncia al Mesías lleno del espíritu profético que hará reinar la justicia y la paz entre los hombres. San Pablo indica como obtener esta paz teniendo como modelo a Cristo y viviendo en unidad sus mismos sentimientos los unos para los otros.
El Evangelio en palabras de san Mateo se desplaza desde la infancia de Jesucristo al comienzo de su ministerio público con la predicación y actividad de Juan el Bautista como precursor del Mesías. San Mateo revela la identidad de este profeta como aquel a quien se refería el profeta Isaías y que es el culmen del ministerio profético. El Bautista asume la austeridad propia de algunos profetas del Antiguo Testamento y su quehacer es estar al servicio de la Palabra y preparar el camino del Señor. Su bautismo consistía en su mensaje: arrepentirse de los pecados viviendo la conversión que, más allá de un “cambio de mentalidad” (como lo entendían los fariseos y saduceos), es un cambio radical que se expresa desde la misma vida con sus frutos en esperanza a la venida inminente del Mesías que ha de realizarse al final de los tiempos.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, sinceramente, las siguientes preguntas:
Juan el Bautista ha profetizado como “voz en el desierto”. La Palabra de Dios da la sensación, a veces, de que resuena en la soledad del desierto, donde no hay alguien que pueda o quiera escucharla. ¿Qué me hace reflexionar esto sobre la importancia que ocupa en mi vida la Palabra de Dios?
¿Soy un obrero de la paz que ofrece Dios partiendo desde mi propia familia?
¿En qué o quién está basada mi esperanza? ¿Es a Dios a quién espero, por quien vivo y en quien creo?
Es de resaltar que el Bautista llamara a un cambio radical de vida como modo de esperar al Señor que ya viene. Quien espera a Dios ha de tener manos y corazón ocupados en su propia conversión. ¿Cuáles son los signos de que aguardo al Señor en mi vida?
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor Jesús,
de tu Espíritu danos tus dones
para lograr la conversión a la que me llamas.
En este tiempo de espera y esperanza,
concédenos tu paz y justicia
teniendo tus mismos sentimientos de modo que,
con un solo corazón y a una sola voz,
glorifiquemos a Dios, Padre Nuestro.
¡Ven, Señor, no tardes!
¡Ven que te esperamos!
Amén.
- Contemplación:
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
«Conviértanse, porque está llegando el reino de los cielos» (Mateo 3, 2).
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
Vivamos realmente este tiempo de Adviento con el corazón lleno de esperanza en la venida de nuestro Mesías, Salvador del Mundo. Atendamos al llamado de arrepentimiento y conversión.
Propuesta: ¡Aún es tiempo! Acudamos con el corazón arrepentido de nuestros pecados a vivir el Sacramento de la Reconciliación. Expresemos los frutos de nuestra conversión con signos de paz y unidad compartiendo de lo nuestro con los más necesitados, seamos obreros de la paz y unidad que Dios nos revela cada día.
Primera Lectura: Isaías 11, 1-10
Salmo 71
Segunda Lectura: Romanos 15, 4-9
Color: Blanco