Lectio Divina correspondiente al 09 de julio de 2023, Domingo XIV del Tiempo Ordinario…Reflexión y acción de la Palabra de Dios, con la guía de integrantes del Instituto Bíblico san Jerónimo…
Jorge Sánchez/ IBSJ
- Lectura: ¿Qué dice el texto?
Mateo 11, 25-30
Entonces Jesús dijo: –Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y prudentes, y se las has dado a conocer a los sencillos. Sí, Padre, así te ha parecido bien. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo sino el Padre, y al Padre lo conoce sólo el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar.
Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón, y encontrarán descanso para sus vidas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera. (Texto tomado de la Biblia de América)
Después de haber leído el evangelio, hagámonos las siguientes preguntas para una mejor comprensión del texto:
¿Por qué alaba Jesús al Padre?
Jesús les dice que sólo el Padre conoce al Hijo y sólo el Hijo conoce al Padre, sin embargo, también otros podrán conocer al Padre ¿Quiénes son estos que podrán conocer al Padre?
Jesús hace un llamado prometiendo un alivio a todos aquellos que estamos cansados, agotados, esforzados por las circunstancias o como consecuencia de nuestras decisiones. ¿Qué necesitamos hacer para obtener ese descanso, ese alivio anhelado?
Breve Estudio Bíblico
Para el domingo 9 de julio San Mateo nos describe un pasaje posterior a haber reprendido a las ciudades “incrédulas” (Corozaín, Betsaida y Cafarnaúm) pues en ellas ha obrado grandes milagros y, sin embargo, la conversión ha sido poca. Es un momento donde da gracias por aquellos que, siendo sencillos, han decidido seguirle, ser sus discípulos, sin contar son las grandes “credenciales” de ser sabios o inteligentes. Jesús aclara que todo se lo ha entregado el Padre y el revelará al Padre para que le conozcan. Ahí radica la importancia de la conversión, en la revelación que nos concede el Hijo; ahí no se depende de nuestra inteligencia o sabiduría sino de nuestra actitud de humildad. En este agradecimiento que en realidad es una oración muy especial, Jesús llama Padre a Dios y se presenta como su Hijo al que se le ha entregado todo y refleja su gran cercanía con él, así como su obediencia y cumplimiento de su voluntad “Sí Padre, porque así te ha parecido bien” (Mt 11,26). Con frecuencia el pueblo se refería como yugo a la carga que representaban los agregados a la ley de Moisés, que con el tiempo le habían impuesto hasta el grado de ser eso: un verdadero yugo para el pueblo. Así que Jesús les ofrece un yugo liberador, un yugo que será alivio para el pueblo.
- Meditación: ¿Qué me dice Dios en el texto?
Para profundizar en el Evangelio contestémonos a nosotros mismos, con sinceridad, las siguientes preguntas:
Jesús ora al Padre y lo alaba porque la revelación no depende de la sabiduría o inteligencia sino de la sencillez y humildad con la que se recibe ¿te consideras sencillo y humilde? ¿eres de las personas que aceptan con sencillez las maravillas de Dios, o primero las cribas bajo un criterio inteligente?
Jesús nos promete un alivio, un descanso liberador de esas cargas que con el tiempo hemos ido acumulando y llegan a ser una pesada carga. Jesús nos invita a llevar su yugo, un yugo de redención, de perdón y para eso solo nos pide aprender de él, es decir, seguirlo, ser su discípulo. ¿Sientes que ya es necesario soltar esa carga, eso que genera tristeza y desánimo? Recuerda nuestro sacramento de reconciliación está ahí esperando que dejes esa carga y tomes el suave yugo de Jesús.
- Oración: ¿Qué le digo a Dios?
Señor,
dame un corazón sencillo y humilde,
que mi soberbia no me ciegue ante tú amor,
fortalece mi fe y muéstrame tu misericordia.
Señor,
que aprenda de tus enseñanzas
que pueda abandonar mi carga y llevar tu suave yugo,
que mi alma encuentre descanso en ti.
Amén.
- Contemplación
Para intensificar la contemplación repitamos varias veces un versículo de la Sagrada Escritura durante la semana para que alimente nuestra fe:
« Vengan a mí todos los que están fatigados y agobiados, y yo los aliviaré »
(Mateo 11, 28)
- Acción: ¿A qué me comprometo con Dios?
En este domingo XIV el Evangelio nos hace un llamado a la reconciliación, a aceptar el suave yugo de Jesús. Propongámonos acercarnos al sacramento de la reconciliación y acerquémonos cada día más a su enseñanza, a su Palabra, dedicando un tiempo a la lectura de la Biblia.
Propuesta: Siendo congruentes con nuestra fe ayudemos a los necesitados y olvidados. Compartamos de los que Dios nos ha dado. La Casa del Migrante necesita de alimentos no perecederos y artículos básicos de higiene (Calle Neptuno # 1855 Tel. 656 687 0676). Si no es posible acudir también podemos ayudar a través del Ministerio de Caridad de nuestra parroquia.
Primera Lectura: Zacarías 9, 9-10
Salmo 144
Segunda Lectura: Romanos 8, 9. 11-13
Color: Verde